1) ¿Por qué se habla tanto en los últimos tiempos de la grasa?
¡En realidad, siempre se ha hablado de la grasa! Recordemos que, en la Edad Media y Moderna, las mujeres con sobrepeso, con grandes pechos y caderas, eran las mas deseadas y valoradas, porque se las asociaba a mayor fertilidad. Posteriormente, cuando se conocieron los efectos del colesterol LDL (clásicamente llamado “el malo”), especialmente a nivel cardiovascular, en el desarrollo de las placas de aterosclerosis, responsables de los infartos y demás, la tendencia fue disminuir el nivel de grasa corporal total.
Hoy sabemos que el tejido graso no solo tiene valor de reserva energética, sino que es la glándula endocrina mas grande del cuerpo. Interviene en formación de las células sanguíneas, en regular la presión sanguínea, la coagulación, en el metabolismo de la glucemia, en nuestro sistema inmunológico, en la producción de hormonas, y en nuestro ciclo menstrual…. ¡Como para no hablarlo!
2) ¿Cuál es específicamente la importancia de la grasa en nuestros ciclos menstruales?
Actúa a través de varios mecanismos. Uno de los mas importantes tiene que ver con que, en el tejido adiposo (TA) se sintetizan estrógenos y andrógenos(testosterona), los cuales regulan directamente nuestros ciclos. Esta es la razón, x ej., de que los síntomas de la menopausia, como sofocos, son mucho mas frecuentes en las pacientes muy delgadas, y las pacientes con sobrepeso prácticamente no los sienten.
También el TA es un efector directo de la insulina, hormona que también actúa sobre los ovarios, produciendo, en el caso de haber resistencia a la insulina, alteraciones en los ciclos, como las que se ven en el síndrome de ovarios poliquísticos o en el síndrome metabólico.
Por último, en el TA se produce una hormona llamada leptina, que es fundamental para iniciar la pubertad, la menarca (la primera menstruación) y mantener nuestros ciclos.
3) ¿Entonces, cuanto más tejido graso mejor?
No. Se ha demostrado que el TA actúa como un órgano inflamatorio. Es decir, libera también sustancias que se asocian a inflamación celular sistémica, daño en los tejidos y disminución de la inmunidad, por mayor síntesis de cortisol. El exceso de grasa se ha aumentado a riesgo cardiovascular, por mayor producción de colesterol LDL, que obstruye la pared de las arterias de pequeño y mediano calibre, produciendo infartos, ACV y demás enfermedades.
También la obesidad se asocia a mayor riesgo de cáncer, en especial los hormono dependientes (mama, próstata, colon, endometrio), a EPOC, sobrecarga al sistema locomotor y articular, y numerosas enfermedades que exceden esta nota.
4)Entonces, nuestros esfuerzos deberían centrarse en bajar al máximo la cantidad de masa grasa de nuestro cuerpo…
No exactamente. Vimos antes que el TA es fundamental para regular funciones básicas de nuestro cuerpo. Un porcentaje de grasa es necesario para mantener nuestros ciclos menstruales y poder ovular, teniendo así capacidad de quedarnos embarazadas. Es muy común en el consultorio ver pacientes muy pendientes de su físico, con dientas muy bajas en hidratos o perdidas bruscas de peso. Y, aunque muchas veces se sienten muy bien, y se ven bien, hay q explicarles que dejar de menstruar, o hacerlo cada tres meses, no es normal. Nuestro cuerpo entra en un modo “ahorro de energía”, es decir, lo interpreta como escasez, y prioriza las funciones más básicas (respirar, latir el corazón), inhibiendo nuestra capacidad de reproducirnos, y llevando a un progresivo estado de estrés crónico, con infertilidad, deseo sexual hipoactivo (sexualidad y libido por el piso), cansancio y fatiga, anemia, deterioro de nuestra respuesta inmune (las vaginitis a repetición son típicas en estas pacientes), osteoporosis y otras patologías.
La menstruación es una función vital, es el reloj que nos marca que nuestro sistema psico-neuro- endocrino esta en orden. Nuestro cuerpo nos habla a través de ella.
5) Entonces…al final de cuentas… ¿tener grasa está bien o mal?
Como todo en la vida, el desafío está en encontrar nuestro equilibrio. El TA es vital para nosotros, y en especial para las mujeres. Por algo nuestro cuerpo tiene mas porcentaje graso que los varones. Tanto el exceso como el déficit indican enfermedad. En numerosos trabajos se evidencio que se requiere un 17% de masa grasa corporal para iniciar las menstruaciones, y un 22% para mantenerlas.
Cuanto es el porcentaje exacto es propio de cada paciente, y dependerá de su edad, su raza, su actividad y requerimientos de energía. Por eso es importante que los cambios en dietas sean seguidos por un nutricionista, que pueda dar un enfoque integral, priorizando la salud y no la estética. No buscamos físico culturismo, buscamos salud plena, equilibrio en cuerpo, mente y espíritu. Y cuando existen cambios en nuestros ciclos, no dudar en consultar, recordando que nuestros sangrados son vitales como indicadores de plenitud y armonía en el cuerpo.
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