Para ingresar en el camino de la alimentación sana y consciente, rompiendo todos los mitos sobre sus sabores y valor económico, te propongo realizar algunos cambios paso a paso para que mejores tu calidad de vida de una manera práctica, sabrosa y divertida.
Realizar un cambio a la vez, incorporar un hábito a la vez, con pasos firmes: La idea es que con el pasar del tiempo vayas incorporando diferentes alimentos, porque si no, todo junto te sobrepasará. Primero comenzá por la fruta y la hidratación. Cuando te acostumbres continuá con los vegetales, luego las semillas, frutos secos, cereales integrales, legumbres, y demás alimentos naturales.
Cuida tu hidratación y comenzá a incorporar las frutas en tu alimentación diaria: Empieza tu día hidratándote con agua o un exprimido de limón a temperatura ambiente. Tratá de consumir de 3 a 5 frutas por día.
Incluí más variedad de vegetales: Los vegetales crudos te ayudarán a que tu organismo absorba mejor los nutrientes, te oxigenará, alcalinizará tu cuerpo y mejorará el proceso digestivo y tu metabolismo.
Hacé que las semillas oleaginosas y los frutos secos formen parte de tus comidas habituales: El secreto está en la activación: poné las semillas o frutos secos en un frasco de vidrio con agua, por 12 horas aproximadamente.
Incorporá algas: Las algas son un excelente alimento rico en aminoácidos (proteína), minerales (hierro, calcio, yodo, magnesio, potasio, etc.) y vitaminas (A, B, C, D y E). Por ejemplo el alga espirulina que es de agua dulce, rica en proteína (65%), hierro y calcio. Con media cucharadita día por medio nos da un excelente aporte.
Cereales integrales y legumbres: Los cereales y legumbres son excelentes alimentos que combinándolos nos aportan una proteína de buena calidad biológica para el ser humano.
Los germinados y brotes: Lo mejor es que los prepares en tu casa porque de esa forma te asegurás una alta calidad de nutrientes y además serán muy económicos.
Optimizá los minutos en la cocina: Organizá bien los tiempos. Por ejemplo, poné a hervir el agua o cocina las legumbres mientras haces otra cosa en tu casa, o prendé el horno para que se caliente mientras cortás los vegetales. Además, podes preparar o dejar semi preparado lo que vas a desayunar al otro día por ejemplo.
Cociná pensando en el mañana: En la medida en que se pueda, cociná para varios días. Te darás cuenta que tardarás 5 o 10 minutos más, pero tendrás comida para varios días. Luego dividí en porciones y freezá.
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