lunes 03 de febrero del 2025

Espiritualidad vs. Espiritualidad Moderna: Entre la Esencia y la Tendencia

La espiritualidad ha evolucionado con el tiempo, pasando de un camino de introspección profunda a una tendencia en auge. Sin embargo, en esa transformación pueden surgir confusiones y distorsiones. ¿Qué significa realmente ser espiritual? ¿Es cuestión de prácticas y rituales o de una forma de vivir?

Espiritualidad vs. Espiritualidad Moderna: Entre la Esencia y la Tendencia
Espiritualidad vs. Espiritualidad Moderna: Entre la Esencia y la Tendencia | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

Años atrás (diez para ser exacta), cuando me animaba a hablar públicamente de emociones, intuición, percepción, tarot y canales de comunicación afines, me encontraba con miradas que, por tabú o desconocimiento, adoptaban el prejuicio como opinión.
Hoy, la comunidad ha encontrado en estos temas algo que resuena y ha decidido adentrarse en su profundidad.
Pero tengamos presente que, en toda búsqueda, puede haber confusión.

Mitos sobre la espiritualidad

Desde mi humilde visión, hablar todo el tiempo de espiritualidad, seguir eternas guías de rituales y realizar innumerables prácticas no te convierte ni te acerca necesariamente a ella. La espiritualidad es mucho más simple y, como toda simpleza, tiene su complejidad. Paradójicamente, mientras más livianos andemos, con menos ruido y más observación, más evidente se vuelve.

¿Cómo definiría la espiritualidad?

La espiritualidad es una manera de vivir. Nos es dada por la propia existencia, pero a veces la humanidad olvida su origen. Podemos re-aprender cuando el alma nos lo pide. Es volver a la fuente. Es nuestro ego siendo gobernado, nuestros conflictos enfrentados, nuestra palabra siendo creíble, nuestra disciplina ejerciéndose, nuestra capacidad de escucha puesta al servicio.
Es nuestra resiliencia, nuestra capacidad para tolerar y abrazar el fracaso, nuestra elección de perspectiva ante lo que nos sucede, siempre en pos de un bien mayor.
Es la capacidad de sabernos humanos y errantes, de pedir perdón, de mejorar, de aquietar el monstruo interno y abrazarlo, darle amor, para que, cuando salga a pasear, no devore a nadie, sino que aprenda a cuidar del mundo.
Espiritualidad también es decir basta, ponernos incómodos e incluso permitir que el espíritu se exprese sin importar si agradamos o no, porque honramos lo que sentimos.
Espiritualidad es también perdonar a nuestros viejos yo, sabiendo que siempre han sido la puerta de nuestra evolución y que, por ende, miraremos al mundo con más compasión.

¿Qué aconsejaría tener presente al enseñar estos conceptos?

Cuando hablemos de espiritualidad, recordemos que, principalmente, es un camino muy personal. Antes de enseñar, recomendaría mirarnos hacia adentro y preguntarnos si hemos sido aprendices. Es un camino arduo, muchas veces difícil, que requiere coraje y, sobre todo, humildad para aceptarnos como errantes en permanente transformación.
La mejor enseñanza es el ejemplo, dado por la acción y la cosecha del individuo.

CONTACTO: @chika.bela

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