La adicción a los videojuegos es cada vez más frecuente. Si bien los más afectados son quienes atravesaron su infancia con las pantallas prendidas, alcanza a personas adultas. Pero ¿por qué alguien desarrollaría esta adicción?
Podríamos pensar que es una forma de gratificación inmediata/compulsiva que refleja una construcción yoica débil capaz de satisfacerse mediante una actividad estereotipada. Siguiendo a Lacan, podríamos vincularla con la búsqueda de identidad o intento de colmar el vacío del mundo real, construyéndose en un mundo irreal (videojuegos).
La clínica muestra rasgos en adultos que consumen videojuegos compatibles con tres cuadros:
- autismo de alta funcionalidad
- trastorno de la personalidad esquizoide
- trastorno de la personalidad antisocial
Respecto al primero, las dificultades en la comunicación, interacción social y comportamiento, pueden generar un interés particular en los videojuegos por su naturaleza estructurada, repetitiva y visualmente estimulante.
Respecto al segundo, las personas con esta condición comparten sintomatología con el autismo, en tanto la comunicación es escasa, el lazo social está disminuido y hay desinterés global compensable con estimulaciones como jugar constantemente.
Respecto al último, si bien no hay problemáticas de comunicación y lazo, el vacío crónico que sufren y la significativa ansiedad, podrían paliarse con estas actividades que taponan el pensar, reflexionar y encontrarse consigo mismos.
Pero independientemente de la patología de base que podría existir, encontraremos en muchas personas que desarrollan esta adicción las siguientes características:
- Impulsividad o dificultad para controlar necesidades.
- Intolerancia a la frustración o el aburrimiento, que pueden resolverse con la gratificación inmediata o la evasión que proporciona jugar.
- Baja autoestima, que puede llevar al uso de videojuegos como forma de encontrar un sentido de logro y competencia en un mundo virtual. A través del juego puede sentirse valorable.
- Ansiedad o depresión que se incrementa al no jugar, generando el comportamiento de la "automedicación" (ocupándose jugando para no lidiar con estas emociones).
Si bien estos rasgos no son exclusivos de quienes juegan, los que consumen adictivamente videojuegos presentan estas problemáticas.
La pregunta es ¿El juego los domina? ¿O algo en su psiquismo se “resuelve” a través del videojuego?
Cuando la adicción se instala, estamos frente a algo más profundo. Las personas sin padecimientos graves, por su propia complexión psíquica, regulan la actividad y hasta se torna aburrida/monótona en cierto momento.
Si sentís que te representa, buscá ayuda profesional ya que el problema puede no ser el juego, sino algo que requiere asistencia especializada y un tratamiento que no se conforme con el cese de la actividad sino con lo que no soporta sin ella.
Dra. Pía M. Roldán Viesti
Abogada T°92 F°959 CPACF
Psicóloga MN. 57.457
Presidente y Fundadora de EUTI - (Asociación para la detección precoz de psicopatologías).
https://www.instagram.com/piamartina.ok/