Letizia Ortiz y sus hijas deslumbraron en Asturias

La Familia Real de España volvió a mostrarse muy feliz, unida y con todo el glamour que suele distinguir sus actos oficiales. La gran sonrisa del rey Felipe VI (53), la reina Letizia (49) y la de su hija menor la infanta Sofía (14), sumada a la orgullosa presencia de la reina emérita doña Sofía (82), se debía al regreso de la princesa Leonor –quien el 31 cumple 16– que luego de dos meses estudiando en Gales disfrutó de su primer “breck”. 

La obligada cita fue en el Teatro Campoamor donde se celebraba la 41º Edición de los Premios Princesa de Asturias. Hasta allí llegaron puntualmente, a las 18.30, y mientras sonaban las tradicionales melodías de las gaitas, desfilaron por la “Blue Carpet” en el orden que impone el protocolo real, según lo mostró guacamouly.com. Mientras el Rey se mostró con un traje oscuro y una llamativa corbata rosa, su madre lució un vestido/abrigo con  botón de carey, en estampado floral de inspiración oriental en degradée de rosa, con perlas grises, pulseras entre las que se destacaba el Nazar (el amuleto griego en forma de ojo) y mini bolso Amazona, de 1975 de la prestigiosa casa Loewe.

Aunque todas las miradas se las llevaron las tres mujeres. Letizia llevó un vestido negro –“¡Muy Dior!”, según coincidieron los expertos–  diseñado por Juan Carlos Fernández y Antonio Burillo para la firma “The 2end Skin”. Un modelo realizado en tafetán negro, sin mangas, con falda de gran volumen, largo midi, con lazos en la cintura, de la colección Magna Magnolia Primavera/Verano 2022; que completó con stiletos de serpiente en negro de Manolo Blahnik, clutch Bottega Veneta (el modelo Knot de 1300 euros) y aros chatos con sus pulseras gemelas Cartier con diamantes. A su lado eclipsaron con sus outfits las crecidas princesitas.

Leonor lució un vestido corto a cuadros en crudo y negro, mangas cortas, con volado en la falda, de Bgo & Me y, al igual que su madre llevó su cabello recogido en una cola y zapatos negros de altísimo –para ella– taco que dijeron tomó prestados de la Reina. Mientras Sofía –quien se vio feliz de poder volver a compartir cómplices miradas con su hermana e incluso ayudarla a bajar y subir escaleras ante su inexperiencia por llevar tacos– fue con una falda de tul rosa, by Psophie con un jersey negro de Felipe Varela que tomó también del guardarropas de la Reina y ballerinas negras.

La Familia Real fue ovacionada por la gente y se mostró feliz por la repercusión de su pueblo. Aunque el momento más emotivo se produjo cuando la princesa Leonor leyó su discurso en español y en inglés y sus padres no pudieron evitar alguna lagrimita de orgullo. Para bajar del escenario, Leonor volvió a recurrir a la “ayuda” de su hermana y su abuela la premió con un gran beso. Al finalizar la ceremonia, el cielo de Oviedo se había cubierto de negros nubarrones que terminaron en una llovizna que obligó a que Leonor sumara a su outfit de minifalda un gran paraguas negro.