Dar respuesta en las escuelas a las necesidades educativas del alumnado de hoy; requiere una mirada más compleja, creativa y flexible a la hora de diseñar las actividades escolares.
Se necesitan en las aulas espacios para reales experiencias de aprendizaje; que involucren a alumnos y alumnas desde sus propios estilos de aprendizaje y a partir de oportunidades que permitan poner en juego intereses, habilidades y fortalezas individuales y colectivas.
No alcanza con Hacer para aprender; sino que es necesario se planifique este Hacer de manera colaborativa. Se revise, ajuste e identifiquen alcances.
Implicar a los y las estudiantes en experiencias “auténticas”, profundas y compartidas; para volver sobre ellas de una manera reflexiva y analítica; para identificar y valorar nuevos saberes.
Observar el aula con múltiples lentes que posibiliten experiencias de aprendizajes más complejas, creativas y desafiantes.
Recorrerla, escucharla e interpretarla; no sólo en lo conocido, sino en lo desconocido y por aún conocer. Para explorar y descubrir más allá de lo que tendemos a naturalizar en nuestros grupos de estudiantes.
Algunas posibilidades de generar aprendizajes más significativos y conscientes:
1. Explorar lo que apasiona a los estudiantes. Un tema en concreto, un modo de conocer, un espacio de trabajo… Se trata de buscar aquello que encienda la chispa de la motivación, algo que llame su atención y despierte el interés por aprender.
2. Escuchar activamente para conocer al alumnado y ayudar a descubrir sus pasiones.
3. Presentar el aprendizaje como un descubrimiento. Crear expectativas con una meta atractiva y alta. Animar a la participación individual y colectiva.
4. Realizar propuestas en las que se pueda elegir a partir de lo que se cree saber y no saber. Buscar caminos alternativos, descubrir y corregir errores.
5. Enfocar el contenido desde la práctica. Que se favorezca el compartir experiencias de exploración al aprender; con actividades no siempre direccionadas.
6. Destinar un tiempo para el reconocimiento personal de fortalezas y estilos para aprender.
7. Finalizar cada encuentro con un tiempo destinado a distinguir y valorar los aprendizajes del día.
Nuevas realidades educativas requieren nuevas formas de proyectar y planificar la educación; revisar prácticas y focalizar en experiencias que garanticen el aprender a cada paso.
Lic. Flavia Sarquís
Educadora
Gestión Educativa
Coach Ontológico Acreditado AAcop-Ficop
Coach Educativo y Sistémico Organizacional
Diplomada en EE y Coaching
Asesora Pedagógica
Capacitación y Formación Docente
Email: [email protected]
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