El lunes pasado, La actriz Jennifer Coolidge recibió su merecido Globo de Oro por la categoría Mejor Actriz de Reparto en Miniserie por “The White Lotus”, una de las series más exitosas de los últimos tiempos. En ella, Coolidge interpreta a Tanya, una inestable y desopilante mujer que decide vacacionar en el hotel que le da nombre a la serie y, como el resto de los personajes, se enfrentará a sus costados más oscuros. Coolidge protagonizó uno de los momentos más destacados de la ceremonia con su discurso.
“Tenía sueños y expectativas muy grandes cuando era más joven, pero lo que sucedió es que la vida los desvaneció. Pensé que iba a ser reina de Mónaco aunque alguien me adelantó. Luego te haces mayor y piensas, 'Oh, ¿qué diablos va a pasar?'”, comenzó Coolidge. Y es que la blonda tiene nada menos que 61 años de edad, y aunque lleva actuando muchísimos años, se consagró con este gran personaje hace poco tiempo, desmitificando que se debe ser joven para conquistar el éxito personal o profesional.
Pero el discurso se tornó aún más emotivo cuando se dirigió a Mark White, el creador de “The White Lotus”: "Mike White, me has dado esperanza. Me diste un nuevo comienzo, (..) has cambiado mi vida de un millón de maneras diferentes", agradeció Coolidge. White, desde el público, no pudo contener las lágrimas. "Si no conocéis a Mike White, esto es lo que debéis saber: Se preocupa por el mundo, se preocupa por la gente, se preocupa por sus amigos que no están bien. ¡Se preocupa por los animales! Realmente es una de las mejores personas. Haces que la gente quiera vivir más. ¡Y yo no quería! Te amo hasta la muerte”, declaró la actriz al recibir su premio.
Coolidge también se lució recientemente en su papel en “The Watcher”, la oscura serie de Netflix donde la actriz demuestra que puede alcanzar un tono totalmente distinto a la pintoresca Tanya. Pero la carrera de Coolidge es mucho más extensa y durante muchísimo tiempo no le llegaba una oportunidad para demostrar todo su talento.
Sin embargo, en la década del 90, luego de su paso por la icónica serie “Seinfeld”, logró obtener el papel que durante años la volvió reconocible: la sexy madre de Stifler, en la comedia adolescente “American Pie”, donde interpreta a una femme fatale madura que seduce a un joven de secundaria al mejor estilo "El Graduado". Aunque esa actuación no le hizo ganar premios, declaró en medios que sí le trajo mucha suerte con sus conquistas.
Más tarde llegó otro papel por el que se la recuerda: la adorable Paulette, la amiga de Reese Witherspoon en “Legalmente rubia”, un papel que, según declaró Coolidge, fue “un regalo del cielo”.
Aunque tuvo que pelear mucho para que le dieran papeles a lo largo de su extensa carrera, y a pesar de que recién ahora le dan papeles más complejos, Coolidge elige tomarlo con calma y sabiduría. Recordar las épocas donde nadie creía que merecía encarnar “personajes más complejos”, según dijo, le da un poco de rabia todavía hoy. Pero ella, despreocupada a sus sesenta y un años y con su merecido Globo de Oro, se volvió un ejemplo de resiliencia y optimismo.
“Pienso que este año me di cuenta de que estoy viviendo un sueño. Y estoy muy agradecida por todo lo que me pasó, pero también entendí que nada me importa tanto. Y creo que es mi sentimiento favorito en toda mi vida. Esperé toda mi vida para que las cosas ya no me importaran un carajo. Es la única manera de tener poder. No digo que ya no sea insegura, todavía lo soy sobre un montón de cosas básicas, mi apariencia y todo eso. Pero ya no creo que los insultos y las críticas me atraviesen como antes. Ya no me importa lo que piense de mí la gente”, declaró en una entrevista. Felicitaciones por el premio y por mucha más Jennifer Coolidge.