La miopía es el trastorno refractivo más común y puede ser una de las causas de fracaso escolar. El ojo miope tiene una visión borrosa para los objetos lejanos. Hay factores genéticos y ambientales que ayudan al desarrollo y progresión de la miopía en la población pediátrica. Algunas estimaciones apuntan que al final de esta década, hasta un tercio de la población padecerá este defecto refractivo y en el 2050 la mitad será miope.
Los motivos de este incremento son la disminución de horas al aire libre, el exceso del uso de la tecnología (celular y tablet) asociado al impacto de la luz azul emitida por la pantalla.
Si bien el causante número uno pareciera ser el aumento de la visión cercana, hay un sospechoso más certero que es la disminución de horas al aire libre.
La luz solar libera en las células de la retina un neurotransmisor (dopamina) que bloquearía la elongación del glóbulo ocular durante el desarrollo y con ello la progresión de la miopía. Se estima que, si la iluminación es tenue, lo que ocurre en los ambientes de interior, es que su ciclo se interrumpe, lo que tiene consecuencia en el crecimiento de los ojos.
Un niño con padres miopes tiene mayor probabilidad de padecer este defecto refractivo y su aparición y progresión, son más amplias si sumamos la herencia a los factores ambientales.
La miopía siempre tiende a progresar. Para frenarla es importante la exposición a la luz solar, intermitencia en el uso de tecnología y gotas de atropina. Se ha podido comprobar que la atropina superdiluida (al 0.01%), aplicada diariamente, resulta también muy útil para disminuir la progresión. Debe ser indicado y controlado por los oftalmopediatras. A raíz de esto, se observó que el 80% de los tratados frenó el avance de la miopía.
Una de las características distintivas de la miopía frente a otros defectos de refracción ocular, es su carácter dinámico, progresivo e irreversible. El factor más concluyente resultó ser una mayor exposición a la luz solar.
El principal consejo para los padres es que se realicen visitas periódicas al oftalmólogo, ya que el diagnóstico precoz de cualquier problema visual es fundamental para poner en marcha los tratamientos adecuados, sobre todo si hablamos de la miopía en niños y su silencioso avance.
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Dra. Alejandra C. Iurescia
Médica especialista en Oftalmología Infantil
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