Grace Kelly y Raniero III de Mónaco (Archivo)
Realeza

La boda de Grace Kelly: el casamiento real que paralizó al mundo

Entre un vestido inolvidable y la primera boda transmitida a color, la actriz se coronó princesa de Mónaco en un inolvidable día.

El 18 de abril de 1956, el mundo entero se paralizó cuando la princesa de Hollywood caminó al altar y selló su amor con el monarca, en el Palacio de Mónaco. La boda de Grace Kelly y Raniero fue una de las más icónicas en la realeza, no solo por lo que ella significaba en la época, sino también por su importancia en la moda. El evento fue seguido por 30 millones de personas, y las nuevas generaciones aún la recuerdan.

Los monarcas se conocieron en 1955, durante el festival de Cannes. Ya para ese momento, Grace Kelly era una reconocida actriz de Hollywood envidiada por muchos y adorada por otros. Por su parte, a él solo le faltó unos meses para enamorarse profundamente de la rubia que había robado los corazones de todos. Por eso, a solo un año de a haberse conocido, decidieron hacer la boda del siglo que salió más perfecta de lo que creían. 

El casamiento de Grace Kelly y Raniero de Mónaco

Varios factores hicieron que este evento se volviera único en el mundo. En primer lugar, fue la primera boda real transmitida por televisión y en color, y tuvo al menos 30 millones de espectadores. Entre los 600 invitados estaban Cary Grant, Aga Khan, David Niven, Gloria Swanson, Frank Sinatra, Ava Gardner y Aristóteles Onassis. Deliciosas comidas se sirvieron en la recepción del Palacio monegasco, y hubo un imponente pastel nupcial de seis pisos, que estaba trufada de símbolos y guiños a la historia del pequeño principado. 

Se supo que, antes de la boda, el padre de la novia pagó dos millones de dólares de la época como dote. En esa línea, Grace Kelly debió realizarse varios estudios médicos para comprobar que era una mujer fértil, capaz de procrear un heredero. Además, fue ella la que esperó en la catedral de San Nicolás a la llegada del novio. En el momento más importante, tuvo que ayudarle terminando por colocarse la alianza ella misma, ya que el príncipe, nervioso, no acertaba.

El casamiento de Grace Kelly y Raniero de Mónaco

Grace Kelly: el hermoso vestido y perfume que se volvió una influencia a futuras novias

Sin embargo, lo que más enamoró a todos y que quedó como influencia para futuras generaciones fue cómo se presentó Grace Kelly. Su belleza natural fue acentuada con el diseño único de la diseñadora de vestuario de la MGM Helen Rose, quien trabajó junto a 36 costureras durante los dos meses que duró su confección. Con una cola de 10 metros, y una elegancia que marcó a las próximas novias, el vestido contaba con un velo de tul de 90 metros.

El casamiento de Grace Kelly y Raniero de Mónaco

Además, el cuello y las mangas estaban realizados en encaje de Bruselas, mientras que centenares de pequeñas perlas cosidas a mano salpicaban todo el conjunto. Para los zapatos, usó un modelo de un tacón bajo apenas 6,35 centímetros, y, en diferencia a otras princesas, la actriz optó por no llevar una tiara. En su lugar, lució un gorro de julieta de encaje de flores de azahar y decorado con perlas. El look completo evocaba a las películas producidas por MGM en los años 50, y traía referencias del arte mundial

Por último, Grace Kelly recibió un regalo especial de Rainiero. El príncipe le encargó a la casa Creed la creación de una fragancia exclusiva para que ella lo usara en el día de la boda. Se lo bautizó “Fleurissimo” y fue fabricado en exclusiva para la princesa hasta 1972, cuando comenzó a comercializarse al público. Estos ingredientes hicieron que la boda real sea de las más importantes que hubo en el mundo, y sirvió de inspiración a futuras generaciones. 

A.E

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