A esta altura ya nadie duda que Máxima Zorreguieta (47) no sólo es la “reina más fashion y elegante”, sino que también esa pasión que siente por la moda se la supo transmitir a sus tres hijas. Amalia (16), Alexia (13) y Ariadna (12) han dado claras muestras de lo que les gusta la ropa y no sólo de los diseñadores más exclusivos sino también, al igual que su madre, de tiendas no tan conocidas o de creativos que están dando sus primeros pasos. Lo cierto es que lo que luce cualquiera de ellas cuatro, al día siguiente se agota y se convierte en tendencia. Por eso, lejos de que su pasión sea vista como un hecho frívolo, Máxima también ha dejado claro que esta es una industria que mueve mucha gente y por esa razón siempre está dispuesta a defender ese trabajo. Por eso a nadie sorprendió que durante la celebración de Koningsdag (Día del Rey) aprovechara junto a sus herederas para cortar las cintas de inauguración on line de una tienda donde la gente puede comprar y vender ropa usada a beneficio de la fundación “Kika”, que se dedica a la investigación del cáncer infantil.
“Esta nueva y creativa propuesta se ha vinculado a los valores de sustentabilidad, economía colaborativa y consumo responsable, un nuevo concepto de comercio que promueve la idea de compartir y así todos poder tener”, aseguró la reina durante el simbólico corte de cintas, obviamente de color naranjas.
Desde 2015, en Holanda, son furor las tiendas que “prestan” ropa de segunda mano, casi nueva, bajo una suscripción, o sea con el mismo sistema que una biblioteca. Por eso se llamaban “Shop Libraries” (Tiendas Bibliotecas). El socio se suscribe y paga una cuota mensual de entre 13 y 50 euros, según la cantidad de prendas que quiera disponer. Bajo el slogan “Es mejor compartir y prestar antes que comprar”, se volvieron muy populares, sobre todo entre las mujeres. Las más famosas “tiendas de segunda” son “Lena The Fashion Library”, en Amsterdam, y “De KledingBibliotheek”, en Utrecht, y aseguran que esta modalidad comercial dio paso a un nuevo sistema colaborativo y económico en el cambiante mundo de la moda.
Sumado a esto, en la celebración por el Día del Rey también se acostumbra a buscar patrocinadores y donaciones para que los holandeses puedan comprar a muy bajo precio. Así, ya son tradición para esa fecha los “vrijmarkt”, mercaditos pequeños en los que la gente tiene la oportunidad de vender su ropa o artículos del hogar usados, entre otras cosas. Sólo ese día, el gobierno de los Países Bajos permite la venta en la calle sin permiso y sin la obligación de pagar impuestos o concesiones. Según las estadísticas, alrededor de un quinto de la población holandesa pone un puesto en la calle para vender algo que ya no usa o quiere más. Inspirándose en esta vieja costumbre holandesa cuentan que Máxima ideó esta nueva medida para, de alguna manera, contribuir con la alicaída economía del país que, como todo el mundo, atraviesa la fuerte crisis por el Covid-19.
Con la gran colaboración de sus tres hijas habrían realizado un minucioso recorrido por sus respectivos guardarropas, y seleccionado las prendas que ya no usarán más para donarlas al nuevo portal. Claro que muchas quedaron colgadas porque Máxima también les impuso a las princesitas la costumbre de pasarse la ropa entre ellas. De prestarse y reciclar incluso sus propios modelos. “Kika Vrijmarkt”, dentro de la página Marktplaats, es el nuevo portal en donde los holandeses podrán comprar algunos de los modelos de su reina o de sus princesas, más allá de accesorios, utensillos y diferentes artículos. También en ese portal se ofrecen clases de cocina, de teatro, de música y se enseñan manualidades.
Una nueva acción solidaria de la reina que en Europa es una de las más trabajadoras, queridas y admiradas.