Tuvimos el placer de conversar con Giselle Seijas , creadora de "Yoga Facial Giselle" una experta apasionada por el bienestar integral. Durante nuestra charla, nos compartió cómo su enfoque combina ciencia, belleza y conexión emocional para transformar tanto rostros como vidas.
1. Tu trabajo combina ciencia y bienestar emocional. ¿Cómo descubriste el yoga facial y el KaoLift como herramientas para transformar no solo la piel, sino también la conexión emocional con uno mismo?
Descubrí el yoga facial cuando comprendí que había algo más allá del cuidado externo de la piel. Inicialmente lo hice para mí misma, porque no quería depender de toxinas ni preocuparme por cuánto duraba su efecto. Investigué y entendí que todo lo que se refleja en la piel tiene su base en las capas más profundas: tejidos, fascias, músculos y sistemas linfático y circulatorio.
El masaje KaoLift llegó más tarde; lo estudié en Argentina con su creadora y lo utilizo en mi centro, Harmony Studio, en Canning. Esta técnica no solo mejora el aspecto facial, sino que también libera tensiones emocionales y físicas, ayudando a las personas a reconectar consigo mismas.
2. Tu enfoque es profundamente humano. ¿Qué te inspira cada día a enseñar a otras personas a cuidar su rostro desde el amor propio y la aceptación?
Creo que necesitamos estar más presentes y disfrutar del aquí y el ahora, algo difícil en este mundo tan acelerado. Mi misión es ayudar a las personas a reconectar con su verdadera esencia, aceptarse sin juicios y adquirir herramientas para trabajar en lo que sienten que necesitan.
Conocer nuestro cuerpo y su funcionamiento nos da el poder de ser conscientes, elegir una vida más alegre y sana, y ver reflejados los resultados en nuestra piel y emociones.
3. Tus cursos parecen ir más allá de lo técnico. ¿Qué emociones y aprendizajes personales experimentan quienes asisten a tus talleres? ¿Qué historias de transformación te han conmovido?
Conectar con nosotros mismos siempre tiene un componente emocional. Nuestro rostro guarda un pasado: mochilas cargadas, culpas y traumas que dejan huellas en nuestros músculos y fascias. Liberar estas tensiones es el primer paso hacia una transformación profunda.
He conocido a mujeres maravillosas que se atreven a priorizarse y amarse sin culpas. Ver cómo, con el tiempo, no solo cambia su apariencia física, sino también su estilo de vida, es lo más gratificante de mi trabajo.
4. El autocuidado a menudo parece un lujo. ¿Cómo guías a tus estudiantes para que lo integren como un acto de amor propio, sin culpas ni barreras?
Tener amor propio sin culpa significa aceptarse y valorarse de manera saludable, sin sentir que priorizarse es egoísta. Siempre explico que dedicar 15 minutos diarios a uno mismo es esencial. Si no encontramos ese tiempo, necesitamos reflexionar, porque algo estamos haciendo mal.
El autocuidado no es un lujo; es una necesidad básica para estar bien con nosotras mismas y con los demás.
5. La conexión mente-cuerpo-rostro es poderosa. ¿Qué mensaje darías a alguien que siente que el envejecimiento o el estrés se reflejan en su piel y necesita reconectar consigo mismo?
Todo está conectado. Nuestro rostro refleja lo que somos: si estamos cansados, felices o estresados. Nuestra mente está ligada a nuestros pensamientos y gestos faciales. Sonreír, por ejemplo, libera endorfinas, enviando al cerebro señales positivas.
El yoga facial no solo trabaja la piel, sino también las emociones acumuladas. Es una invitación a reconectar con uno mismo, liberar tensiones y encontrar un equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu.
6. Tu pasión por lo que haces es contagiosa. ¿Cómo crees que las prácticas que enseñas, como el yoga facial, pueden cambiar no solo rostros, sino vidas?
Practicar yoga facial es mucho más que un ejercicio de belleza superficial; es un proceso consciente que conecta cuerpo, mente y emociones. Lo estético es un plus. Lo que realmente ganamos es salud mental, física y una vida más plena.
Estas prácticas no solo mejoran la apariencia, sino que ayudan a las personas a reconectarse consigo mismas, a liberar bloqueos emocionales y a crear hábitos saludables que transforman su estilo de vida. El cambio comienza desde adentro y se refleja en todo lo que hacemos.
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