martes 03 de diciembre del 2024

Marina Monk: La influencia de nuestra familia

Como es sabido, la familia tiene un gran poder sobre cada uno de nosotros. Pero también lo tienen aquellos antepasados que, aun no habiéndolos conocido, nos heredan sus vivencias dolorosas que se manifiestan en nosotros a través de conductas, enfermedades o miedos. Galería de fotosGalería de fotos

Marina Monk: La influencia de nuestra familia
Marina Monk: La influencia de nuestra familia | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

Las historias que vivieron nuestros antepasados, tienen resonancia en todo lo que vamos viviendo con “lo bueno y lo malo”, lo que nos gusta o no, lo que duele y lo que nos entusiasma, lo que rechazamos y lo que deseamos, podríamos decir que tienen resonancia con todo en la propia vida.

“Cuando hay una situación que nos resulta incómoda o dolorosa, es posible investigar sobre esas historias para darse cuenta de que, en verdad, hay gran parte de eso que no nos pertenece, que son repeticiones que suceden de manera inconsciente por esa memoria celular”, asegura la Dra. Marina Monk (M.N 103415) Médica de Familia, Biodecodificadora, Terapeuta holística, creadora del Espacio Biointegra y facilitadora de talleres de Biodecodificación y Constelaciones Biointegra.

Esta certeza nos permitirá tener mayor libertad conductual, capacidad de decisión, de sanar vínculos y, muchas veces, curar enfermedades físicas. El secreto está en abordar aquello que no permite que en la actualidad vivamos con plenitud como, por ejemplo, sentirse inseguros, tener miedo a las enfermedades, tener depresión, ataques de pánico, dificultades económicas, duelos, la mala relación entre madre e hija u otros familiares, la falta de pareja, infertilidad, celos, soledad, bloqueos laborales o creativos, hijos con autismo, separaciones, cualquier enfermedad desde más sencillas a más complejas, temas de herencias, miedos en general….y la lista continúa, porque hay tantas como personas que sienten.

- ¿Todos tenemos esa memoria celular a la que hace referencia?

No tenemos memoria celular, SOMOS esa memoria celular. Somos esas historias que vivieron nuestros padres, nuestras abuelas, nuestros bisabuelos y otras personas de nuestro árbol genealógico, aun cuando no los hayamos conocido o no sepamos de sus historias o nos las hayan contaron tergiversadas o a medias. Inclusive cuando hay personas adoptadas.

- ¿Cómo se comienza a trabajar sobre esa memoria?

Tomar conciencia de las influencias que nuestro árbol familiar ejerce sobre la vida diaria y actual, es un gran primer paso. Cuando comprendemos que el sufrimiento se transmite de generación en generación, todo adquiere un nuevo sentido. Es como estar sentada frente a una ventana y ver pasar una sombra. Asusta, no entendés, te sobresalta a cada rato y no te permite concentrarte en lo que estás haciendo. Te da miedo ir a ver de qué se trata. Cuando finalmente te decidís ir a ver, mirás y sabés que es un gato que salta en el techo. Que puede seguir saltando. Pero ahora sabés de qué se trata la sombra, el ruido y el movimiento. Con el árbol familiar pasa algo similar. Por ejemplo, en una consulta una “pazsiente”, -modo en que llamo a mis consultantes-  siempre que llegaba el inicio del verano se sentía triste, no quería hacer nada, se ofuscaba y nadie comprendía lo que le pasaba, le sucedía desde su casamiento. Investigamos y encontramos que su abuela al casarse había concebido un primer hijo fallecido al nacer en diciembre y a los meses quedó embarazada de su segunda hija, madre de esta “pazsiente”. Era algo de lo que no se hablaba “para no poner mal a la abuela”. Lo abordamos en sesiones individuales con visualizaciones, de modo simbólico, reconociendo ese primer bebé y el dolor de su abuela, y luego en un taller de Biodecodificación y Constelaciones lo pudo compartir grupalmente. Tanto su abuela como su madre fueron representadas por otros participantes ampliando la posibilidad de sanación a otros temas en su vida. Cuando llegó el siguiente diciembre, esa sensación que la oprimía, fue una tristeza suave que pudo observar, reconocer y soltar para una nueva forma de estar.

- ¿Hay más ejemplos de ese tipo?

Otro ejemplo: un hombre de 29 años, que lo nombro Mariano, estudiante de escuela de música para ser docente y baterista, consultó por una enfermedad de la columna, que surgió a los meses que muere su papá, con quien compartían una empresa familiar. Algunos temas de columna suelen tener que ver con historias de sostén y de valoración. En este caso, conjuntamente con el control y tratamiento médico convencional, investigamos la historia de su propio padre que al perder a su padre también -él a los 11 años-, tuvo que dejar la escuela y dedicarse a trabajar para ayudar a sostener a su familia, integrada por su mamá con varios hermanitos más pequeños, perdiendo lazos, libertad e infancia. En el inconsciente de Mariano, aunque no era un niño, estaba guardada esa historia en su columna, que comenzó a rigidizarse para poder sostener todo lo que se venía, según su memoria celular. También lo abordamos en sesiones individuales y talleres grupales, disminuyendo las medicaciones al mínimo, transitando un duelo suave y pudiendo elegir qué hacer. Hoy es docente y baterista, vive de la música y está sano, cuidándose con ejercicios y mucha conciencia.

- ¿Cualquiera puede constelar o biodecodificar?

Muchas veces las personas me escriben “quiero biodecodificar” o  “quiero constelar”, muchos ahora, quizás, porque se ha puesto de moda con la serie “Mi otra yo”, muy recomendable por cierto. Siempre sugiero investigar el árbol teniendo un “para qué”. Para NO hacer lo que llamo “turismo espiritual”. Porque la información es tan vasta que se abre la caja de Pandora y puede confundir, preocupar, entristecer, resultando lo contrario de lo que buscamos: libertad, bienestar, realización personal.

 

- ¿Es posible hacer este trabajo aun cuando no se tiene información del propio árbol genealógico?
La información SIEMPRE está, aunque no la conozcamos intelectualmente. Por eso se manifiesta. Está en un lugar que es como imaginario para las células. Ahora no hay guerra donde yo vivo, pero mi memoria que conoce las guerras vividas se imagina que está sucediendo ahora, entonces cuando quede un poco de comida, aunque esté satisfecha, voy a seguir comiendo por las dudas. Desde ese mismo lugar de “imaginación” es que podemos abordarlo, ya que nuestro cerebro no reconoce la diferencia entre real, imaginario, simbólico o virtual.

- ¿En qué consisten las sesiones o los talleres de Biodecodificación/Constelaciones Biointegra?

Las sesiones individuales son encuentros donde abordamos la historia personal de vida, la etapa de gestación y el árbol genealógico de cada persona. Los talleres grupales funcionan como una multiplicación de espejos para mirarnos de un modo distinto al que lo hacemos individualmente, y permiten que nos demos cuenta que todas las personas tenemos dolores, venimos de ciertas historias que nos condicionan y queremos sentirnos amados y con bienestar.  Utilizamos la palabra, la visualización, la terapia vibracional a través de los cuencos tibetanos y otros instrumentos, la meditación, técnicas de Constelaciones Familiares, técnicas de integración cerebral, el Arte, entre otras disciplinas. Pueden participar personas de cualquier género, no hace falta experiencia, solo las ganas y el animarse a ver más allá de lo que conocemos o estamos acostumbrados.

 

www.docmarinamonk.com.ar

Tel: +54 9 1149702923

IG: @Biointegra_docmarinamonk

FB: Biointegra (doc Marina Monk)

 

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