He recorrido un largo camino en este ámbito que hoy me convoca nuevamente, creando cosmética y medicina natural para muchas personas. Como mujer boticaria, promotora de la salud con plantas, creadora del proyecto “Despierta la Diosa”, madre, nieta de abuelas huarpes, licenciada en psicología y especializada actualmente en medicina cuántica, siempre vuelvo a recalcar la importancia de reivindicar nuestros orígenes en el ámbito de la salud.
A lo largo de mis viajes y de la convivencia con diferentes pueblos originarios, pude adentrarme en el vasto conocimiento de la medicina herbolaria, ancestral y milenaria. Tuve la oportunidad de estudiar en detalle cómo nuestros antepasados se sanaban con esencias, reducciones y brebajes extraídos de hierbas, raíces, hojas y flores, previniendo y curando así toda clase de dolencias.
Hoy abrimos este camino para visibilizar, asumir y volver a conectar con ese mundo natural del cual siempre hemos sido parte. En todos los campos de la ciencia y de la salud humana necesitamos reconocer el vínculo profundo que nos une con el reino vegetal. Es imperante integrar el valor del conocimiento aportado por la medicina practicada por los pueblos originarios.
Estamos atravesando un momento en el cual la ciencia, la medicina occidental y la medicina integrativa (holística) han comenzado a articularse de forma necesaria con los saberes ancestrales. Retomar estos saberes ha enriquecido nuestras prácticas y brindado la posibilidad de acompañar a las personas en nuevos hábitos para una vida más saludable y sostenible, en coherencia con nuestra naturaleza y el entorno que nos rodea.
Las prácticas de la medicina milenaria sentaron las bases de la medicina tradicional. Nuestros antepasados descubrieron el poder sanador del uso herbolario, y hoy en día, con los avances tecnológicos, la ciencia ha logrado confirmar empíricamente los grandes beneficios de los componentes bioactivos de las plantas. Estos no solo poseen un alto poder curativo, sino que también reducen considerablemente los efectos adversos presentes en la farmacología tradicional.
La medicina cuántica ha logrado avanzar un paso más, dando a conocer el descubrimiento del estado frecuencial (MHz) en el que vibra cada planta y sus bio-componentes (aceites esenciales). Así, mediante la ingesta, el uso tópico o incluso inhalando las fragancias de muchas hierbas aromáticas, incrementamos la frecuencia vibratoria de las células de nuestro organismo, logrando resonar en niveles que previenen y curan enfermedades. Los componentes fitoactivos de las plantas resuenan en la frecuencia fundamental de nuestros tejidos y células, creando condiciones que impiden la reproducción de agentes patógenos, manteniendo así el equilibrio homeostático necesario para una vida saludable.
Si bien estos conocimientos no estaban explícitamente sistematizados para los pueblos originarios, las hampiq (sanadoras), machis, meicas, graniceras, chamanes y curanderos reconocían el poder sanador del mundo herbal, y atribuían incluso un espíritu particular a cada especie, a la cual rendían culto. Su medicina no solo concebía la sanación física, sino también la emocional, espiritual y sobrenatural.
Nuestro emprendimiento de cosmética natural, Despierta la Diosa, honra este resonar, reivindicando los saberes de nuestras raíces y la diversidad cultural. Elaboramos productos veganos y aprovechamos la variedad de fitoelementos de plantas medicinales, extrayendo sus componentes para crear productos que reactivan el verdadero funcionamiento celular, nutren, regeneran y elevan el estado vibratorio del organismo. De esta forma, nuestros productos promueven una salud integral del ser humano, abordando las dolencias desde su raíz en lugar de silenciarlas, y permitiendo resignificarlas y acompañarlas con un enfoque mucho más amoroso.
Retomar la medicina ancestral y reivindicar su lenguaje para articularlo en el presente es el camino que necesitan los espacios dedicados a la salud y a la consciencia humana en general. Este retorno también contribuye a la conservación y el cuidado de nuestro planeta y todo lo que lo integra.
Finalmente, agradezco la oportunidad de poder elaborar medicina natural y botánica que sigue llegando a tantos rincones. Agradezco a los espacios que nos permiten expandirnos —gracias, Nupra multiespacio de Mendoza ciudad, por sostener la mano de tantas mujeres emprendedoras— y a la editorial que hoy me convoca y abre este espacio de palabras y comunicación. Gracias infinitas al equipo de mujeres que forman parte de este proyecto: Ámbar y Mara, mujeres medicina que crean junto a mí la expansión de esta iniciativa mágica y sostenible.
A quienes resuenen con este camino, ¡bienvenidos sean!
Contacto:
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✓2473-416125.
Sierras de Córdoba, valle de Punilla, La Falda.