martes 05 de agosto del 2025

¿Vivís en modo alerta? La Lic. Mariné Romero revela cómo frenar el espiral emocional que te consume

La Lic. Mariné Romero, psicóloga especializada en neurociencias y bienestar emocional, comparte una mirada profunda sobre el malestar silencioso que afecta a miles de mujeres: el colapso emocional entre el estrés, la ansiedad y la angustia. Con una trayectoria comprometida en el acompañamiento terapéutico y la divulgación consciente, nos invita a reconocer nuestros síntomas, nombrarlos con claridad y activar recursos reales para volver al eje. Galería de fotosGalería de fotos

¿Vivís en modo alerta? La Lic. Mariné Romero revela cómo frenar el espiral emocional que te consume
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Estoy desbordada, no sé qué me pasa, pero me siento mal. Esa frase —en sus múltiples versiones— se repite con fuerza en los últimos meses entre las pacientes de la Lic. Mariné Romero, psicóloga especialista en bienestar emocional y neurociencias. En esta nueva editorial, nos ofrece un análisis preciso, humano y transformador sobre tres estados emocionales que hoy afectan especialmente a las mujeres: el estrés, la ansiedad y la angustia. A partir de su experiencia clínica y su constante trabajo en redes y medios, Mariné propone una mirada esclarecedora y accesible, con herramientas basadas en evidencia neurocientífica.

¿Vivís en modo alerta? La Lic. Mariné Romero revela cómo frenar el espiral emocional que te consume

Cuando el cuerpo grita lo que la mente intenta callar

Vivimos tiempos veloces, donde la exigencia, la multitarea y la presión por estar bien nos dejan con el cuerpo en alerta y la mente enredada. ¿El resultado? Aparecen síntomas como estrés, ansiedad y angustia, que no siempre sabemos cómo nombrar ni cómo afrontar.

Podríamos explicar - y diferenciar - estas tres respuestas, de manera simple y concreta:

El estrés es la respuesta natural del cuerpo a una demanda o desafío. Se sirve de la activación del cortisol y la adrenalina y, en su justa medida, es lo que nos empuja a resolver situaciones de la vida cotidiana.

La ansiedad, en cambio, se centra en la anticipación de una amenaza o peligro futuro, muchas veces difuso o incierto. Si bien comparte algunas de las respuestas fisiológicas del estrés (como el aumento del ritmo cardíaco), su componente principal es la preocupación persistente, los pensamientos rumiantes y la sensación de inquietud. Una vez activados estos circuitos de pensamiento, hay que intervenirlos para poder conectar con lo que realmente está pasando. Sin irnos ni un minuto más adelante del momento presente.

La angustia es una experiencia emocional más profunda e intensa, a menudo acompañada de una sensación de sofocación, opresión en el pecho y un malestar físico generalizado. A diferencia de la ansiedad, que puede ser más cognitiva y anticipatoria, la angustia suele ser una respuesta más aguda a una situación percibida como inmanejable o una vivencia emocional muy intensa.

Desde la neurociencia sabemos que el sistema nervioso responde a lo que sentimos, pensamos y nos pasa. Y también sabemos una clave, por demás esclarecedora: "no importa si estamos viviendo algo, es suficiente con pensarlo, para que el sistema se encienda y se active".

Por eso, muchas veces no basta con “entender” lo que nos pasa: necesitamos regular lo que sentimos.

Dos claves neurocientíficas para recuperar tu centro

Más allá de la respiración y el grounding que ya he propuesto, te traigo dos estrategias que nos llevan a la autorregulación:

1.    "Micro-Momentos de Silencio Mental" para la red neuronal por defecto:

Date 2 o 3 minutos, varias veces al día, para desconectar tu atención y permitir que tu mente vague libremente, sin pantallas ni otros estímulos. Esta pausa intencional reduce la sobrecarga cerebral, activando tu red de "reposo" para renovar la calma. Es un reset mental.

2.    Autodiálogos que guían:

Frente a una situación estresante, pregúntate: "¿Qué puedo aprender a mi favor en este momento?" Así, en vez de soportar con malestar un momento frustrante, te entrenás para abstraerte y “sacarle el jugo” a la adversidad.

La idea de que practiques estos dos hacks, es que retomes el timón de tu experiencia interior. Es cuando logramos bajar el volumen del afuera, que algo adentro empieza a hablar con más claridad.

Y comenzás a sentir que la ansiedad ya no manda: avisa. La angustia no ahoga: señala. El estrés no consume: advierte.

Pensamiento esencial: el cuerpo habla cuando no escuchamos lo que sentimos. En una sociedad que premia la velocidad, aprender a frenar, observar y regular lo que nos pasa se vuelve un acto de amor propio. No existe evolución emocional sin autoconocimiento, y no hay bienestar sin conexión. Reconocer nuestros síntomas es el primer paso para dejar de sobrevivir en piloto automático y comenzar a vivir con presencia y consciencia.

Podés encontrar más contenidos, herramientas y recursos de la Lic. Mariné Romero en su Instagram: @mari.romero.psicologa.

Para consultas, también podés escribirle directamente por WhatsApp al +54 9 2634399615.

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