¿Qué te llevó a convertirte en Coach Ontológico y cómo ha influido esta disciplina en tu vida personal y profesional?
En medio de una profunda crisis personal y una separación, me sentía perdida respecto del rumbo de mi vida. Aunque trabajaba como Traductora y Profesora de Inglés, una carrera que sentía cómoda y familiar, esa no era mi verdadera pasión. El Coaching me proporcionó el apoyo y la guía que necesitaba y mucho más. Descubrí mi verdadero propósito, que siempre había sido acompañar a otros, pero no había incursionado hasta entonces en un camino profesional para hacerlo. Por eso me formé en dos escuelas de Coaching con enfoques diferentes y continúo en constante capacitación para ofrecer las mejores herramientas de transformación. Hoy, trabajo en diversos ámbitos y países, principalmente en línea, y me dedico de lleno a esta apasionante práctica. Vivo en el interior de la provincia de Buenos Aires con mis hijos: Inés y Facundo.
¿Cómo definís el rol de un Agente de Cambio y qué estrategias utilizas para facilitar transformaciones significativas en tus clientes?
Como Agente de Cambio, mi rol es facilitar procesos transformadores que impulsen el crecimiento y la evolución de individuos, equipos u organizaciones. Me enfoco en identificar oportunidades de mejora, romper patrones limitantes y crear nuevas perspectivas para el desarrollo. Utilizo estrategias personalizadas para cada cliente, ayudándolos a superar obstáculos y a construir un camino hacia su verdadero potencial.
¿Podrías compartir una experiencia o caso en el que hayas visto un impacto notable en la vida de un cliente gracias a tus sesiones de coaching?
Claro, recuerdo el caso de una clienta que enfrentaba una crisis profesional y personal. Ocupaba un puesto de liderazgo en una empresa prestigiosa, pero se sentía atrapada en un ciclo de agotamiento y desmotivación. A pesar de su éxito, había perdido la conexión con su pasión y estaba bajo una presión que afectaba su vida personal. Al trabajar con ella para identificar patrones de comportamiento limitantes, descubrimos que su necesidad de control y perfeccionismo la llevaba a asumir más responsabilidades de las que podía manejar. En pocos meses, experimentó una notable transformación. Recobró el disfrute en su trabajo, aprendió a establecer límites y recuperó el equilibrio entre su vida personal y profesional. Además, al confiar más en su equipo, creó un entorno laboral más colaborativo y menos estresante.
¿Qué consejos darías a alguien que está considerando iniciar un proceso de coaching ontológico para su desarrollo personal?
Les diría que el primer paso es aceptar con humildad las áreas que desean cambiar y comprometerse plenamente con el proceso. Es esencial definir objetivos claros y confiar tanto en el Coach como en uno mismo. Además, disfrutar el viaje y celebrar cada logro es fundamental para mantener la motivación y avanzar en el camino hacia el crecimiento personal.
Para más información:
Instagram: @marcecoachforlife
e-mail: [email protected]








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