Infanta Cristina (AFP)
REALEZA

El verdadero motivo por el que la infanta Cristina no fue a prisión

La hermana del rey Felipe VI estuvo involucrada en el caso Noós aunque quedó exenta de ir a prisión.

La historia de amor entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que en un momento parecía sacada de un cuento de hadas, terminó convertida en un oscuro relato de corrupción, traiciones y sacrificios personales. El escándalo del caso Nóos no solo desmoronó la reputación de los exduques de Palma, sino que puso a prueba los límites de lo que cada uno estaba dispuesto a hacer para proteger su futuro.

Según recientes revelaciones, Iñaki Urdangarin habría negociado asumir la mayor parte de la culpa en el caso Nóos a cambio de una promesa que, al parecer, no se cumplió: asegurar una vida financiera estable y eximir a la infanta Cristina de cualquier responsabilidad legal que pudiera llevarla a prisión. Este supuesto acuerdo, que buscaba evitar un daño irreversible a la Casa Real, habría dejado a Urdangarin como el único rostro visible del escándalo, mientras su exesposa lograba evitar una condena.

La infanta Cristina, al borde del abismo legal

El caso Nóos estalló como una bomba mediática en 2010, sacudiendo los cimientos de la monarquía española. Las investigaciones apuntaban tanto a Iñaki Urdangarin como a la infanta Cristina, quienes estaban vinculados a una trama de desvío de fondos públicos a través de la fundación Nóos, que él presidía. Mientras las pruebas contra Urdangarin eran contundentes, la participación de la infanta quedó en una zona gris, aunque las sospechas la rodeaban.

En este contexto, la posibilidad de que Cristina terminara tras las rejas representaba un escenario impensable para la Familia Real. Aunque en 2015 fue despojada de su título de duquesa de Palma y excluida de las actividades oficiales, su encarcelamiento habría sido un golpe devastador para la corona. Fue entonces cuando, según diversas fuentes, Urdangarin asumió el papel de "chivo expiatorio" para proteger a su esposa y a la institución que ella representaba.

En 2018, Urdangarin ingresó en prisión tras ser condenado a 5 años y 10 meses por delitos de malversación, fraude, prevaricación y blanqueo de capitales. Durante su tiempo en la cárcel, según testimonios recogidos por la periodista Silvia Taulés en Los sobrinos del rey, Urdangarin confiaba en que su lealtad sería recompensada. "Me prometieron una vida solucionada al salir", habría dicho a sus amigos. Sin embargo, la realidad que encontró tras su libertad condicional fue muy distinta.

Lejos de disfrutar de una estabilidad económica, Urdangarin se vio sin hogar propio y dependiendo del apoyo de su madre y amigos cercanos. Las imágenes del exdeportista recorriendo las calles en bicicleta y buscando empleo reflejaban una vida muy alejada del lujo al que alguna vez estuvo acostumbrado.

Por otro lado, la infanta Cristina, aunque distanciada de la Familia Real, continuó viviendo en Suiza con una vida relativamente tranquila y sin mayores sobresaltos legales. La separación oficial entre ambos llegó en 2022, tras años de tensiones agravadas por el escándalo y, finalmente, por las fotos de Urdangarin con su nueva pareja, Ainhoa Armentia.

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