María Paula Buireo y Paula de los Ríos son licenciadas en Psicología de la Universidad del Salvador. “Nos conocimos durante la carrera y hoy, ambas estamos comenzando a recorrer esta carrera tan linda”, dice María Paula que se está especializando dentro del área de la niñez y la discapacidad mientras que Paula de los Ríos lo hace en psicología jurídica. Juntas trabajan realizando integraciones escolares y también, debido a la pandemia, “estuvimos brindando asesoramientos gratuitos de manera virtual”, asegura Paula.
- ¿Cómo iniciaron el proyecto a través de Instagram?
Fue al comienzo de la cuarentena con el fin de poder contribuir a visibilizar la salud mental y su importancia en este momento de pandemia.
- ¿Cuáles han sido los temores más comunes y más fuerte que pudieron verse durante la pandemia?
Como profesionales de la salud, hemos observado que el miedo, la angustia y la ansiedad, fueron temáticas que se exacerbaron frente a la incertidumbre que significa esta pandemia. El COVID-19 ha cambiado nuestro estilo de vida, y tanto nuestra salud mental como física se ven amenazadas.
- ¿De qué manera se expresa la ansiedad?
Puede manifestarse de diversas maneras. Una de las que estuvimos observando fue a través de episodios de miedo intenso acompañados de síntomas físicos, como dolor de pecho, mareos, palpitaciones, dificultad para respirar, sudoración, lo que conocemos como ataques de pánico.
- Si la angustia y la ansiedad estuvieran interfiriendo significativamente en nuestro día a día, ¿qué podemos hacer?
Lo fundamental es buscar ayuda. Realizar terapia ayuda a poner en palabras lo que a uno le está sucediendo. Identificar nuestros pensamientos y emociones nos ayuda a entenderlos y gestionarlos de maneras más adecuadas.
- ¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor?
Podemos escribir nuestras emociones y pensamientos asociados a la situación que vivimos, para releerlos e ir evaluando los hechos con cierta objetividad. Moderar el acceso a la información. Buscar apoyo emocional en otros y no perder el contacto con nuestros vínculos. Realizar actividades que nos resulten placenteras. Mantener ciertas horas de sueño diarias y constantes. Y si identificamos la aparición de alguno de los síntomas físicos ya mencionados, podemos recordarnos que nuestra mente y cuerpo están respondiendo frente a algo que nos genera miedo, reconocer que tiene un principio y un final, buscar un ambiente tranquilo y concentrarnos en nuestra respiración.
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