viernes 26 de abril del 2024
CELEBRIDADES 05-12-2020 17:50

Se filtró el homenaje diario de Claudia Villafañe a Diego Maradona

En la últimas horas se supo cómo la empresaria tiene presente al astro todo el tiempo.

Lejos quedó la historia de amor de Diego Maradona y Claudia Villafañe. En el último tiempo sólo se enfrentaban temas judiciales, denuncias y reclamos económicos. Tras la muerte del excapitán de la Selección Argentina, la empresaria cambió su foto de WhatsApp por una de la espalda de su exesposo, donde se ve la camiseta de Selección, el número 10 y el apellido Maradona.

La pareja se separó en 2003, tras reiteradas infidelidades del astro del fútbol. Pero después de la muerte, la empresaria fue quien tomó la posta de todo: se encargó del velorio, acompañó a la familia y sobre todo contuvo a sus hijas. 

La respuesta de CARAS tras las repercusiones por la tapa de Claudia Villafañe

En una de las tantas entrevista que Maradona brindó a los medios había revelado cómo comenzó su historia de amor con la mamá de sus hijas Dalma y Giannina. “Ya estaba instalado definitivamente en la casita de la calle Argerich, con toda mi familia. Era una típica casa de barrio, propiedad horizontal. Nosotros vivíamos al fondo y adelante estaba la familia Villafañe: don Coco, taxista y fanático de Argentinos, doña Pochi, ama de casa, y… la Claudia”, contó.

 “Me ahorró todas las palabras, que justamente no me sobraban. A partir de ahí, a partir de ese momento exacto, somos El Diego y La Claudia. Y no sabemos vivir el uno sin el otro”, finalizó.

Por su parte, Claudia Villafañe sigue resistiendo y hace su duelo silencioso por tan triste pérdida. También fortalece (con su bajísimo perfil y sobriedad) sus roles de empresaria, pareja, madre y abuela. Claudia, “La Claudia” que siempre estuvo disponible para Diego, llegó a confesar: “Mi historia es una historia de aguantar lo inaguantable, de tolerar lo intolerable y de justificar lo que no tiene justificación. Y todo en nombre del amor y la devoción por quien fuera el hombre de mi vida y el padre de mis hijas”. A la hora de autodefinirse, fue contundente: “Estoy feliz de ser la mujer que hoy en día soy; sin los tropiezos ni caídas no hubiese aprendido nada de esta vida. Cada herida me ha servido. Y aquí estoy, orgullosa de cada cicatriz. Con toda certeza puedo decir que el dolor es el mejor maestro entrenador, porque gracias a él me he convertido en esta mujer que hoy soy: una mujer valiente, fuerte e independiente. Sí, ahora soy una mujer que ya no se rinde fácilmente”.

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