viernes 19 de abril del 2024

“Del bienestar a la felicidad”, cómo vivir una vida con sentido, según Gisela Rosenthal

CREDITO CARAS

Si hiciéramos una encuesta sobre cuál es la emoción más deseada, creo que la felicidad se lleva el primer puesto. Todos queremos ser felices, por lo menos yo no conozco a nadie que diga lo contrario, pero pocos coincidimos en los métodos para conseguirla.

Algunas personas creen que la felicidad está sujeta a factores externos, que no depende de nosotros, sino de los demás, de la providencia divina, de la suerte y que nosotros no tenemos ningún poder para generarla.

Otros, en cambio, piensan que la felicidad sucede debido a factores internos, como ser la condición genética. Si bien es verdad que la carga genética y el entorno influyen entre un 50% y 60%, hay otro gran porcentaje que depende de nosotros y es acá donde podemos inclinar la balanza.

 

Trabajando mi 50%

Nuestro gran poder está en nosotros mismos, por esto te propongo trabajar sobre tres áreas que nos constituyen como seres humanos, teniendo cada una un nivel más profundo que la otra:

La primera puerta de entrada a vos es tu cuerpo. ¿Alguna vez te pusiste a pensar cómo está tu cuerpo cuando te sentis feliz? seguramente estás más relajado, tu respiración es más expandida, profunda y diafragmática. Tu biología no responde igual cuando te sentis feliz que cuando no lo estas.

Varios años atrás se llevó a cabo una serie de experimentos para demostrar cómo a través de los movimientos faciales se pueden desencadenar emociones. Se dieron cuenta que cuando la gente imitaba las expresiones asociadas a la felicidad, se sentían más felices (incluso cuando no sabían que estaban moviendo “los músculos felices” de sus rostros).

Si sostenes un lápiz con tus dientes estarás activando el músculo que utilizas cuando sonreís, es el cigomático mayor. Este músculo produce una típica expresión de sonrisa y, después de estar algunos minutos en esa posición, tu estado interno cambia porque las emociones son el lenguaje del cuerpo.

Esto te da la pauta de que si sonreís aunque no lo sientas, vas a terminar sonriendo porque lo sentis.

Otro acceso es el pensamiento que te permite entrenar tu mente para pensar en positivo. Cuanto más puedas ver la vida como un constante aprendizaje y a cada situación como un trampolín para algo mejor, las experiencias menos placenteras se van a ir diluyendo y van a perder fuerza en tu mente.

Hay una frase que dice que “Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian” porque nada tiene significado en sí mismo, sólo el que le das. Por eso es importante que tomes consciencia de cómo estás dando significado a tus experiencias si queres mejorar tu vida.

No hay nada más poderoso que la capacidad que tenes de dar sentido porque todo lo que vivís está determinado por el significado que le otorgas.

El nivel más profundo para vivir una vida con felicidad es que puedas conectarte con tu alma porque el proceso de vida va más allá de tu biología. El alma es la que te motiva a crecer, no tu cuerpo. El alma es la que busca trascendencia y es la que expresa insatisfacción aún habiendo alcanzado un alto acceso a la comodidad, al status y al confort.

De acá se desprende que la felicidad no es tener bienestar porque el bienestar colma los sentidos físicos, en cambio la felicidad colma el alma. Llevar una vida significativa es conectarte con tu esencia y es, en definitiva, tratarte con amor porque el amor propio es lo que te conecta con la vida, con las ganas de expandirte y de dar a los otros. 

El amor te permite encontrar la plenitud, el sentido y la felicidad. Por eso tu felicidad no sucede sola, vos haces que suceda.
 

Datos de contacto:

Web: www.giselarosenthal.com.ar

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