sábado 15 de febrero del 2025

Todos queremos sobrevivir a San Valentín. Por Fernán Arana

San Valentín no es solo un día para celebrar el amor, sino también un negocio multimillonario que juega con nuestras emociones y expectativas. Desde el principio de escasez en marketing hasta el impacto en las parejas y la psicología del regalo, este artículo te ayudará a entender lo que realmente está en juego el 14 de febrero. ¡Sobrevive a San Valentín con información, no solo con flores y chocolates! Galería de fotosGalería de fotos

Todos queremos sobrevivir a San Valentín por Fernán Arana
Todos queremos sobrevivir a San Valentín por Fernán Arana | CARAS

Antes de comenzar con esta nota, investigué qué suelen decir los artículos sobre San Valentín y qué fuentes utilizan. Mi idea no es hacer la nota definitiva, pero sí ofrecerte información precisa basada en estudios reales y en mi experiencia de 25 años tratando a personas con problemas del corazón. Comencemos.

La industria del amor
Salvo el aniversario o el cumpleaños de tu pareja, no hay fecha en el año en la que te concentres más en tu pareja, y de una forma muy específica: pensando en hacer un gesto especial. Un estadounidense promedio gasta entre 150 y 200 dólares ese día, generando un mercado de aproximadamente 20.000 millones de dólares anuales. Y ya no solo regalamos a nuestras parejas: en EE. UU., se gastan 2.400 millones de dólares en regalos para mascotas. Y quién podría cuestionar la incondicionalidad de ese amor, ¿no?

Es importante que sepas que San Valentín es un día que el marketing sabe aprovechar, utilizando el principio de la escasez: si algo es limitado, lo queremos más. Esto ocurre con los regalos de San Valentín: un solo día para demostrar amor genera una fiebre por no quedar como un insensible. Es el mismo truco que usa Amazon cuando te dice que queda un solo producto o Booking cuando te apura a reservar. Entonces, sé consciente de este aspecto.

Y si te preguntas por qué las rosas y los chocolates se ven mejor en esta fecha, la respuesta está en el priming cultural. El priming es cuando un estímulo influye en tu comportamiento sin que te des cuenta. Como cuando ves palabras relacionadas con la vejez y, después, caminas más lento. En San Valentín, el bombardeo de imágenes de amor hace que valores más estos regalos y salgas desesperado a buscar flores rojas.

Un fenómeno catalizador
Piensa en San Valentín como una gran lupa que amplifica todo lo que ya está presente. ¿Qué quiero decir con esto? Si las parejas vienen en una trayectoria en franco declive, es probable que no sobrevivan a la fecha. Es por eso que muchas notas mencionan que la gente se separa más en San Valentín. En rigor, no es tan exacto: se separan las parejas que ya se llevaban mal desde antes, sin distinción entre si son parejas recientes o de larga data. Pero también es cierto que las parejas que se llevan bien transitan San Valentín con cierta satisfacción y se concentran en agasajarse y pasarla bien. Funciona como un recordatorio de la relación y generalmente de buena manera, incrementando la percepción del funcionamiento de la pareja y potenciando la percepción de la calidad de la relación para la mayoría de las personas.

Además, regalar algo en San Valentín nos hace sentir bien porque sumamos matrimillas: cumplir con la expectativa genera satisfacción. Aunque también hay personas que prefieren ignorar la fecha. La gente con apego evitativo suele sentirse incómoda con las demostraciones de afecto públicas (y a veces privadas, pero eso sería otra nota). Si tu pareja es así, insistir solo va a empeorar la situación. Piensa que, posiblemente, si estás con ella es por algo que representa la esencia de San Valentín (el amor, por ejemplo), pero no por la instrumentalización (el regalo).

Psicología del regalo
El regalo es el protagonista indiscutido de San Valentín, y no se puede huir de él. Algunos autores suponen que nunca se puede ganar, ya que si uno regala, puede parecer que lo haces por obligación, y si no regalas… ya sabemos las consecuencias que podría tener en alguien que se haya formado la expectativa de recibir un regalo. Mi opinión aquí es ser claro con las expectativas: ¿Qué nos podemos regalar mañana? Es menos espontáneo, pero más justo. ¡Y todos queremos sobrevivir a San Valentín!

También existe una desigualdad de género en los regalos de San Valentín: los hombres suelen gastar más y sentir más presión por agradar. Algunos lo explican desde la evolución y otros desde el mandato cultural. Mientras la "agenda de la equidad" avanza, parece que la billetera todavía no se ha actualizado. Tal vez un día logremos que el amor no tenga precio (ni un ticket de compra).

Conclusión
San Valentín es una fecha comercial que refuerza la idea de celebrar el amor a través de regalos y gestos. Puede ser un catalizador positivo o negativo según el estado de la relación. Pero, al final del día, lo importante no es lo que hagas ese 14 de febrero, sino cómo llegaste a él. ¡Buena suerte sobreviviendo a San Valentín!

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