miércoles 02 de octubre del 2024

“Mate y Mujeres: Historias de Amor y Superación”

En este artículo comparto mi experiencia profesional a partir de las “mateadas” de mujeres en el patio de Las Mariposas, hermosos encuentros llenos de amor, risas, lágrimas, charlas convirtiéndose en refugio para cada una de las participantes. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

Me gusta disfrutar del patio trasero de mi hogar. En la mesa ubicada en el centro se apoyan mis fieles compañeros: el termo y el mate. Estoy leyendo un libro maravilloso  “Las mujeres que aman demasiado” de la autora norteamericana Robin Norwood. Al releer sus páginas, veo las mariposas revoloteando a mi alrededor. Recuerdo que mis pensamientos iban hacia la idea de tener una mateada con mujeres conocidas, donde pudiéramos leer y hablar sobre el amor y las relaciones de pareja.

Finalmente, me decidí a convocar a una mateada a las mujeres más cercanas a mí. Algunas de ellas eran amigas y otras compañeras de actividades. A medida que pasaron los meses, la mateada se realizaba los sábados cada 15 días en el patio de mi casa. Poco después, ese espacio se transformó en el patio del “Taller Las Mariposas”.

Sentadas en ronda, con una coordinación profesional, la palabra circulaba mientras la lectura colectiva en voz alta, junto al mate formaban parte de un ritual. Cada una podía elegir qué leer y compartir desde sus propias vivencias temas sobre el amor, las relaciones, el sexo, la comida, la disfuncionalidad familiar, la violencia, el aborto, la maternidad, los miedos, proyectos truncados y los realizados. Tengo presente en mi cabeza mientras escribo sus rostros conmovidos por la lectura del prólogo del libro Las Mujeres que aman demasiado “Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado. Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con "él” y enseguida se escucha “ es cierto” “ me pasa todo el tiempo” “ me hace sufrir no me elige”” por él empecé a consumir” “ me quedo horas esperando a que venga y no aparece”, “ tuve dos abortos mientras iba y venía en la relación”.

Con el avance de los encuentros de mateadas, el número de mujeres fue aumentando, y las voces y lágrimas comenzaron a circular entre ellas consolándose mutuamente. Para muchas, era la primera vez que abrían secretos familiares y de parejas que les generaba una presión tremenda en el pecho. Sin embargo, al  compartirlo en el grupo, empezaban a perder fuerza y a enfrentar el miedo, que, poco a poco, iba cediendo a medida que asistían. Para otras mujeres, las mateadas eran una oportunidad para buscar amigas o invitar a una de ellas al patio, ya que la codependencia y las violencias las habían aislado. La lectura colectiva estaba a cargo de quien deseaba leer ese día, mientras las demás escuchaban atentas y levantaban la mano para  compartir sus vivencias.

En ese clima primaveral, en el patio rodeada de mis plantas y  con alguna que otra mariposas revoloteando, se generó un escenario propicio para fomentar la confianza en el grupo y entre las participantes. Todo lo compartido en ese lugar quedaba ahí, para seguir trabajándolo.

Estas mujeres hermosas, llenas de luz se fueron superando frente a sus temores, aprendiendo a trabajar la baja autoestima, a tomar decisiones como volver a estudiar o buscar empleo, y a enfrentar situaciones dificiles, como terminar una relacion o compartir sus dolores por la perdida del amor y la culpa por los abortos vividos en secretos. En cada mateada, se compartían palabras, se ofrecía escucha, se utilizaba  herramienta como el abrazo y se alentaba con un “ vos podes”.

Te espero en [email protected] o en Instagram a taller_las_mariposas

Natalia Lorena Rigamonti

Lic. en Trabajo Social

M. P.: 12659

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