El desconocido trabajo que tuvo Marcelo Polino cuando vivió en España
Marcelo Polino habló de sus días difíciles en Buenos Aires y cómo terminó haciendo trucos de magia en Europa.
“Yo creía que cuando llegara a la televisión iba a ser un hombre feliz. Pero cuando llegué, nada más lejano a la felicidad”, confesó Marcelo Polino en el cuarto episodio de la nueva temporada de +CARAS, el ciclo de entrevistas que conduce Héctor Maugeri por Caras TV. Lejos del personaje ácido y filoso que construyó durante años en la pantalla, el periodista recordó sus humildes comienzos en el mundo del espectáculo y reveló cuál fue uno de sus primeros trabajos antes de ganar fama en la televisión.
El desconocido trabajo de Marcelo Polino
Soñador desde pequeño, Polino dejó su ciudad natal, Tres Arroyos, con un objetivo claro: llegar a la televisión. Pero el camino no fue fácil. Al llegar a Buenos Aires, vivió un tiempo con sus padrinos y al poco tiempo quedó en situación de calle. “Me invitaron a retirarme. Me quedé en la calle, boyando. La pasé bastante mal, llegué a dormir hasta en una plaza”, recordó con crudeza.
En medio de ese contexto de necesidad y desamparo, encontró en la magia una puerta inesperada al mundo del espectáculo. “Un día me compré unos trucos para hacer magia en un local de la Avenida Corrientes y empecé a animar fiestas infantiles”.
Con su nuevo oficio conoció al artista infantil Pipo Pescador, quien necesitaba un mago para su espectáculo. “Perdido por perdido, fui y me presenté”, dijo. No solo consiguió el trabajo, sino que ese encuentro marcaría un antes y un después en su vida.
Marcelo Polino y su historia de amor con Carmela, la hija de Pipo Pescador
Fue justamente en ese entorno donde conoció a Carmela Fischer, hija de Pipo. “Ella vivía en España y vino a visitar a su papá. Fue ahí cuando me la presentó”, recordó. El flechazo fue inmediato, y poco después Polino se mudó con ella a Europa. “Me fui a España con ella, donde también trabajaba de mago. Estuvimos dos años”, contó.
El vínculo sentimental con Carmela duró un tiempo, pero eventualmente se separaron. “Después me fui a vivir a París”, agregó, sin dar demasiados detalles de esa nueva etapa. Lo que sí quedó claro es que aquel joven que soñaba con la fama encontró primero la supervivencia y, luego, las primeras luces del espectáculo gracias a su ingenio y determinación.
Hoy, con décadas de trayectoria en televisión, Marcelo Polino recuerda esos comienzos con cierta distancia, pero también con orgullo. Porque antes de los sets y los flashes, hubo un joven que hizo magia, literalmente, para salir adelante.
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