Con la llegada del invierno, el hogar se convierte en nuestro refugio principal. Es el momento ideal para que la decoración acompañe esa necesidad de abrigo, calma y bienestar. ¿Cómo lograrlo? Apostando por texturas cálidas, colores envolventes y una atmósfera que invite a quedarse.
Los textiles son grandes aliados: mantas de lana, alfombras tejidas, almohadones, que no solo abrigan, también suman carácter. Incorporarlos en sofás, sillones y camas genera capas visuales que transforman el ambiente.
En cuanto a los colores, los tonos tierra, el verde oliva y los matices tostados ayudan a crear espacios serenos. No hace falta hacer grandes cambios: renovar fundas, sumar velas o cambiar una pantalla de lámpara ya aporta calidez.
La iluminación es clave. Optar por luces cálidas, lámparas de mesa o tiras led puede cambiar por completo la percepción de un ambiente. Y si se busca algo más sensorial, sumar aromas especiados o amaderados también acompaña la experiencia invernal.
Preparar la casa para el invierno no implica recargar, sino elegir con intención. Una decoración estacional bien pensada transforma el clima exterior en una excusa perfecta para disfrutar más de estar en casa.
- Ph: Antonella Braggio // @antobraggio
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