martes 23 de abril del 2024
ESPECTáCULOS 16-04-2020 12:24

Nicole Neumann: "Advertí lo que podía pasar y todos se reían"

La modelo lleva la cuarentena y habla de su conciencia planetaria. Galería de fotosGalería de fotos

Ella siempre nos alertó, pero muchos no la tomaron en serio. En su condición de militante de la primera hora del naturismo, el veganismo, el proteccionismo de animales y el respeto por la Naturaleza, Nicole Neumann (39) intuía que algo así iba a pasar. Desde los primeros indicios del daño que provocaba el coronavirus, primero en China, y luego en otras partes del mundo, ella ya estaba alerta. Aún cuando en la Argentina nos parecía una simple forma de gripe, lejana, que nunca nos iba a llegar. Hoy, la modelo, empresaria y conductora hace su cuarentena en la casa que tiene en Tigre. Hasta hace unos días la pasó sola, únicamente en compañía de tres perros y tres gatos (el resto de los perros rescatados de la calle que le quedan, exactamente veinte, los tiene en su chacra de Cardales). Extrañó muchísimo a sus hijas Indiana (11), Allegra (9) y Sienna (5), quienes estaban con el padre, Fabián Cubero (41) y su actual pareja Mica Viciconte (30).“Las chicas no veían al papá desde hacía un mes porque se fue de vacaciones a México, volvió y quedó en cuarentena otros 14 días. Me parecía que tenían que verlo, ya lo necesitaban. Dentro de todo este momento angustiante me pareció que estaba bueno no generarles más angustia que la que ya hay con impedirles ir a ver al padre”, contó Nicole en el programa “Nosotros a la mañana” (por El Trece), en el que cumple el rol de comunicadora social.

Después ampliaría con CARAS sobre un tema que no fue de fácil resolución: “Mis hijas estuvieron un mes conmigo, hace diez días están con el padre y mañana, martes 7, las voy a buscar. A la hora de no sumarles más estrés y angustia a mis hijas, y con este vacío legal que hay con el tema de padres separados, decidí acudir a las meditaciones y me tuve que ‘fumar’ casi once días sin mis niñas. Aunque estaba pautado menos tiempo. Ahora vuelven a su hogar materno, que es donde se criaron, donde corresponde que estén en la cuarentena. Pero tuve la buena voluntad de dejarlas verse con el padre”, confesó la modelo de la agencia Chekka Buenos Aires. 

Mientras estuvo sola, Nicole no dejó de alimentar sus redes sociales: gym para fortalecer la cola; cómo cortar el pasto con una máquina “prehistórica”; anuncios en su rol de madrina de la fundación “A Tree to Breathe” que propone plantar un árbol por persona; tips de Make Up; secretos para preparar una riquísima mayonesa de zanahoria; asanas de yoga para aumentar las defensas inmunológicas y superar el miedo; entrevista con un monje budista; y la lista continúa. Está full y no para, mientras se enfoca en los últimos detalles a su plataforma de Wellness, con un montón de información que tiene que ver con la vida sana, la alimentación natural, el cuidado de la piel, ejercicios y meditaciones, entre otras propuestas.

“En cuarentena, me levanto muy temprano, preparo el desayuno, repaso los pisos porque tengo muchas mascotas. Y ahora que volvieron, me dedico a hacer las tareas con las niñas. Durante la mañana, Allegra e Indiana tienen clases en vivo y después tareas, Y a Sienna le mandan algunas cositas de sala de cinco. Nos manejamos por Zoom, por Skype, y tienen una aplicación donde le mandan las tareas. Al mediodía preparo la comida y a la tarde a las niñas les mandan también tarea de inglés o de educación física. Más tarde tratamos de hacer alguna actividad juntas, al sol para recibir vitamina D, que es muy importante en este momento. También la vitamina C, para mantener fuerte y alto el sistema inmunológico. Hacemos gimnasia, baile o yoga bajo el sol. Acá tengo mucho verde y hoy más que nunca me doy cuenta de lo bendecida que soy en ese sentido. Estoy encerrada pero dentro de todo tengo un jardín donde salir y sin que acceda nadie a varios metros”, afirma.

—¿Se la percibe muy movilizada, compartiendo un montón de actividades para ayudar a la gente a transitar esta pandemia de la mejor manera?

—Cuando no estábamos con esta cuarentena obligatoria eran cosas que no pude transmitir, porque siempre andaba corriendo con los horarios laborales, los horarios de las chicas, con las tareas diarias. Ahora que me encontré con un poquito más de tiempo, más relajada, sin correr, al estar adentro de mi casa todo el día, me pareció lindo hacerlo. Es un momento en el que todos estamos pasando por estados de angustia, de gran incertidumbre. Pensé en la gente que está encerrada en departamentos muy chicos, en monoambientes, y sentí que era productivo compartir diferentes cosas que muchos pueden hacer en sus casas. Es muy importante no abandonarse y mantener el cuerpo en movimiento. Por eso enseño ejercicios que podés hacer en espacios de un metro por un metro, sin muchos elementos. Ni hablar de las recetas sanas, para comer saludable y tener los nutrientes y vitaminas que nos aportan los alimentos. Es súper importante porque necesitamos tener el sistema inmunológico bien fuerte. Y después comparto cosas más entretenidas para salir un rato del drama, como por ejemplo clases de baile.

