Julieta Prandi visitó el living de +CARAS y dialogó con Héctor Maugeri sobre diversos aspectos de su vida. La actriz y conductora, ahora también escritora, habló de la presentación de su nuevo libro, su relación con Emanuel Ortega, y los oscuros momentos que vivió junto a Claudio Contardi, su ex marido y padre de sus hijos.
De adolescente, Prandi soñaba con estudiar Ciencias de la Comunicación, pero la vida la llevó por otros caminos. Recorrió las pasarelas más importantes del país y del mundo, y se consagró como una de las modelos más destacadas y sexys de su generación. Fue Guillermo Francella quien la contactó para interpretar a "La Nena" en su popular sketch, y desde entonces, su carrera no tuvo techo. Se animó a la actuación, formó su propia empresa y actualmente conduce Sarasa junto a Mario Peluffo en radio La 100. Además, es madre de dos hijos, Mateo y Rocco.
El infierno de Julieta Prandi
Prandi siempre fue reservada sobre su vida privada, pero en 2019 rompió el silencio y habló por primera vez sobre la violencia física y económica que sufrió durante su matrimonio con el empresario gastronómico Claudio Contardi, presentando también una denuncia en la Justicia.
Además, lanzó su primer libro, “Yo tendría que estar muerta", una obra que, aunque no es una autobiografía, está basada en hechos reales y retrata parte de lo que vivió. Hoy, tras superar tanto sufrimiento, Julieta es una mujer valiente y sin miedos, que celebra cuatro años de un amor sano y feliz junto a Emanuel Ortega.
Durante la entrevista, al ser consultada sobre cómo logró reconstruirse tras vivir un verdadero infierno, confesó: "Es difícil, lleva mucho tiempo. Estando en la oscuridad, me costó mucho reencontrarme y aferrarme a eso para salir de ahí. No pensás con claridad, perdés la confianza y dejás de creer en vos misma. Yo estaba muerta en vida y deseaba no despertarme. No quería seguir viviendo un día más así, pero también sabía que debía salvar a mis hijos".
La modelo también admitió haber tenido pensamientos oscuros, pero explicó: "Más que pensar en matarme, era el deseo de no despertarme más, de desaparecer... Pero no me lo permitía porque tenía un bebé y un hijo de cuatro años".
Su libro “Yo tendría que estar muerta” no solo es un testimonio de su dolor, sino también un símbolo de su sanación. "Ver mi libro me da orgullo, fue mucho trabajo transitar la historia de Lucía y, a través de ella, liberarme de mi propia historia", compartió con emoción.
Prandi reveló cómo sobrevivió durante esos años: "Me ponía una máscara para sobrevivir a esa situación. Salía de casa, sonreía, pero luego volvía a la pesadilla que estaba viviendo". Incluso, mencionó que estuvo cuatro años sin hablar con sus padres, debido al aislamiento al que su agresor la sometió: "Estas personas te aíslan de quienes te quieren”.
Por último, dejó un mensaje de esperanza: “Se puede salir de eso, porque muchas mujeres que lo atraviesan piensan que no pueden. Hay que perderles el respeto y el miedo".
MDP