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ACTUALIDAD 08-11-2017 10:12

Zaira Nara: ternura, amor y familia en Playa del Carmen

La conductores y actriz de Multitalent Agency dice que su marido y Malaika llegaron para cambiar las reglas de su mundo. Galería de fotosGalería de fotos

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Con la convicción que da la experiencia, Zaira Nara (29) reconoce que fueron su pareja, Jakob von Plessen (37), y su hija Malaika, de un año y siete meses, los que llegaron para cambiar las reglas de su mundo y convertirla en una mejor versión de sí misma. “Siento que mi hogar es donde estén ellos. Me ha tocado irme embarazada a África y dormir 10 días en carpa sin que me importara. Voy dónde vayan ellos”, afirma la conductora y modelo de Multitalent Agency sobre el estilo de vida “nómade”, que mantiene con von Plessen, quien organiza safaris a caballo tanto en reservas de África como en el sur argentino. “Antes yo era el centro, pero ese eje se corrió. Mali me cambió, me enseñó a ser más libre y despojada. Jako y mi hija me conectaron con el amor más puro, ya no soy la mujer estructurada que solía ser. Cambié por amor”, agrega Zaira, co-conductora de “Morfi”, el ciclo de Telefé, y quien hoy reparte sus horas entre Buenos Aires y el campo que “Jako”, como pronuncia Zaira el nombre de von Plessen, tiene cerca de Sierras de los Padres y adonde la familia parte todos los fines de semana posibles.

“Durante la semana es Jako el que me acompaña porque yo estoy trabajando en el programa. Él se queda con Mali y eso me tranquiliza, pero los viernes cuando termino me pasan a buscar por el canal y nos vamos los tres al campo, que queda a cinco horas de la ciudad. Son momentos de ruta, charla y mate. El domingo volvemos, pero la desconexión es genial. Así es nuestra vida”, afirma Nara, quien acostumbrada a los viajes acaba de regresar de uno muy especial; es que esta vez la familia cambió el campo por la arena y el mar de Playa del Carmen, el destino elegido por Zaira para sus primeras vacaciones en familia.

“Jako a los dos años ya andaba solo en caballo, pero Mali es chica y tenemos que tener mucho cuidado. Es otra nena cuando llegamos al campo ¡Su primera palabra fue cocó, lo único que quiere es un caballo! Para Mali ese es su lugar en el mundo: quiere agarrar a todos los perros, gatos, vacas y hasta el gallo que tenemos, a quien ama; se desespera, lo recontra disfruta. Y yo me olvido de las cinco horas de ruta y soy otra en el campo. Me saco el maquillaje en el auto y después me pongo una bombacha de campo y cocino, hasta hago pan. Cuando encontrás al amor de tu vida no hay que esperar demasiado para cambiar”, se sincera Zaira. Durante su estadía en México, ella y los suyos se alojaron en Paradisus Playa del Carmen, un resort todo incluido paradisíaco. Una joya entre los hoteles de la Riviera Maya, que ofrece unas vacaciones de playa ideales para aquellos que buscan lujo y exclusividad.

Así fue como, luego de recorrer los escasos 45 minutos que separan al aeropuerto Internacional del hotel, el grupo realizó su “check-in” en el lobby privado de “La Esmeralda”, el sector exclusivo para familias del resort. Allí tuvieron un tratamiento vip en “Family Concierge”, una experiencia de lujo diseñada pensando en toda la familia, con un concierge a disposición todo el día y enmarcado en el concepto “Luxeclusive”, que tiene que ver con todo lo que se busca, quiere y necesita en vacaciones, ya sea en un restaurante, bar, habitación o en las actividades restantes. “Teníamos ganas de hacer este viaje y compartir el tiempo de a tres, porque Jako después ya empezaba a viajar por su trabajo en el sur argentino. Nos tomamos una semana y fue muy lindo. Malcriamos a Mali todo el día”, agrega Nara.

Sobre el rol como papá de von Plessen, quien suele mencionar a Malaika como su “gauchita”, la conductora sólo tiene elogios. “Es un padrazo y Mali muere por él. Jakob es un amor y está presente en el día a día y en todo. Es un papá que elegiría una y mil veces. Y Mali es igual a Jakob, en todo sentido: físico y de personalidad. Es muy loco haberla tenido en la panza y que sea tan parecida a su padre. Si ves una foto de Jako de chiquito Mali es igual. Y hasta en las cosas que elige y lo aventurera y salvaje que es. De mi heredó el gusto por arreglarse. Cuando viene Kennys (Palacios, su estilista) a casa para prepararme para el programa ella se divierte con las brochas y cepillos. Sólo en eso se asemeja a mi por ahora”, asegura con humor Zaira, quien también disfrutó junto a los suyos de los demás atractivos del resort, como la cocina internacional inolvidable en sus 14 restaurantes y 16 bares.

—¿Tiene planeado darle pronto un hermanito a Malaika?

