El aura es el campo electromagnético que rodea a todos los seres vivos, y es afectada por el estado físico, mental y emocional de cada individuo.
Ella refleja las situaciones que experimentamos, es un halo de luz de colores que fluye del cuerpo.
Conocer el aura sirve para entendernos mejor y así poder lidiar con nuestros problemas y lograr superarlos.
Para entender mejor el concepto tenemos que saber qué es la Bioenergía y dónde ubicamos al aura. Bioenergía es la ciencia que estudia el ser como totalidad, lleno de energía que fluye, y está en continuo movimiento y transformación.
Nuestro cuerpo no es sólo un cuerpo físico estamos conformados por diferentes planos: el físico, el energético, el emocional, el mental y el espiritual. El que tiene que ver con el aura es el plano energético.
Este plano o cuerpo es pura energía, es energía sutil. Tiene la misma forma que el cuerpo físico, pero es el molde donde éste se apoya. Su función es dar energía vital, es el campo de energía que nos rodea, que rodea a toda materia. Es el plano energético que nos rodea constantemente.
No sólo los seres humanos tenemos aura, también la tienen los animales, los árboles, las plantas, los cristales, las piedras… El aura tiene propiedades que se comparten con todas las auras (color, luminosidad, forma, claridad) y otras que son propias de cada uno de nosotros (vibración y frecuencia). Estas últimas tienen su propia frecuencia de vibración. Es decir: cada persona tiene su propia característica energética.
“Para que sea más claro, pensemos en el siguiente ejemplo: cuando estamos en casa o vamos de visita frecuentemente a algún lugar, generalmente nos sentamos en la misma silla, ya que queda impregnada allí nuestra energía. También, cuando vamos a dormir a una casa que no es la nuestra, nos cuesta conciliar el sueño, ya que nuestra energía está en
nuestra cama y no allí.”
En el Aura se encuentran los chakras que también son centros energéticos. Los chakras son siete y están en diferentes zonas del cuerpo: base de la columna, zona de órganos sexuales, plexo solar, corazón, garganta, frente y base de la cabeza.
Los chakras emiten energía según cómo nos encontremos, saludables o enfermos, contentos o tristes, enojados o agradecidos y ese estado se traduce en el color de nuestra aura.
Los colores del aura pueden ser rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta, rosa, dorado, gris, blanco, marrón, negro o plateado.
El rojo representa la fuerza. Son seres valientes que no se dan por vencidos hasta cumplir sus objetivos. Son responsables y constantes
El color naranja se relaciona con una personalidad predominantemente extrovertida, optimista y leal. Concreción y vitalidad
El amarillo da cuenta de una vena más intuitiva y de mucha confianza en sí mismos. Pensamientos claros.
El color verde, la generosidad y una sensibilidad hacia la
espiritualidad. Conocidos como los sanadores, saben escuchar y entender.
El violeta va de la mano con una tranquilidad que emana de una misteriosa sabiduría. Servicio y espiritualidad.
Un aura dorada se asocia con una capacidad de liderazgo innata.
El color rosa denota una personalidad mística y compasiva. Amor, toman sus decisiones con el corazón antes que la mente.
El aura plateada se equipara con su impulso al ser cauto/a con quienes no forman parte de su círculo más cercano.
La presencia de los colores marrón, negro o parduzco en el aura suele un indicio de energías muy bajas, dolencias, confusión o malas intenciones.
Aplomo, protección.
Azul: personas con serenidad y seriedad. Calmas, creativas y artísticas. Son leales y valoran la verdad.
Índigo: paz y equilibrio, representan la unión entre corazón y mente. Se destacan por ser muy espirituales, enfocándose en su crecimiento personal.
Blanco: un reflejo de dolor Se les puede complicar de más las cosas de la vida, le dan vuelta a lo que hicieron, lo que dejaron de hacer o hubiera pasado. Son bondadosos.
Todos los objetos físicos tienen aura, pero es menos complejo que en el ser humano, solo se observa una capa relativamente fina. Los animales tienen una capa de aura muy fina y descolorida; cuanto más salvaje la criatura, menos perceptible su aura.
Los gatos por lo general tienen un aura roja y gris, el perro en cambio azul y marrón. El caballo tiene un aura naranja o rosa. Y en las aves la variedad es mayor quizás porque se desplazan más y atraen de distintas criaturas y entornos. Sobresaliendo entre ellas el cisne, quien en su aura irradia todos los colores del arcoíris.
El aura de una persona no es inmutable. Cambia con el tiempo, con nuestra evolución espiritual, y con el medio ambiente.
Te dejo un ejercicio desde la numerología para que descubras cuál es tu AURA: suma tu fecha de nacimiento hasta reducirla a un solo dígito.
Ese número corresponde al tono de color te comparto la tabla: 1-Rojo
2-Naranja 3-Amarillo 4-Verde
5-Azul
6-Indigo 7-Violeta 8-Rosa
9-Dorado
10-Blanco
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