Carmen Fernández de Araoz, conocida cariñosamente como Piru Urquijo, es una de las mujeres de la alta sociedad española que no pasa desapercibida. Su vida, entretejida con la historia de la aristocracia madrileña, es mucho más que el papel de abuela paterna de Teresa Urquijo y Moreno, esposa del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
Piru es una figura clave en la alta sociedad, con una cercanía con personajes históricos. Nieta del ilustre médico Gregorio Marañón, Piru Urquijo nació rodeada de un entorno de prestigio y tradición.
Desde joven, su vida estuvo marcada por encuentros con la realeza y personalidades influyentes, construyendo así un legado inigualable. En 1957, su historia dio un giro trascendental cuando contrajo matrimonio con Jaime Urquijo y Chacón en la monumental iglesia de San Francisco El Grande. Aquella boda, un evento de magnitudes excepcionales, congregó a lo más selecto de la sociedad madrileña y política del momento, dejando huella en la historia.
Esta unión fue una historia de amor que duró 62 años. Hasta la partida de Jaime en 2019, Piru y su esposo formaron un sólido matrimonio del que nacieron seis hijos. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de tragedias: en 1995, su hijo mayor, Juan, falleció en un trágico accidente aéreo. Pese a este dolor inconmensurable, Piru Urquijo supo reconstruirse, sostenida por su fe y el amor incondicional de su familia.
Piru Urquijo y una red de conexiones ilustres
La descendencia de Piru y Jaime ha continuado entrelazándose con apellidos de gran peso en la sociedad española. Sus hijos y nietos han sellado vínculos con familias aristocráticas y empresariales de renombre. Su hijo Lucas, por ejemplo, director de comunicación en Roche Farma, es el padre de Teresa Urquijo, quien hoy ocupa titulares al unirse al alcalde de Madrid.
Fuente: Hola! España
Por otro lado, su familia también se entrelaza con los Palazuelo, ya que Piru es tía abuela de Sofía Palazuelo, futura duquesa de Alba. Estos lazos reafirman el papel de esta mujer como un núcleo central en el árbol genealógico de la alta sociedad española.
A lo largo de su vida, Piru generó amistades únicas con figuras que trascienden la historia. Salvador Dalí y su esposa Gala formaron parte de sus veranos, al igual que personalidades como Fidel Castro y Luis Miguel Dominguín. Además, forjó una cercana relación con el rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía.
Una anécdota que pinta de cuerpo entero esta conexión ocurrió cuando Piru sufrió un problema de traumatología: el rey Juan Carlos, en un gesto de amistad, le envió una muleta ergonómica que ella, una vez recuperada, colgó como un trofeo sobre su cama.
A sus 89 años, Piru Urquijo sigue siendo un símbolo de elegancia y fortaleza. Su vida, marcada por el amor, la tragedia y la amistad con personajes históricos, la convierte en una figura que trasciende el ámbito familiar y social. Como ella misma dijo, cuando Teresa se case con Almeida, se convertirá en tatarabuela, un título que la llena de orgullo.
VO