viernes 14 de marzo del 2025
CELEBRIDADES Hoy 07:45

Sol Pérez y una exclusiva producción de fotos embarazada y junto a su marido, Guido Mazzoni

La panelista y abogada atraviesa el último tramo de su primer embarazo y espera a Marco.

SOL PEREZ
SOL PEREZ | Fede De Bartolo

Tenía ganas ya desde su casamiento, en noviembre de 2024, de quedar embarazada. “Nos costó bastante. Yo estaba trabajando mucho, pero tenía la cabeza puesta en ser mamá”, confiesa Sol Pérez, radiante con su pancita de 8 meses y en la feliz espera de Marco, el primer hijo junto a su esposo, el abogado, empresario y dueño de la cadena de gimnasios Bigg Guido Mazzoni.

“Estaba con esa ilusión, pero pasaban los meses y los test seguían saliendo negativos. Me fui haciendo estudios y en uno de
ellos, una ecografía, detectaron que estaba ovulando, así que lo buscamos y ¡vino! Pero fue bastante complicado
”, se sincera la panelista de “Cortá por Lozano” y “Gran Hermano”, ciclos de Telefe.

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“Cuando me enteré me puse a los gritos en el baño y Guido se asustó, no entendía, pensó que me había pasado algo. Y cuando le dije que era positivo lloramos los dos. Me decía: 'Pará porque puede ser un falso positivo ' Le dije que me llevara a la casa de mis papás porque no iba a poder aguantarme con la noticia. Les conté enseguida. Fuimos también a la casa de los padres de Guido. Estaba embarazada de cinco semanas”, agrega Sol con emoción.

En los primeros tres meses de gestación, la conductora y abogada decidió cuidar al máximo a su bebé. “Suspendí todo. Y eso que venía entrenando con mucha energía. Paré mi vida. En el medio tuve mi luna de miel, así que hubo mucho descanso, pero no quería hacer fuerza, ni entrenar. Lo había buscado tanto que mi miedo más grande era perderlo”, admite.

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“Te dicen que no hay que romantizar el embarazo, pero yo la pasé muy bien. Solamente me sentí mal una vez en los primeros
tres meses, cuando estábamos de viaje.
Pero después no tuve náuseas, ni antojos, o mareos. Sí, en esta etapa, estoy con ciertos malestares, pero ya van 35 semanas. Tal vez ahora tengo un poco más de sueño, me siento cansada, o con acidez cuando termino de
comer, y con más dolores cuando se mueve el bebito, que es grandote por suerte”, detalla Sol. Su fecha de parto es el 12 de abril y el lugar elegido es el Hospital Austral.

Los nombres de sus hijos fue un tema que Sol y Guido charlaron casi desde el comienzo de su historia de amor, hace seis años. “Creo que cuando nos conocimos y empezamos a formar un proyecto, ya hablamos de eso. Porque nos fuimos a vivir juntos cuando íbamos muy poquito de novios. Empezamos en octubre y, en diciembre, ya alquilamos un depto. Nos tiramos a la pileta y por suerte ¡salió muy bien! Y acá estamos, casados y esperando un bebito. Solo tuvimos una breve separación, cuando me tocó hacer temporada de teatro en Mar del Plata, que recuerdo fue fatal, porque la pasé muy mal. Reconozco que tengo una personalidad fuerte”, asegura entre risas.

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“Hicimos el test genético y nos enteramos del sexo. Pero yo estaba convencida desde el momento en que supe del embarazo de que era varón. Deseaba tanto y con todo mi corazón ser mamá, lo esperé tanto, que desde el primer segundo sentí una conexión muy grande. En la semana 16 ya sentía el bebé, que ya era el mundo entero para mí. Todo el tiempo me toco la panza...y él ¡se mueve tanto!”, sostiene

Sol. El embarazo, afirma, le generó una revolución emocional. “Tuve muchos cambios de humor y siento que las cosas me afectan más. Estoy mucho más sensible. En el segundo trimestre, por ejemplo, me enojaba por cualquier cosa. Siempre fui muy emocional y de un carácter bastante complicado y me costó. Había días que me sentía divina y otros en los que decía  ̈por favor estoy peor que nunca ̈”, cuenta la panelista, quien con los meses retomó su rutina de ejercicios y musculación, con levantamiento de pesas, pero adaptadas a su condición y supervisada por su obstetra.

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Y sobre los cambios físicos que experimentó y cómo la afectaron, dice: “Nosotros trabajamos todo el tiempo con la imagen, entonces para mí era difícil hallarme dentro de un cuerpo que sentía que no era mi cuerpo. Por más que siempre entrené y que en el embarazo como saludable. La prioridad fue siempre darle lo mejor a mi bebé. Pero corporalmente te pasan un montón de cosas. Ya mi ropa no me va y a los brazos y cara me los veo distinto. Fue un encontrarme y conocerme desde otro lado. Lo haría igual un millón de veces más”.

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—¿Ya tiene deseos de tener más hijos?


—Quiero buscar la nena. Ya lo estoy planeando. Hoy Guido me preguntó cuándo tendría otro bebé y le dije “por mí ¡en seis meses!” No nació mi hijo y ya planeo un hermanito o hermanita (risas).


—¿Cómo lo ve a Guido, su esposo, en esta etapa?


— Creo que va a ser el mejor papá del mundo. No porque sea mi marido, sino porque tiene mucha sensibilidad, ¡es de piscis!. Siento que los dos estábamos en un momento que teníamos muchas ganas de ser papás. Para mí al hombre le cuesta mucho más acompañar, sobre todo durante los primeros meses, porque no sienten al bebito. Es un poco raro poder hacer el click. Los dos estamos súper ansiosos.

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—¿Cómo se imagina como mamá?


—Creo, por un lado, que me va a costar no ser una mamá pegote. No quiero serlo. A veces le digo a Guido que tengo miedo de no querer que me toquen al bebé, así que lucho contra eso. No quiero pasarle mis miedos. Y, por otro lado, también pienso que voy a ser una mamá independiente, que trabaja y sigue sus sueños. Quiero que mi hijo me acompañe a trabajar. Y buscar un equilibrio entre las dos personalidades que sé que tengo (más risas).

Por Kary López

Fotos: Federico de Bartolo

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