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En su experiencia, ¿cómo ha cambiado la percepción social sobre los tratamientos estéticos en los últimos años?
En los últimos años hubo un cambio significativo en la percepción social sobre los tratamientos estéticos. Antes, existía un estigma asociado a estos procedimientos, y en parte, con razón, debido a que se utilizaban sustancias no absorbibles con técnicas básicas y resultados exagerados.
Ahora, gracias a los avances en técnicas y productos, se priorizan resultados naturales y armoniosos. Hoy, los tratamientos estéticos se ven más como una parte del autocuidado y bienestar personal. Este cambio también está impulsado por una mayor educación, información accesible a través de las redes sociales y promoción de resultados naturales. La estética ya no se trata solo de alterar la apariencia, sino de potenciar la confianza y la autoestima de cada persona.
¿Qué importancia tiene la empatía en su relación con los pacientes, especialmente cuando se trata de algo tan íntimo como la estética personal?
La empatía es fundamental en mi relación con los pacientes, me tomo el tiempo necesario para conocer a cada uno, entender sus expectativas y preocupaciones.
Muchos de mis pacientes llegan por primera vez y es esencial que se sientan escuchados, comprendidos y respetados. En lugar de enfocarme en lo que podría estar “mal”, me concentro en resaltar lo mejor, sin generar nuevas inseguridades. Mi objetivo es que cada paciente salga no solo satisfecho con los resultados, sino también con una mayor confianza en sí mismo.
¿Cómo combina la técnica médica con la creatividad y el arte en su trabajo diario?
En la medicina estética, la técnica médica es solo una parte del proceso; el verdadero desafío radica en combinar esa precisión con la creatividad y el arte. Aunque es fundamental tener una formación sólida y estar actualizada, lo que realmente marca la diferencia es la capacidad artística. Cada individuo tiene una historia, una visión de su propia belleza y expectativas únicas. Es esa sensibilidad artística la que me permite ver más allá de lo estándar y resaltar lo que hace a cada paciente especial.
¿Qué tipo de tratamientos son los que propone en sus consultas?
En mis consultas, me especializo exclusivamente en inyectables. Estos incluyen bioestimuladores, que ayudan a mejorar la calidad de piel y estimular la producción de colágeno; rellenos con ácido hialurónico, ideales para restaurar el volumen perdido con los años, definir contornos y suavizar arrugas; y la toxina botulínica, utilizada tanto para relajar arrugas dinámicas como para tratar bruxismo o hiperhidrosis.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta en su profesión y cómo los supera para seguir creciendo en el mundo de la estética?
Uno de los mayores desafíos que enfrento es abordar complicaciones, corregir sobrellenados y tratamientos mal ejecutados, que muchas veces son realizados por personas sin la formación adecuada o, en algunos casos, ni siquiera médicos. Solucionar estos problemas como disolver rellenos excesivos es complejo y requiere experiencia. Supero estos desafíos actualizándome continuamente y aplicando una visión artística que me permite restaurar la belleza sin excesos ni artificialidad.
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Marcelo T. De Alvear 1966, Recoleta, CABA.
