Hablamos en exclusiva con Laura Bunge, coach especializada en neurociencia emocional, para que nos cuente desde el lado científico, qué sucede en el cerebro cuando una persona se enamora, mucho más específicos, por qué a la China Suárez le cuesta sostener una relación amorosa.
Variamos nombres se escriben seguido de la China Suárez, ya sea por haber tenido una relación estable o bien por haber estado vinculada de una manera u otra, de forma sentimental, entre ellos están: Nicolás Riera, Nacho Viale, Nicolás Cabré, David Bisbal, Benjamín Vicuña, Armando Mena Navareño, Rusherking, que han sido parejas oficiales, y hasta sus conflictos mediáticos como con Mauro Icardi y su más reciente vinculación con el cineasta millonario, Rodolfo Lamboglia.
En esa medida, Laura Bunge explica primero: “El amor libera dopamina, serotonina y oxitocina, por eso que cuando nos enamoramos nos sentimos excitados, llenos de energía y nuestra percepción de la vida es magnífica. Pero los neuroquímicos del enamoramiento vienen a chorros y al cabo del tiempo, Igual que cuando alguien consume drogas durante un periodo largo, llega lo que comúnmente se conoce como habituación".
“Cuando la cascada química desciende, hay muchas personas que lo interpretan como una pérdida de amor (MacDonald & MacDonald, 2010). Lo que realmente sucede es que los receptores neuronales ya se han acostumbrado a ese exceso de flujo químico y el enamorado necesita aumentar la dosis para seguir sintiendo lo mismo. Eso puede convertir una fluctuación natural en una crisis, y puede llegar la bonita frase: “Ya no siento lo mismo”. Pero dejar una relación no siempre es tan simple”, aclara la profesional en coaching, PNL y Bioneuroemoción.
Sobre el cambio constante de parejas, en este caso puntual, los novios que la China Suárez ha tenido en los últimos años. ¿Qué pasa entonces por el cerebro de la actriz, tomándola como ejemplo, que no logra estabilizarse en el amor. ¿Está siendo víctima también, justamente de los excesos de dopamina, serotonina y oxitocina?
Laura Bunge explica: Creo que estamos viviendo en una sociedad en este momento de una una satisfacción inmediata en todos los aspectos, queremos resultados inmediatos en todos los ámbitos de nuestra vida. Entonces, en la pareja también se empieza a generar cómo está sobredosis de dopamina en el cerebro, que es el sistema de recompensa, que es la sensación que voy a recibir algo bueno, eso es lo que usan las redes sociales para engancharnos.
Y nos mantienen motivados, que no es una motivación real, sino es una motivación de momento donde yo sigo consumiendo. Porque siento que algo bueno va a pasar. Cuando yo empiezo una la relación, claro, mi biología y mis neuronas me dicen: ¡Opa, algo bueno!, pues que pase y yo me engancho, y en los primeros meses, como estoy en ese momento, en ese exceso de hormonas y de neurotransmisores, no puedo ver la realidad como es.
Entonces cuando uno empieza en este modo de decir salto de pareja en pareja, hay dos factores:
1. Se empieza a generar como una adicción a ese bienestar, pero ese bienestar es muy efímero porque no es de la realidad, es el disfrute de alguna manera lo nuevo, pero yo no conozco a la persona, a la persona la voy a conocer a través de las diferencias a la persona, la voy a conocer a través de las negociaciones, las puestas de acuerdo y eso es cuando ya esa esa sensación de adrenalina bajo, bajo, bajo, bajo y la magia de lo nuevo, por así decirlo se pierde. ¡Y por supuesto que escoba nueva barre bien!
Porque tiene que ver con esta emoción que me genera lo desconocido. Cuando yo empiezo a conocer y esa persona ya me desilusionó X cantidad de veces, ya no me llamó X cantidad de veces, dejó de cumplir X cantidad de promesas; ya no es desconocido, ya empieza a ser conocido. Entonces, si yo no tengo un trabajo para sostener los vínculos, a pesar de la frustración, entonces mi cuerpo qué me va a pedir. ¡Dame otra cosa!, y voy a necesitar cambiar rápidamente de pareja para poder volverme a sentir vivo, porque el peligro de estas adicciones, entre comillas, es que uno exacerba el nivel de dopamina del cerebro.
