Uno de los grandes males de este siglo respecto a las relaciones interpersonales, es la falta de responsabilidad emocional para dar por concluido un vínculo afectivo de pareja.
Las personas no quieren sentirse responsables y mucho menos culpables por sus sentimientos hacia el otro.
Pensar que el otro puede estar sufriendo por sus decisiones los agobia haciéndolos sentir infelices. Así que, en estos tiempos de vinculaciones light, de consistencia poco estable y sin tolerancia a la frustración, hace que muchas personas elijan la huida sin dar explicación, dado que bucear dentro de ellas exige un alto nivel de autocrítica, honestidad y lo que puede ser peor, el enojo del otro como también su devolución.
Todo esto puede ser un cóctel explosivo para la propia autoestima así que se prefiere evitar. ¿Cómo? Dando un simple portazo. Sacudirse los sentimientos y los momentos vividos para poder seguir rápidamente la marcha hacia adelante.
¿Pero qué pasa con la otra persona, el abandonado, el que se enteró en el mismo momento en el que le estaban diciendo adiós sin que haya vuelta atrás?
El aturdimiento por el golpe emocional es muy duro. Algunas personas lo describen como: “un accidente automovilístico “, “un mazazo en la cabeza “ o “la sensación de haber quedado vacíos“. Obviamente frente a esta situación de shock el sujeto se siente confundido/a, lastimado/a y sumamente indefenso/a.
Es muy habitual ver a las personas abandonadas intentar llevar adelante un proceso de autocrítica buscando los motivos que desencadenaron el abrupto final y hasta creerse culpables de no haber sido lo “suficientemente buenos “ para el otro, como forma de encontrar respuestas imaginarias que lo ayuden a elaborar algo de lo que sucedió.
La verdad es que seguramente tendrá un largo camino para elaborar el duelo y poder convertir el dolor vivido en aprendizaje.
El punto es, ¿cómo iniciamos este proceso de sanación con la menor cantidad de errores y daños colaterales? Acá dejo algunos tips que no pueden dejar de tener en cuenta:
Si se aleja sin dar explicaciones, has estas cosas como regla:
NO LO PERSIGAS
Deja de ver sus redes sociales, no preguntes por el o por ella, no le escribas, no busques encontrarte ni mucho menos regreses. Cuida tu energía y paz mental. Deja ir a esa persona que estuvo dispuesta a dejarte antes.
DESEMPOLVA TU AGENDA
Sé que al principio es difícil, pero busca incentivos para ponerte en marcha. Piensa en los planes, metas y personas que fuiste poniendo a un lado por enfocarte en la relación y hacer un camino en común. Retoma tus objetivos y vuelve a re conectarte con las personas y cosas que te gustan.
Cuando lo logres, vas a encontrar muchos estímulos positivos y la sensación de alivio llegará a tu corazón, porque en una mente ocupada hay poco espacio para pensar en cosas que no suman.
CUIDA TU DIGNIDAD
Evita “la intensidad “. No exijas respuestas o explicaciones. No le mandes mensajes echándote la culpa y prometiendo que harás lo que sea necesario para recomponer la situación. No mandes notas de voz en el medio de tu desesperación o con una borrachera. Cuida no darle el gusto de volver a rechazarte. Recuerda que te dejo sin dar explicaciones.
CONCÉNTRATE EN TI, CUÍDATE Y QUIERETE
Recuerda que tienes un mundo más allá de esta persona. Dedícate a tus hobbies, a tu trabajo, a hacer ejercicio, interactuar con tus amigos, come rico, canta, baila, sal de paseo, vístete bien, haz cosas que te diviertan, pásalo lindo, disfruta de tu tiempo haciendo lo que más te venga en gana.
Esa persona fue parte de una etapa de tu vida. No tu vida entera. Hubo un antes y ahora un después. Déjala ir. Recibe tu nueva etapa y conecta con tus nuevas emociones.
Por último, recurre a toda la ayuda que necesites para sanar tu corazón y salir más sabio/a y poderoso/a de esta relación. Convierte los escombros en los cimientos de tu nueva fortaleza.
Lic Fernanda de Alva - Doctora en Clínica
Psicoanalista, especializada en terapias breves - Coach
Directora propietaria de la consultora DF Consultoría
Escritora y Conferencista
Contacto: IG @lic.fernandadealva