Daisuke Kanama es profesor en el Instituto de Ciencias Integradas de la Universidad de Kanzawa, Japón. Comenzó estudiando Física Aplicada hasta que, durante su doctorado, quedó fascinado por la gestión de la Innovación durante su estancia en Estados Unidos.
Nos cuenta, cómo LA FIGURA DE UN RIVAL PUEDE ENRIQUECER NUESTRA EXISTENCIA Y COMO UNA COMPETENCIA SALUDABLE PUEDE IMPULSAR EL CRECIMIENTO MUTUO.
Hay personas que piensan; “no quiero competir con los demás “. Cuando los escuchas, te das cuenta de que, aunque tienen miedo de perder, en realidad tampoco quieren ganar. A veces, el motivo es porque no quieren que la otra persona se sienta mal si uno gana.
En la década del 70 se criticó la competitividad excesivamente; fue allí donde se perdió el espíritu de “esforzarnos en dar un paso más”. En el campo de la innovación, la presencia de buenos competidores conduce a “pequeños desafíos” y “pequeños descubrimientos”. Incluso en la vida cotidiana, tener un ligero espíritu competitivo te anima a poner un poco más de esfuerzo y a pensar: “si esa persona pudo hacerlo, yo también puedo “.
No competir no nos permite llegar a lugares como los fracasos, el dolor, las tristezas que son los verdaderos espacios del aprendizaje.
Los rivales pueden enseñarnos cosas: nos ayudan a ver nuestra ubicación actual y nuestros objetivos futuros en términos concretos.
Lo que tenemos que tener en cuenta es que una vez que aparece un competidor, nuestro “nivel de felicidad” disminuye, porque a veces, perderemos.
Es doloroso cuando fracasamos, pero a partir de ese momento podemos trabajar duro para ganar o intentar un camino diferente. Después de un tiempo, llegaremos a un punto en que nuestros niveles de felicidad serán aún más altos que antes.
¿Contra qué luchan las personas que constantemente triunfan ?
Generalmente la respuesta es “ mi rival era yo mismo”. Competir con nuestro yo del pasado no es más que “actualizar nuestra mejor versión personal”. Se puede decir que las personas triunfadoras son aquellas que continúan luchando consigo mismas, para lograrlo necesitamos salir de nuestra “zona de confort”.
LA COOPERACIÓN, NACE DE LA COMPETENCIA
Cada uno tiene su aporte en un grupo o equipo. Hay momentos en que los personajes secundarios brillan, por la contribución al equipo, solo esa persona la puede realizar. Ejemplo, si no puedes ser jugador titular, seguramente hay algo que puedas aportar siendo suplente.
Concluimos que la importancia de tener un rival, radica en que pasa a ser un compañero que vela por tu crecimiento y una presencia indispensable en tu vida.
Carolina Vaccarezza
Coach Ontológica Deportiva
Lic. en Actividades Físicas y Deportivas
@carolinavaccarezzacoach
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