La infanta Sofía de Borbón y Ortiz, la hija menor de los reyes de España, decidió tomar un rumbo propio que la aleja de las exigencias tradicionales de la monarquía. A sus 18 años, la hermana de la princesa Leonor dejó en claro que su futuro no transitará los pasillos de academias militares.
La Casa Real confirmó recientemente que "no se contempla la posibilidad de una formación militar para la infanta Sofía", una declaración que marca un punto de inflexión en la vida de la joven royal y en la historia reciente de la institución monárquica española. Mientras Leonor continúa con su exigente entrenamiento castrense a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, Sofía, recientemente recibida del UWC Atlantic College de Gales, planea otros rumbos en su vida.
La noticia no ha sorprendido del todo a quienes siguen de cerca los movimientos de la familia real. Desde hace tiempo se especulaba con la posibilidad de que la infanta optara por un camino académico más convencional. Las diferencias entre las hermanas, si bien sutiles, se fueron acentuando con los años. Ambas compartieron educación en el colegio Santa María de los Rosales en Madrid y luego en Gales, pero con la mayoría de edad a la vista, sus destinos empiezan a diferenciarse de forma más notoria.
La infanta Sofía con nuevos rumbos
Sofía se muestra como una adolescente moderna, interesada en disciplinas que van desde las Relaciones Internacionales hasta las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), según fuentes cercanas a Zarzuela. Aunque no se ha confirmado aún cuál será su próximo destino educativo, las apuestas están puestas en universidades del extranjero, posiblemente en Estados Unidos o el Reino Unido.
Esta decisión refuerza su condición de "royal secundaria", sin la presión de heredar la jefatura del Estado, pero con un perfil cada vez más autónomo y contemporáneo. Mientras Leonor es preparada para ser la futura reina y comandar las Fuerzas Armadas españolas, Sofía tiene la libertad de elegir su vocación y proyectar su vida más allá del protocolo y los compromisos institucionales.
Expertos en la monarquía señalan que el modelo que empieza a esbozar Sofía podría representar una evolución saludable para la Corona. La infanta no está destinada a reinar, y por ende, puede construir su identidad sin las obligaciones castrenses.
En paralelo, esta elección podría ser también un gesto de modernización por parte de los Reyes. Felipe VI y Letizia parecen decididos a ofrecer a sus hijas no solo una educación de excelencia, sino también la posibilidad de elegir su destino, algo impensado décadas atrás en la realeza europea.
VO