Lejos de la ciudad, a unos cien kilómetros, Analia Franchín guarda la cuarentena obligatoria junto a su marido, Sebastián Eskenazi, y su hijo de 9 años, Benicio. Pero el aislamiento no la encuentra relajada, ya que dice ser fanática de la limpieza y se encarga de cumplir horario escolar con su hijo. "Hago sonar la campana de la casa a las 8 de la mañana todos los días, esto no es joda", exclama. Y además es panelista del programa de Lizy Tagliani, "El Precio Justo", por Telefe, donde todos los días pasa portales de revistas, una nueva modalidad derivada del clásico "pasando revistas".
En diálogo con CARAS Digital, Analia reveló cómo son sus días en el campo y reveló el "TOC" que descubrió en plena pandemia. "Estamos en el campo. En cuarentena tenemos momentos de amor y de odio, los momentos en los que exploto son cuando mi hijo no me da bola para hacer la tarea, y a mi me gusta el rol de maestra. Todas de chiquitas soñamos con ser maestras. Es como cumplir una fantasía", comenzó contando.
"Tenemos una cuarentena muy particular en el campo, extrañamos ver gente, no nos sentimos encerrados y no tengo que pelear por el uso del Ipad. Lo que sí implementé es un horario escolar con los recreos y momentos para las distintas materias. Tengo una campana que hago sonar yo. A las 8 arranca la campana y a estudiar, conmigo o on line. En cuanto a la pareja tengo una buena convivencia y buen espacio, sino capaz la convivencia no sería tan bueno. Uno está acostumbrado a tener su vida y reencontrarse a la noche. Paso mucho tiempo con mi hijo, con mi huerta, y mi marido tiene sus actividades, sí nos reencontramos para almorzar. Me replantee sacarme el pijama porque vivo en pijama, me propuse levantarme y cambiarme, aunque me ponga cualquier cosa. Eso sí, una noche nos vestimos para salir a cenar, aunque cenemos en casa".
"Acá comprobás el amor... Acá no hay depiladora ni peluquera, y mi marido se la tiene que bancar", confesó. Y agregó que se considera una implacable ama de casa: "Soy perfecta en mi casa, soy el ama de casa casi perfecta, desde chiquita hice todo porque mi mamá me tenia cagando. El problema es que soy obsesiva, tengo tres aspiradoras. Tengo un TOC con las aspiradoras, ¿quién tiene tres aspiradoras en su casa? Sólo yo... No aspiro todo con la misma, aspiro los colchones, el piso, las sabanas, los sillones, todo pasa por la aspiradora. La aspiradora es mi mejor amiga. Mi esposo me pide que barra con la escoba porque el ruido lo vuelve loco, pero ¡no es lo mismo!", reveló.