Muchas veces nos quedamos esperando que el deseo sexual aparezca como arte de magia, nos toque con su barita y nos traslade al placer. Como si fuera así de fácil. Pero debo decirles que hay un largo camino de búsqueda y de autoconocimiento que hace que en cada encuentro sexual armemos el escenario ideal para lograr el placer y el disfrute. No hay un único deseo. EL deseo nos impulsa, nos motiva, nos hace relacionar con nosotros mismos y con el otro/a.
Si el deseo sexual se mantuviera intacto toda la vida todo sería más fácil. Si cada miembro de la pareja tuviera el mismo concepto de deseo, también sería más fácil. Pero si de parejas hablamos, hablamos de historias, vivencias y experiencias distintas que se encuentran para compartirse y entenderse. Muchas veces, no sucede lo que esperamos, por eso la pregunta es: ¿qué deseamos cuando deseamos?
Son muchas las condiciones que deben darse para que el placer sea el protagonista de cada escena. Temas más que recurrente y a cualquier edad de la mujer es la falta de deseo sexual. Sinónimos: falta de ganas, de motivación, de seducción. Yo lo resumo: falta de armado del escenario. ¿Qué puedo hacer para que el deseo que siento que perdí vuelva? Si nos hacemos preguntas, probablemente encontremos las respuestas, pero me sucede en la mayoría de las consultas que las pacientes nunca se cuestionaron o analizaron su deseo sexual.
A cada encuentro sexual se llega con sentimientos, emociones, energías, pensamientos, tanto negativos como positivos. Cuando unos prevalecen sobre otros, no hay lugar para el deseo. No se le hace lugar. Sin dejar de mencionar situaciones externas a la persona, como medicaciones, enfermedad, discapacidad, entre otras, alteran el deseo, y no solo sexual.
El deseo se busca, se le da espacio. La vida misma va modificando el deseo, está en cada uno de nosotros no perderlo. Es adaptarlo a quienes somos sin nunca dejar de preguntarnos: ¿qué deseo cuando deseo?
Dra. Passarotti. Tocoginecologa y sexóloga clínica. Terapia virtual
@sexualidad.dra.passarotti