Entonces, luego, las relaciones comunes son muy aburridas. Porque eso es una adicción real, o sea, se genera un proceso adictivo real en el cerebro, o sea, cambia la composición del cerebro. Uno empieza a tener mayores receptores de dopamina por la cantidad de flujo que va generando, entonces luego cuando un tiene un programa normal o el vínculo está en paz o ya no hay novedad, es el flujo de dopamina que está dentro del cerebro que está bajito y ya tengo muchos receptores, o sea que no me no necesito más y ahí empiezan las personas que, por ejemplo, se pelean por cualquier cosa y no sabes si se separan o no y entrar en esta crisis porque eso genera adrenalina, genera algo inesperado, genera esa incógnita de ver ¿qué va a pasar?, y caemos en una adicción nuevamente de vínculos tóxicos.
La China Suárez dijo que la catalogan como “una mujer come hombres". En las redes sociales también la etiquetan como una mujer que solo se fija en hombres casados. Ahora, luego de haber estado de novia con Armando Mena Novareño y Ruhserking, vemos otro perfil de la actriz. La China Suárez pasó de un hogar estable, por ejemplo, con el papá de sus hijos, Cabré o Vicuña, para luego cambiar, justamente a una persona soltera, de menor edad en relación a ella y después se le vinculó con alguien mayor que ella. ¿Todo esto hace parte de esa búsqueda de reinventarse, de encontrar un norte en el amor? ¿O qué es lo que puede pasar ahí en ese caso? a esta pregunta respondió Laura Bunge.
El ser humano necesita desafíos y al ser una persona, por ejemplo en este caso ( la China Suárez) que es estéticamente lo que al sistema le encanta; es una persona que sus rasgos son simétricos de la perfección y tiene un atractivo que realmente atrae a los hombres y a muchas mujeres también, entonces, cómo el cerebro necesita desafiarse, la búsqueda va al desafío. Bueno, voy a buscar lo no posible, lo no fácil.
Todos nosotros necesitamos sentir que ganamos constantemente, por eso la importancia de ver dónde voy a poner ese foco, porque eso es biológico, yo tengo que sentir que gano, que estoy de alguna manera en esta carrera. Es como salir a cazar. El ser humano necesita salir a cazar y el salir a cazar en este caso es ponerse metas diferentes.
Me voy, busco un casado, voy, busco un rapero, voy busco alguien 20 años más grande que yo voy, busco un millonario, voy busco, voy cambiando y lo que me voy generando es esto que mencionábamos antes. El foco está en generar su propio orgullo, ella cumple sus metas. El tema está, en dónde yo pongo el foco por el daño que puede generarme a mí y en este caso a mis hijos, que es diferente la vida cuando uno tiene hijos, cuando no estás solo, la verdad es que en todo caso se tiene que ocupar de uno mismo, pero acá es como que uno ya carga con una mochila de que hay otros seres humanos que te están mirando como ejemplo.
No es juzgable, sin embargo; es apreciable la observación; como que ya, el mismo salir a cazar podría ser diferente porque hay otras personas que nos están mirando como ejemplos que son nuestros hijos, entonces en este caso es el sentir que yo estoy avanzando, que yo estoy ganando, que me pongo una meta y cuanto más difícil, mejor. Por eso es que vas aumentando la apuesta, esa es la biología del ser humano.
Laura Bunge explica qué es el amor y la posible adicción de la China Suárez a la conquista y no al vínculo real
Si nos ponemos a pensar, el amor no tiene una explicación. Vos, si tienes mascotas, sentís amor por tu mascota y ni siquiera sabes qué es lo que sentís. Si es ternura, sí son nervios, si son ganas de abrazar; lo que te vas a dar cuenta es que, asociado a esa emoción o sensación que no tiene una explicación real lo que hay son acciones. Entonces el amor en verdad uno lo va a traducir con acciones.
Lo que estaría bueno es ver qué es el amor para esa persona y cuáles son las acciones que se asocian a ese momento de sentirse enamorada, porque luego, el desafío está en mantener un noviazgo en la pareja durante años, porque lo que tal vez nos equivocamos en los humanos es en la ley de lo conocido. Cuando yo llegó a alcanzar una meta, la doy por sentada y la dejó de cuidar.