—De alguna manera se convirtió en la pionera en recomendar el uso de barbijo, y ahora hasta enseñas cómo confeccionar modelos caseros...

—Voy mirando diferentes tutoriales, estoy todo el tiempo consumiendo información que viene de otros países. Desde el día uno dije que había que usar barbijo, a pesar de que los médicos decían que no hacía falta. Afirmaban que solo debían hacerlo los infectados. Por otro lado decían que mucha gente se iba a contagiar pero iba a ser asintomática. O iban a tener un leve resfriado, y toda esa gente quizá nunca se entere de que tuvo el virus, con lo cual iba a circular libremente por la vía pública, dentro de las restricciones pero de todas formas. Creyendo que no contagiarían porque no tienen el virus, pero sí lo tienen. Por lo cual a mí me parecía súper importante como medida de cuidado también andar con barbijo. Para la gente que lo transita en forma asintomática y no lo sabe, y sin embargo andan propagando el virus. Hace un mes que aconsejo además de barbijo usar anteojos, porque esto entra por boca, nariz y ojos. Si se puede también es recomendable usar guantes, y sino lavarse constantemente las manos, con agua y jabón, durante medio o un minuto. Sino usar alcohol en gel.

—¿En qué se inspiró para enseñar a hacer un determinado modelo de barbijo?

—Estuve viendo un montón de videos, distintas formas de confeccionar barbijos caseros. Hay algunas con ciertas telas especificas, como un algodón más grueso, que si bien no es ciento por ciento efectivo como los que usan los médicos en las clínicas, o los cirujanos, o quienes trabajan en terapias intensivas, tiene un setenta por ciento de efectividad. Y otra forma es la que enseño yo, con un pañuelo al que doblás y en el centro le ponés uno o dos papeles de rollo de cocina. Si lo probás con cualquier spray sin el papel, atraviesa la tela. Pero con el papel no, se crea en el medio como una barrera. En cada extremo se le pone gomitas o banditas elásticas de atar, y además de ajustar el barbijo sirven para colocártelo en las orejas. Así se puede cubrir la boca y nariz. Hay otras formas de hacer barbijos pero son más sofisticadas y no tan prácticas.


—¿Son los mismos que usa usted?


—Por suerte todavía me queda una caja de barbijos que tenía de antes, cuando me salían unos herpes en la boca. Era la época en que tenía las defensas bajas y mucho estrés a raíz de uno de los embarazos. En su momento, cuando tenía que amamantar o dormir con las bebitas, los usaba. Y entonces me quedó una caja guardada y estoy usando esos. Pero empecé a promover hacer barbijos caseros porque, así como en su momento desapareció el alcohol en gel de las farmacias, la idea es que no le falte este insumo tan importante a los médicos, que son los que están en el campo de batalla en el día a día. La gente, para hacer las compras, puedan usar uno casero, que tienen que lavar antes de usar, tampoco lo pueden tocar mientras están haciendo cosas en la calle. Y apenas vuelven a sus casa, se lo tienen que sacar y poner a lavar antes de reutilizar.

—¿Está de acuerdo con que muchos ya piensen en el barbijo como un complemento fashionista, y luzcan confecciones más sofisticadas y hasta con diseños “divertidos”?

—Eso me hace “un poquito de ruido”, porque estamos frente a un problema de salud real por el que está muriendo mucha gente. No sé hasta qué punto mezclarlo con la moda. El que enseño yo a hacer de manera casera es más aconsejable que los quirugicos porque el servicio público de salud, con una alta demanda, se puede ver desabastecido. La mía no es para nada una intención fashionista. Pero lo importante es recordar que finalmente, la OMS (Organización Mundial de la Salud) dijo que sí es muy conveniente el uso de barbijos. También a raíz de que en China la gente sale a la calle con barbijos, que es donde se originó todo este tema. Por algo es. Y hay ciertos países como República Checa donde explican qué efectivo fue su uso a la hora de aplanar la curva de contagio.

—¿Cuál es la frontera entre el descuido y la obsesión?

