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¿Cuántas veces hemos deseado ir al odontólogo y que nos diga: “¡Felicitaciones! Tus dientes están sanos, nos vemos en 6 meses.”? Pero en lugar de eso nos encontramos en el sillón dental escuchando todos los arreglos que nos debemos hacer, 4 caries, 2 extracciones, 1 tratamiento de conducto, implantes... tratamientos largos que pareciera que no tienen fin. ¡Y ni hablar del presupuesto!
Hace unos años estuve en la misma situación que vos. Hoy siendo odontóloga, descubrí la forma de dejar de sufrir en el sillón odontológico, ahorrar tiempo, dinero y dolores.
Dejar de ir al odontólogo no es opción, ya que hay que hacerse chequeos y limpieza regularmente para tener un buen estado de salud bucodental. Y si hay algo para hacerse, mejor agarrarlo a tiempo. Pero si te digo que esas visitas pueden ser más gratificantes, turnos cortos y más económicos, ¿me creerías?
El secreto está en tus manos, desde la comodidad de tu casa. Y se llama: CEPILLO DENTAL. Si, seguro tenes uno pero no lo estés usando todos los días o como corresponde.
Luego del primer cepillado los dientes comienzan a formar una placa llamada biofilm, una película pegajosa compuesta de restos de comida y bacterias que cubre los dientes. Si no se remueve, esta placa comienza a crecer, más bacterias en cantidad y calidad que comienzan a organizarse en la superficie del diente. Una de las bacterias que se encuentra en ese biofilm es el Streptococcus Mutans, una bacteria común en la boca, que desempeña un papel clave en el desarrollo de caries. Estas bacterias metabolizan los azúcares de la dieta, produciendo ácidos que desmineralizan el esmalte dental. Los ácidos resultantes erosionan gradualmente el esmalte, creando un ambiente propicio para la proliferación de otras bacterias y la formación de cavidades.
Además, si la placa dental no se quita cuando está blanda, se endurece y luego es más difícil de remover ya que se calcifica y se transforma en cálculo, el famoso sarro dental.
¿Entonces cómo prevenimos la formación de caries y sarro? Removiendo ese biofilm que se está formando en la superficie del diente, ¿cómo? Con el cepillo dental. Por eso hay que cepillarse mínimo dos veces al día, una vez a la mañana y una vez a la noche antes de irnos a dormir.
Y a eso hay que sumarle el uso del hilo dental, ya que con el cepillo solo removemos el 60% de la placa dental, el 40% restante se encuentra entre los dientes y la única forma de removerlo es con el uso del hilo dental.
Resumiendo y para cerrar, mantener una sonrisa saludable y reducir las visitas al odontólogo está al alcance de tus manos. El cepillado dental, realizado de manera regular y adecuada, es la clave para prevenir la formación de caries y sarro. Desde la comodidad de tu hogar, podes evitar tratamientos costosos y prolongados en el sillón dental. No subestimes el poder de tu cepillo y del hilo dental: son herramientas simples pero efectivas para mantener tus dientes en excelente estado.
Recordá, una rutina diaria de cuidado bucal puede convertir esas visitas odontológicas temidas en experiencias más gratificantes y económicas. ¡Hoy, el secreto para ahorrar dinero y disfrutar de una salud bucodental óptima está en tus manos y tu cepillo dental!
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