Cuando uno está de novio, en ese proceso enamoradizo, que está drogado, uno se vende, quiere conquistar, quiere agradar, le importa la opinión del otro, quiere ser querido y quiere que lo quieran. Quiere querer y está dispuesto.
Luego, cuando ya cruzamos la etapa es ahí, pasamos a lo conocido, empezamos a centrarnos en la desilusión. Y ya no actuamos como novios. Lo que uno sí puede agarrar es el sentirme enamorado, no es sentir amor, porque el amor son acciones y el amor en verdad sucede después de las acciones que provocan desilusión. Por ejemplo, vamos a hacer el ejemplo de tu mascota. Vos amas a tu perro, lo adoptaste, lo amas con todo tu corazón, lo rescataste y ahora rompe todo el sillón, los zapatos y vos te enojás; sin embargo, lo seguís queriendo y ¿cómo vas a hacer para educarlo? … Y, lo vas a buscar un entrenador y lo vas educar con amor y vas a dar todo tu buen trato y tu buena forma.
Eso sería una traducción del amor y uno en el vínculo, cuando la otra persona trae ese dolor y de repente rompe algo, yo me pongo a la defensiva y rompo también. Entonces ahí es donde el ser humano se pierde de crecer en el vínculo. ¿Por qué? Porque esa parte de estar nublado o drogado ¡No está!, entonces no hay una sensación de puro agrado. Hay una sensación de: ¡bueno ahora a trabajar y a construir un vínculo real, pero ahí es donde uno gana porque permite ver a la persona en su totalidad la luz y la sombra. Todos queremos conocer la luz, pero no nos queremos hacer cargo de la sombra, entonces no conocemos el vínculo en su totalidad.
¿Es una patología lo que la China Suárez tiene?
Laura Bunge aclara: Más que patología, desde la neurociencia sería una adicción, que desde la medicina sería una patología. Pero, sería el poder estar adicta a una ilusión. Esa ilusión te la da esta sensación química que es el exceso de dopamina, la adrenalina. Y lo mismo sucede cuando uno consume drogas, uno está viviendo una ilusión, no quiere conectar con la realidad.
De vuelta te sube tanto la dopamina, te sube tanto la adrenalina que después, cuando uno baja, las sensaciones son como cuando uno deja de consumir drogas. Es esa sensación de vacío. Por eso es que uno necesita volver enseguida a esto de enamorarse, de la conquista. Porque es la sensación de dejar una droga. Físicamente se va volviendo cada vez más intolerable.
Si podemos describirlo sería como una adicción, en este caso, es a la conquista más que al enamoramiento.
Cuando uno conecta con las películas románticas o con una película de ciencia ficción, no es la realidad, entonces, cuando yo propongo a mi cerebro vivir situaciones de aislamiento de la realidad es porque no puedo conectar con la realidad. La realidad tiene esto que a nosotros no nos gusta, que es el trabajar por las por lo que uno quiere.
Entonces, cuando una persona te genera estos estados de salir de la realidad, de ese exceso de enamoramiento, que no es un enamoramiento, si no es un estado de drogadicción, yo estoy evadiendo la realidad y lo que lo que el ser humano necesita, el comprender cómo funciona su cerebro es empezar a que no voy a buscar magia afuera. Voy a hacer que todos mis días sean mágicos desde lo más pequeño, desde lo más orgánico, cuando yo bajo la generación de estímulos y me conecto con lo más orgánico, es donde mi cuerpo, mi cerebro, vive su esplendor.
Según Laura Bunge, "El enamoramiento libera neuroquímicos como la dopamina, la serotonina y la oxitocina, creando una sensación de excitación y energía. Sin embargo, con el tiempo, la tolerancia se instala y se requiere más para mantener la misma sensación. Este ciclo puede llevar a buscar constantemente nuevas relaciones y emociones intensas". Bunge también destaca la importancia de centrarse en acciones concretas y construir el amor a través de compromiso y cuidado mutuo. Coach especializada en neurociencia emocional develó las razones detrás de los patrones de relaciones de la China Suárez y exploró la dinámica de la adicción al enamoramiento.