—Nosotros queremos un hermanito y dijimos de buscar este año, pero la verdad es que la maternidad insume un montón de tiempo y recién estamos volviendo a acomodarnos un poco; yo durmiendo un poco más, con un poco más de libertad. Nos dimos cuenta que queremos disfrutar este momento de nuestra hija y tal vez esperar un poco. Tenía la idea de tener hijos súper seguidos y al año de Mali ya buscar el otro, pero es muy difícil encarar el segundo porque los dos trabajamos mucho. No vamos a buscar ya, pero tampoco quiero esperar tanto.

—Un hijo cambia todo, hasta la intimidad de la pareja. ¿Cómo mantienen viva la pasión?

—A medida que crecen los chicos es más complicado (risas) porque cuando son bebitos, listo, se van a dormir y por más que hagas colecho, lo llevas a su cunita y podes tener una velada romántica. Pero ahora Mali está metida en todo. Tal vez estamos mirando un película con ella al lado y de pronto se te acerca, te da un beso y termina saltando con el padre en pleno juego y cambia todo. Si queremos salir a cenar solos hay que llamar a alguien para que se quede con ella y eso nos parte el alma y terminamos comiendo los tres. Es difícil. Creo lo que mantiene la pasión es el hecho que Jako viaje. Me encanta extrañarlo. Cuando vuelve, ya no sos la que reclama o le enchufa a la nena. Quiero abrazarlo y listo. Pero siempre hay que encontrar los momentos. Nosotros tenemos esa pasión de novios intacta y está bueno. Nos sentimos así todo el tiempo; felices con nuestra hija, felices con los momentos a solas.

—¿Fantasean con una boda?

—Antes que llegara Mali pensábamos que estaría bueno casarnos y también cuando ella estaba en la panza hablábamos de cuando llegara ese día. Pero yo ahora perdí el interés absolutamente, hoy pienso que no hay necesidad. Estamos tan bien y es todo tan hermoso y lindo que no pienso en eso. Tal vez cuando cumplamos diez años de novios estaría bien, pero por ahora, no. Es más, creo que el hecho de ser novios tiene un encanto distinto, porque si bien es el padre de mi hija y estoy mucho más comprometida que cualquier otra persona casada sin hijos, porque elegí a Jako para toda la vida, siento que el hecho de que sea mi novio hace que me tenga que seguir conquistando.

—¿Qué fue lo que la cautivó tanto de su pareja?

—Que me tuvo una paciencia absoluta. Yo era muy estructurada, de manual y veía que nuestras vida eran muy distintas. Me moría de amor, él me encantaba, pero le decía ¡no sos para mi! Y en vez de entregarme al amor que sentía, prevalecía el miedo. Y eso me pasaba frente a situaciones que hoy se dan con total naturalidad, como pasar parte de mi vida en el campo. Jako la remó mucho, la luchó e hizo muchas cosas que jamás habían hecho por mí. Me demostró que estaba ciento por ciento convencido que yo era para él.

—¿Son de las parejas que apuestan al colecho?

—Pasé por todas las estapas. Cuando volvimos del sanatorio, Mali sólo se dormía arriba mío. Hacíamos colecho, pero después pasaba al moisés. Pienso que la pareja tiene que tener sus momentos y que la bebé no puede estar todo el día en la cama de los padres, para mí no está bueno. Hoy por hoy, Mali a las cinco de la mañana se despierta, pide un mema, y se pasa a nuestra cama hasta que yo me voy. Es su mimo. Nuestro colecho no es dormir todos juntos, pero si compartir de a ratos. Por las noches me quedo en su cuarto con ella, leyéndole su cuento hasta que se duerme, pero después vuelvo a mi cama con mi marido.

—¿Es verdad que tuvo un acercamiento con su padre, Andrés, con quien estaba peleada?

—La verdad es que siempre fui cauta al hablar sobre mi papá. Tal vez como él estaba muy expuesto y la pregunta sobre si me había amigado o qué pasaba con él era constante. Puede haber un distanciamiento, sí, pero creo que con la familia no te podés pelear. Hoy doy mi vida por Mali y no me imagino que ella el día de mañana se pelee conmigo y diga “nunca más”. Quizá pueda pasar que no compartas las ideas, que es lo que pasó con mi papá, pero el amor y el vínculo están siempre. Creo que todo cambia cuando tenés un hijo. Te das cuenta de todo lo que hicieron tu papás por vos. Y ahora, que tengo a Mali y por ella hago todo, sintiendo a veces que nadie lo ve, porque ella es chiquita y no se da cuenta, entiendo lo ellos hicieron por mí. Somos todos grandes y podemos opinar distinto y eso era lo que venía pasando. Pero sí, hubo un acercamiento con mi padre. Lo estoy viendo. Ya no me acuerdo cuando nos peleamos. Tenía ganas de que Mali comparta momentos con su abuelo.

por Kary Lopez

Agradecimientos: Fotógrafo de tapa y producción: Chino Moro. Fotógrafo hotel: Solana Ré. Hotel Paradisus Playa del Carmen (www.paradisus.com), @FplusFc (Prensa & Comunicación para Meliã Hotels International) Sol y Oro. La bikineria Playa del Carmen. China by Antolin. Pompavana. Elida. Pioppa. Etiqueta Negra. Pelo y Make Up Frascisco Villa.

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