“Cuando era chica, yo quería ser médica y bailarina. Luego fui creciendo y quise ser médica y cantante. Más tarde médica y actriz. También escritora y quería pintar. En resumen, quería ser médica y artista, lo cual sería lo mismo si pensamos que la Medicina es un Arte. Con el correr del tiempo, atendiendo en distintos lugares, y a muchas personas, fue virando mi profesión y comprendí por qué había sido así para mí. Porque el arte es sanador. Emocionalmente hablando y, muchas veces, físicamente también”, asegura Marina Monk, Médica, Terapeuta Holística, Biodecodificadora y Co-coordinadora de talleres de Cantoterapia.
- En su experiencia, ¿cómo puede el arte sanar al cuerpo?
En un modo didáctico de contarlo, al estimular el cerebro se activan puntos sensoriales, sensitivos y motores, creando circuitos nuevos, saliendo de los automáticos, generando endorfinas y desactivando estrés. Como resultado, experimentamos mayor libertad conductual, relajación, autoestima y una sensación general de bienestar, combo que tiene muchas posibilidades de mejorar el sistema inmune, disminuír la presión arterial, oxigenar el sistema y bajar la glucemia, entre otros beneficios para la salud. ¡Claro que no alcanzará con dibujar un rato o cantar, si nos la pasamos fumando, con una vida sedentaria, estresados, enojados, preocupados u otros malos hábitos! Pero en la lista de objetivos para mejorar la Salud el ítem “Arte” , creo que es importante.
- ¿Y en cuanto al proceso de gestión emocional?
El arte, cualquiera sea la disciplina, permite expresarse, comunicar y vincularse con otras personas, alivianar cualquier proceso -inclusive duelos-, desarrollar la imaginación, la creatividad y con ellas la posibilidad de encontrar respuestas distintas a los temas personales, cotidianos, a los vínculos. Es autoconocimiento y conciencia de uno mismo. Permite la capacidad de “mirar” desde distintas perspectivas, ya sea que alguien está escribiendo o actuando desde un personaje, por ejemplo. Muchas veces permite decir aquello que no nos animamos a hablar o ni siquiera nos damos cuenta, pero de pronto lo hacemos al cantar una canción, leer una poesía con verdadera atención o al ver una película con la intención de gestionar emociones. Gestionar es asumir la responsabilidad de un proceso. Y responsabilidad, es dar respuesta a aquello que nos sucede
- En su experiencia profesional, ¿ha presenciado momentos especiales donde el arte haya sido una fuente de sanación emocional?
Hace unos meses, al final de un taller de Constelaciones y Biodecodificación, una participante emocionada dijo que estaba muy agradecida por lo que se había dado cuenta en tan pocas horas, pero se preguntaba qué hacía con tanta emoción. Yo podía haberle dicho que continuara reflexionándolo, posibles acciones o tarea para su terapia, pero había sido tan intenso que de mi boca salió: “Danzalas. Sentilas y bailalas”. Vino a mi memoria entonces la canción “Danza” de Marilina Ross que dice: “Si pudieras danzar por el aire / También las estrellas podrían abrazarte / De veras / No sigas aferrada a tus dolores/ Que no saben danzar/ Danza junto a tu vida que danza / Junto a todo lo que falta / Si no se puede hacer más / Danza, danza, danza”. Y ahí mismo, las bailamos las participantes, con la intención de darle espacio a esas emociones. Fue un momento hermoso. Los otros días, una paciente de 60 años se reencontró con una ex pareja de casualidad luego de meses de trabajar internamente con ese duelo por separación. Fue puro amor y dolor, porque por diversas circunstancias son personas que hoy no están juntas. Entonces, le propuse que escribiera un guión, para su próxima “película”, contando cada sentimiento, integrando todo lo que le pasa y con la certeza de que es una historia de amor. Validando todo. ¿El final? ¡La autora dirá! Un último ejemplo, en uno de los encuentros de Cantoterapia realizamos un ejercicio donde varios participantes le cantaban su nombre a una persona en el centro de la ronda. Con intención de arrullarla, de acompañarla, de reconocerla. Algunos evocaron su infancia y sus abuelos, otras, encuentros adolescentes y otros, simplemente, se dejaron fluir en esas cadencias. Pero fue imposible no conmoverse. Luego elegimos una canción relacionada con la experiencia vivida y entre todos la cantamos. Con conciencia y presencia. Nos fuimos muy agradecidos participantes y coordinadores.
- ¿Cómo podemos integrar el arte en nuestras vidas diarias para mejorar nuestro bienestar?
No es necesario tener experiencia previa en alguna disciplina artística específica para integrar el arte en nuestras vidas diarias, siendo una forma maravillosa de mejorar nuestro bienestar. Podemos empezar con pequeñas actividades, como escribir en un cuaderno sobre cómo nos sentimos, sacar fotos a las flores en nuestro camino, bailar una canción en solitario o con nuestros seres queridos, escuchar música y hacer percusión con elementos de la cocina, inventar relatos o leer poemas en voz alta. El arte está al servicio de nuestro bienestar y podemos encontrar muchas maneras de disfrutarlo. Existen diversas formas de aprovechar el poder sanador del arte e integrar el arte en nuestras rutinas diarias nos brinda una valiosa oportunidad de transformarnos y crear una vida más plena y satisfactoria.
- ¿Dónde es posible hacer todas estas experiencias con su guía? ¿Es necesaria experiencia previa?
Quien esté interesado en explorar estas actividades y sumergirse en el mundo del arte para mejorar su bienestar, con el músico Pablo Zapata, docente, guitarrista y bandoneonista, damos un taller bimestral de Cantoterapia en el Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA) los martes a las 18hs. También ofrezco sesiones individuales virtuales. Realizamos encuentros de “Voz y emociones” en el Templo de la Voz junto a Laura Petrucchi, docente y cantante, y hay otros talleres planificados para los meses próximos que comparto en las redes. ¡No necesitas experiencia previa, solo la disposición de abrirte a esta experiencia transformadora!
Tel: +54 9 1149702923
IG: @Biointegra_docmarinamonk
FB: Biointegra (doc Marina Monk)
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