Daniela Urzi habló por primera vez de su separación y sus nuevos proyectos laborales
Modelo, fotógrafa y a punto de incursionar en la música electrónica, la top dice ser antes que nada una persona creativa. En las paradisíscas playas de Tulum reafirmó su esencia de mujer fashionista.
Cuando queda cara a carca con “El Chino” Luis Moro, el fotógrafo fashion argentino radicado en Tulum, las indicaciones casi que están de más. Porque si hay una modelo argen- tina que puede jactarse de “sabérselas todas” y de haber trabajado como pocas
esa seguro que es Daniela Urzi (42). Modelo desde los 16, a los 20 se fue a Europa para no volver más. Editoria- les, desfiles, campañas y publicidades para los diseñadores y marcas más en- cumbradas se amontonan en un hipo- tético libro autobiográfico difícil de compilar. En épocas donde no existía el Whatsapp y radicarse en el exterior era
sinónimo de soledad, Daniela sembró y cosechó los frutos de una trayectoria superlativa.“Tediríaquetengounnivel de adaptación único, viví en todos lados y para comunicarme con mamá nos mandábamos faxes. Si hasta llegué a tomar el Concorde en su última etapa, porque todas las semanas hacía Paris y Londres desde Nueva York ida y vuelta.
Gracias a ese avión supersónico (dejó de volar en octubre de 2003) pude llegar a hacer trabajos que sino hubiesen sido imposibles”, relata como si el pa- sado fuese hoy.
Y dentro de esa simbiosis temporal, el pasado de los doce años de relación con Pablo Cosentino se mimetiza con su nueva vida de hoy, separada, con muchísimos frentes laborales por aten- der y con todo el estímulo emocional que le significa Thiago, su hijo de siete años. Una debilidad que comparte con Cosentino y que mantendrá irrompi- ble ese hilo conductor afectivo entre los tres. “Cuando hablamos con él para transmitirle la decisión le explicamos que separarnos no significa que dejemos de
compartir cosas, que si mamá ahora vive en una casa y papá en otra es para que nos llevemos mejor, y no quiere decir que no vayamos a comer o a hacer un plan juntos. Mismo ahora, que Pablo está en Ibiza, voy a viajar con Thiago y vamos a compartir muchos momentos los tres”, explica, y se pone en el lugar que requiere la cir- cunstancia: “Creo que le estamos dando
un montón de amor, y manejamos la situa- ción de manera madura y pensando siem- pre en él, lo que le hace bien y lo que podría afectarlo, todo gira en derredor de eso. Sabemos que por su edad le va a llevar meses de proceso que no son fáciles, pero tratamos de hacer lo mejor posible”.
—¿Porqué decidieron comunicar la separación por redes sociales?
—Nosotros no somos personas me- diáticas, y veníamos charlándolo hacía tiempo para no dar lugar a malas inter- pretaciones. En un momento pensa- mos incluir a Thiago en la foto, pero al final preferimos no exponerlo. Con Pablo nos queremos un montón, la nuestra fue una separación madura y de común acuerdo. Quizás quedó un comunicado medio serio, pero lo que expresamos es tal cuál la realidad.
—¿Fue un proceso que se venía decantando?
—Lo veníamos hablando desde el año pasado. Pero se acercaba fin de año y no queríamos hacer algo abrupto, encima en los primeros días de enero es el cumpleaños de Thiago. Preferimos tomarnos la situación con calma, sa- bíamos que un par de meses más o me- nos no iban a cambiar nada. Fuimos a Punta del Este, la pasamos bárbaro con amigos y cuando volvimos a Buenos Aires ahí si lo encaramos con más ma- durez. Nos sentamos y pensamos que era el mejor momento para anunciarlo. Creo que manejamos las cosas bien y de manera prolija, en ese sentido estoy contenta.
—Separarse después de doce años juntos, ¿lo considera una frustración?
—Antes de tomar la decisión comen- cé a hacer Theta Healing, un proceso de sanación interna y meditación para conocerte a vos mismo. Y ahí, cuando se trató el tema, me preguntaron por- qué lo veía como un hecho frustrante. Yo les dije que cuando uno se casa lo piensa para toda la vida, y ahí me repli- caron: “¿Pero que te pasó en todos estos doce años, no fuiste feliz?” Sí, lo fui. “¿No tenés un hijo increíble?” Sí, absoluta- mente. “Entonces, ¿porqué lo ves como algo frustrante?” Y ahí me di cuenta que no es ningún fracaso. Porque fueron doce años impresionantes, intensos, con un hijo increíble y un marido y padre que no podría haber elegido mejor. Quieras o no, la relación de pareja te da un montón de cosas, y a nivel personal crecés muchísimo.
—¿Definitivamente radicada en Buenos Aires?
—Ahora sí, vivo sola en Palermo y cerca de Pablo, para que Thiago nos tenga cerca a los dos. Por suerte tengo a mis padres, a mi hermano y a mi prima con sus hijos, siempre trato de curtir a la familia por mi hijo. El chocho, le encanta ir a pintar con mi papá, con “elo” como le dice... Y se ponen a pintar los dos juntos, disfruta un montón cerca de ellos.
—¿En que se enfocará en esta nueva etapa?
—Sigo haciendo de todo, como modelo siempre surgen cosas que si están buenas las acepto, y además vendo mis fotografías que transformo en piezas de arte. Me considero una persona muy creativa, también estoy haciendo un curso de interiorismo en Nueva York queterminoafindeaño.Yonocreoen eso de dedicarse a una sola cosa, cuan- do sos creativo lo vas canalizando en diferentes áreas, como ahora con el tema de la música.
—¿Se viene la Daniela Urzi cantante?
—Cantante no, es un proyecto mu- sical con un amigo deejay que vive en Ibiza, Pablo “Pape” Lopez, yo escribo los temas y la música la producimos juntos. No es cantada, es relatada, aunque igual por las dudas tomo cla- ses de canto porque en un futuro quizás cante alguno de los tracks. To- do sobre la base de la música electró- nica, que te da un abanico de posibi- lidades enormes. Me gusta incorpo- rar voces, sonidos de lluvia, de true- nos o de teléfonos antiguos. En breve lo lanzaremos oficialmente con el primer tema que presentaremos en una disco de Ibiza, que se llama “I hear you” (“Te escucho”). Ya hicimos el video en Tequila y quedó buenísi- mo, la idea es subirlo luego a las redes sociales y que los deejays lo vayan incorporando a su menú. Charlando con “Pape” le dije que no nos ponga- mos techo, más allá de que a futuro sea todo una incógnita.