Coco Sily, reconocido humorista, actor, guionista, director y productor teatral, fue el protagonista de una nueva edición del ciclo de entrevistas +Caras, conducido por Héctor Maugeri en Caras TV. En un mano a mano íntimo y sin filtros, el artista abrió su corazón, habló de su carrera, su humor porteño y cómo la pandemia lo llevó a crear uno de los streamings más delirantes del país.
A pesar de su extensa trayectoria, Sily se define de forma sencilla: “Monologuista”. Admirador de Antonio Gasalla y Enrique Pinti, es considerado uno de los referentes del humor argentino. Supo conquistar al público con su estilo frontal y sin metáforas, y alcanzó gran popularidad con la recordada “Cátedra del Macho” en el programa de Alejandro Fantino, que incluso lo llevó a llenar el Luna Park y recorrer todo el país. Sin embargo, ese personaje quedó atrás, dando paso a un nuevo Sily.

Durante la entrevista, el artista definió su humor como “urbano y porteño”. Acto seguido, hizo un fuerte defensa de este estilo: “Siempre se habla bien de las personas de las provincias, mientras que el porteño es un poco maltratado, es el canchero, el sobrador, el que la sabe todas. Soy muy porteño y me reivindico porteño”.
Y agregó: “Mi humor es directo, sin metáforas, a las trompadas”. Además, explicó cómo construye sus monólogos: “Yo construyo sobre el escenario, casi nunca escribo. Subo en un blanco absoluto, voy con lo que me va surgiendo. Improviso, juego con la gente”.
El streaming más delirante de la pandemia
Uno de los momentos más desopilantes de la entrevista llegó cuando Sily recordó cómo nació su espectáculo durante la pandemia: “Empecé a hacer streaming y convoqué a más de 40 mil personas. Empezamos con 400, pero se iba siempre multiplicando. Fue una locura”.
El formato, lejos de lo convencional, tenía como escenario a su propia habitación. “El primer streaming lo hice en mi habitación con mi hijo que me filmaba con el teléfono en la mano. Yo parado, solo, hablándole al teléfono. Lo peor para un humorista, porque no tenés respuesta de nada”, contó.

Y con su característica honestidad, reveló la forma que encontró para sobrellevar la falta de público: “La única manera que encontré, como técnica actoral, fue ponerme totalmente en pedo. Aparte estaba en mi casa, terminaba y me iba a dormir”.
Whisky, familia y humor sin filtros
Terminada la pandemia, Coco llevó el espectáculo a un estudio, pero mantuvo su esencia: “Mi única escenografía es una mesa, un taburete y la botella de whisky”. Su hijo, además de camarógrafo en los comienzos, también era el encargado de llevarlo a casa.

Sobre su relación con el alcohol, fue tajante: “Durante la semana no tomo alcohol, pero lo único que tomo es whisky. Y cuando tomo, tomo del bueno”.
Coco Sily también destacó el rol terapéutico del humor. “El humor sana”, afirmó, citando una frase común pero que, según él, guarda una verdad. Entre risas y reflexiones, dejó en claro que su objetivo sigue siendo el mismo: hacer reír a su público, a pesar de que la realidad del país no sea la mejor.

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