Luego de la polémica por las ventas de "maquinitas" en la que muchas famosas argentinas se vieron involucradas, Delfina Chaves marcó cuál es su postura respecto a ciertas marcas que se le acercan como medio para obtener ganancias. La actriz de 24 años confesó que vive en una lucha constante con los estereotipos de belleza y aseguró que rechazó muchas propuestas por sus creencias.
“Yo se que entro en lo que serían los estereotipos de belleza, yo Delfi. Entonces hay algo ahí de querer romper con todo eso pero yo todavía se que las marcas me llaman o me usan porque yo todavía entro. Entonces es muy difícil poder romper con eso cuando vos representás todo eso también. Las últimas cosas que hice me llamaron por mi nombre, por los laburos que hice y por lo visible que estuve el año pasado”, comenzó explicando la hermana de Paula Chaves en diálogo con Últimos Cartuchos.
Luego, la intérprete continuó: “Pero hay muchísimas cosas que digo que no porque no me gusta lo que se vende. Por ejemplo, yo tengo buena piel por genética, voy a poner un ejemplo muy b*l*d*, y que una marca a lo mejor me pague para decir que yo tengo la piel así porque uso ese producto. Entonces todas las chicas van a comprar eso, porque quieren tener mi piel. Pero en realidad tengo buena piel porque tengo buena genética, por mi vieja y mi abuela. Entonces hay algo de usar eso, sabiendo que vos entrás en esos estándares de belleza para poder vender, para sacar un beneficio de eso, que no va. Pero estoy todavía construyéndolo”.
“Honestamente muchas veces la paso muy mal, por eso decido no ir a un evento o le digo que no a una cierta cantidad de cosas, porque de repente me preguntan sobre algo que no tengo una opinión formada y no se si quiero hablar al respecto, porque soy re pendeja la verdad. Me pasa eso, que de repente entramos a Instagram, a las redes sociales y decimos acá hay algo que no está bien", agregó la artista en una entrevista con Migue Granados y Martín Garabal.
Respecto al tema, Delfina finalizó: "No está bien que estas chicas que se les marca las costillas y que se mueren de hambre vendan que ‘ésta es mi mejor versión y hay que amarse a uno mismo’. Es muy fácil amarse a uno mismo cuando entrás en los estándares de belleza, hay que empezar a cuestionarse".