Por qué el entorno familiar señala a Letizia Ortiz como una "cínica"
David Rocasolano en su libro "Adiós Princesa" reveló información impactante sobre la reina consorte de España.
Letizia Ortiz desde su llegada a la Casa Real, ha sido una figura que ha despertado tanto admiración como controversia. En su camino hacia la corona, la ex periodista navegó por aguas turbulentas, lidiando con la presión mediática, la crítica pública y, en ocasiones, con traiciones que han venido desde su propio círculo familiar. Uno de los episodios más significativos en este sentido fue la publicación de Adiós princesa, el libro en el que su primo, David Rocasolano, reveló aspectos profundamente personales de su vida, poniendo en jaque su imagen.
Por qué el entorno familiar señala a Letizia Ortiz como una "cínica"
En Adiós princesa, Rocasolano presenta a Letizia como una mujer desconfiada y meticulosa, rasgos que, según él, han sido fundamentales para su supervivencia en el seno de la monarquía. Una de las anécdotas más reveladoras es la historia sobre cómo durante su primer embarazo, engañó a su familia sobre el sexo y el nombre del bebé. Esta mentira, que finalmente se filtró a la prensa, habría sido un experimento para desenmascarar a un supuesto topo dentro de su círculo íntimo.
Uno de los puntos más polémicos del libro es la crítica que Rocasolano hace sobre el supuesto bagaje cultural de Letizia. En contraste con la imagen de intelectual que los medios suelen proyectar, el autor sostiene que su prima apenas lee más allá de los periódicos y algunos best sellers.
La hipocresía y el cinismo también es un tema recurrente en las páginas de Adiós princesa. Rocasolano narra que Letizia Ortiz, antes de su matrimonio con el entonces príncipe Felipe, habría abortado un hijo de una relación anterior. Años después, la reina habría hecho comentarios sobre la importancia de respetar cualquier vida concebida, lo que Rocasolano presenta como una contradicción flagrante. Esta acusación no solo busca cuestionar la sinceridad de la monarca, sino también poner en duda la coherencia de sus valores personales.
Otro de los aspectos que el libro aborda con detalle es la transformación religiosa de Letizia. Rocasolano describe cómo, antes de su matrimonio real, Letizia era una agnóstica que solo profesaba devoción por la Virgen del Puño, un apodo que, según él, se refería a su afán por ahorrar. Sin embargo, tras su unión con Felipe, habría experimentado una conversión radical al catolicismo, un cambio que fue más estratégico que espiritual, destinado a cumplir con las expectativas que su nuevo rol exigía.
Uno de los momentos más sombríos de Adiós princesa es el relato del funeral de la hermana menor de Letizia, quien se suicidó en 2007. Rocasolano narra con crudeza cómo el exmarido de Érika culpó al rey Juan Carlos por la tragedia, un enfrentamiento que dejó una marca indeleble en la familia. En medio de esta tensión, la reina habría hecho una reverencia a su suegro, un gesto que, simbolizaba su total subordinación a la monarquía.
Rocasolano también insinúa que Letizia Ortiz podría sentirse culpable, al menos en parte, por la muerte de su hermana. Según él, la imposibilidad de hablar de Érika en presencia de la reina es un reflejo de este sentimiento de culpa latente, una herida emocional que nunca ha sanado del todo.
AM
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