Durante un tiempo viví algo desconectada de mi cuerpo. Lo habitaba, claro, pero no lo escuchaba. Lo exigía, lo corregía, lo juzgaba. Lo llevaba de un lado a otro como si fuera una herramienta que debía funcionar siempre. Hasta que empecé a notar que hablaba. Primero en susurros: una contractura, un cansancio, un malestar sutil. Después, cuando no lo escuchaba, empezó a gritar. Me mostró que detrás de cada dolor o síntoma había algo más profundo pidiendo atención.
Comprendí que el cuerpo tiene memoria, que guarda nuestras historias, emociones no resueltas, traumas silenciados. Y la de nuestros ancestros No olvida nada. Se expresa cuando algo no está bien, cuando algo necesita ser mirado con amor. Aprendí a honrar sus señales, a no taparlas ni forzarlas a desaparecer. Cada síntoma es un llamado a volver a mí.
El cuidado del cuerpo va mucho más allá de lo estético. Es un acto de respeto, de conexión y de gratitud. Cuidarlo es alimentarlo con conciencia, moverlo con alegría, permitirle descansar, abrazarlo con ternura. Es escucharlo cuando dice “basta”, cuando necesita pausa, cuando pide otro ritmo. No es debilidad frenar, es sabiduría.
Vivimos en una cultura que nos empuja a producir, a correr, a ignorar lo que sentimos. Pero el cuerpo siempre sabe. Es el primero en avisar cuando algo nos afecta, cuando una emoción no se digiere, cuando nos alejamos de lo que es bueno para nosotros. Solo hace falta aprender a escuchar con humildad.
Hoy abrazo una forma nueva de habitarme: más presente, más conectada, más consciente. Me observo, me cuido, me respeto. No siempre lo logro, pero cada día intento volver a esa escucha amorosa. Mi cuerpo es mi casa en esta vida. Y como toda casa, necesita cuidado, limpieza, refugio y calor.
Porque cuando cuido mi cuerpo, también estoy cuidando mi historia, mi salud emocional y mi manera de estar en el mundo.
“Llevo en mi corazón la historia de quienes me precedieron. Honro esa herencia con amor, pero hoy elijo escribir una nueva página. Cada latido es un acto de sanación. Mi corazón ya no solo repite el pasado: me guía hacia una vida más consciente, más amorosa, más mía.”
Cuando mi cuerpo comenzó a manifestar su debilidad fue cuando tomé conciencia y empecé a hablarme lindo con amorosidad.
Acompaño en procesos de autoconocimiento, trabajo interior, redescubrir y encontrar el sentido de la vida en cada etapa nueva. Te invito a habitar tu interior a ejercitar eso de escuchar a tu cuerpo cuando habla. Anímate, es solo para valientes, ocuparse de uno. Las respuestas están dentro de cada uno, no es magia es conciencia emocional.
Verónica Garcia Torrent
Coach Ontologico y Empresarial ENCORE- UDT
Educacion Emocional y Bienestar UB.
Disertante internacional en resiliencia, emociones, y liderazgo humano.
“El corazón sabe el camino”
#VeroGTBienestar
IG Verogtorrent
Facebook Veronica Garcia Torrent








Guillermo Francos, el bombero oficial

Lubricantes femeninos: cuál elegir para lograr un máximo placer

Adiós a los jeans skinny: Anita Espasandín impone los pantalones cargo con un look urbano y canchero
