En una época donde la tecnología cumple un papel trascendental y el empleo de internet posibilita que personas de todas partes del mundo puedan comunicarse en tiempo real sin importar las distancias, resulta ilógico pensar que algunas personas puedan sentirse solas o aisladas; sin embargo, es algo que escucho de forma recurrente en mi espacio holístico, siendo en su mayoría mujeres quienes cuentan hoy con mayores responsabilidades que hace años. La mayoría trabaja, o tienen a cargo un emprendimiento, se ocupan de la crianza de sus hijos (en el mejor de los casos junto a sus parejas, pero muchas veces solas), y con el ritmo de la rutina cuentan con menos tiempo para dedicarse a sus amistades, aislándose poco a poco y sintiéndose cada vez más abrumadas.
Antiguamente, cuando se vivía en aldeas, las mujeres se reunían periódicamente para compartir cómo había sido su día, sus experiencias, sus temores, sus dificultades, sus logros, e ir apoyándose entre sí. Eran encuentros fundamentales que les servían de contención.
Hoy en día esta antigua práctica se está poniendo en valor con el empleo de los círculos de mujeres que se emplean en todas partes del mundo y que son cada vez más recomendados.
Un círculo de mujeres es para mí un encuentro mágico donde el tiempo parece detenerse, y donde todas gozan de libertad para expresarse, sabiendo que no serán juzgadas, que pueden desahogarse y sacar afuera todos sus sentimientos ya que hay un grupo que las sostiene.
Participar de un círculo de mujeres trae múltiples beneficios: “darte cuenta que no estás sola”, “eso que te ocurre también le sucede a otras”, “encontrar apoyo emocional”, ”aprender a escuchar y a respetar la diversidad de pensamiento desarrollando la empatía”; además contribuye a que tengan un espacio propio fuera de la rutina y del hogar, conocerte, cuestionarte, analizarte y sanar un poco más con cada encuentro.
Todo círculo de mujeres es diferente; quienes llegan lo hacen por resonancia, vibran de igual modo que el resto (no es una casualidad) y siempre se abordan temas diferentes, suele haber un hilo conductor y una mujer designada a dirigir el encuentro. Dentro de la jornada se suelen hacer actividades como meditaciones, pinturas, dibujo, entre otras, con el fin de hacer un viaje de introspección necesario para desarrollarte personalmente, conectar más con el resto de las mujeres a modo de hermandad, sanar y sentirte parte de la comunidad de mujeres.
Si lo sentís, si vibras con esta propuesta, no dudes en comunicarte conmigo para que pueda pasarte información de los próximos círculos presenciales en Ushuaia o de aquellos que organice de manera virtual. Podes encontrarme por Instagram en @almaushuaia o escribirme al +54 2901 530601.
Gracias por leerme y ser parte.
Sabrina Marsicano.