—Por ejemplo, no creo que los cuidados que mantengo sean cosas de alguien obsesivo. Estamos en una pandemia real, se está muriendo gente en todo el mundo. Hay videos de Italia, España y New York donde sacan los cadáveres en camiones. Por lo cual me parece que todos los recaudos que podamos tomar, hay que hacerlo. Hay que prevenir, y no lamentarse más tarde por haberse tomado las cosas a la ligera. Por eso se destacan las medidas que tomó el presidente Alberto Fernández de cerrar los aeropuertos, de ponernos a todos en una cuarentena obligatoria, más allá de la problemática que genera a nivel económico. También hay testimonios de
médicos en España e Italia que destacan el hecho de aislarse, porque el virus solo no se mueve. Lo hace a través de nosotros. Si nosotros nos quedamos guardados, es la única forma de aplanar la curva de contagio.


—¿Cómo se las arregla con las compras?


—Me dejan las mercaderías en la puerta de mi casa. Cuando la persona que las trae se retira, salgo con un spray con lavandina o alcohol, y pulverizo todo. Después dejo todo un rato al sol y lo entro. Ahí vuelvo a pulverizar cosa por cosa, antes de meterla en la heladera o en la alacena, y por supuesto me lavo bien las manos.

—¿Nunca sale?


—Salí dos veces sola, una cuando fui al canal y otra, cuando fui de urgencia a la farmacia y a la veterinaria. Tenía a uno de mis perritos viejitos con un problema grave, y además un ave que se cayó del nido, estaba lastimada y encima la agarró uno de mis gatos. Era una paloma torcaza, la tuve dos días en casa, pero también debía tener cuidado porque las aves transmiten enfermedades. La dejé en un cuartito, cada vez que iba a verla, entraba con anteojos protectores, guantes y barbijos, como si la palomita tuviera coronavirus (Risas). Después se la terminé llevando al veterinario porque a mí me sobrepasaba por todas las otras cosas que tengo que hacer. La tuvo unos días él hasta que aprendió a volar y la soltó. Cuando volví, esas veces que salí, rocié mis zapatillas con agua y lavandina, y las dejé afuera de mi casa un día entero. Me saqué la ropa que usé y la puse a lavar, me duché, dejando el jabón un minuto entero en mi cuerpo.


—Usted es una adelantada en la defensa de los Derechos de los Animales, ¿qué enseñanza nos deja esta pandemia en ese sentido?


—Primero, es una pandemia que nace a través del consumo de animales, es una de las grandes enseñanzas: tenemos que convivir en armonía y respeto con todos los seres vivos que habitan este Planeta. Si no consumiéramos carne, un montón de pandemias a lo largo de la historia, no hubiesen existido. Además, vemos que en una playa de Brasil nacieron 97 tortuguitas a raíz de que no iba tanta gente y dejaron de entorpecer el curso de la Naturaleza. También se vieron delfines en los canales de Venecia, ciervos por las calles en una localidad del sur. Los animales están saliendo a disfrutar también de lo que es su casa, o sea este Planeta, el cual lo tenemos totalmente copado para los seres humanos.


—Al principio no quedaba en claro si las mascotas podían contagiar el virus...

—Me parece que siempre estuvo mal explicado el tema de los animales y el contagio de este virus. Eran respuestas a medias. Claro que las mascotas no transmiten el coronavirus. No lo hacen por sus secreciones, como lo hace un ser humano, pero sí es cierto que el animal actúa como cualquier superficie. Cuando va por la calle se le puede pegar el virus. Alguien pasó hablando o estornudó, y el perro pisó u olfateó eso. O la partícula que contiene el virus le cayó sobre su pelo. Entonces es muy importante saber que te lo puede traer a través de su pelaje o sus patitas. Por eso los veterinarios recomiendan a la gente que está obligada a sacar a sus mascotas a hacer sus necesidades a la calle, que cuando las ingresan de nuevo a la casa les limpien con agua y jabón las patas, el hocico y el pelaje. Y luego los sequen con unas toallitas.

—En televisión le preguntaron cómo manejaba su “cuarentena íntima”, y dijo que hay formas de auto-saciedad. ¿Coincide con la propuesta de varios sexólogos que recomiendan revalorizar la masturbación?

—Te soy sincera, respondí porque me preguntaron, porque es cierto que existe la autosatisfacción para cualquiera que lo necesite. Pero en estos momentos de incertidumbre y angustia, tengo otros temas que me aquejan muchísimo más. La distancia con mis hijas, el miedo, la angustia de qué va a pasar, la economía... Temas que ocupan muchísimo más mi mente.


—¿Qué siente que perdió al haberse separado tras 11 años de relación, y qué extraña de ese estado?

—Extrañar, no extraño nada, realmente. Obviamente que fue una destrucción del ideal de la familia unida. Más allá de quién fue el que se desenamoró y quién no, es una frustración. Si pudiera elegir, me gustaría tener ese amor vivo y despierto para toda la vida, y que tus hijos crezcan con su mamá y su papá unidos. Pero me parece que tampoco es un buen ejemplo enseñarles a las niñas a que vean a sus padres resignados viviendo sin amor. Cuando entendí eso, sentí un envión para tomar la decisión, a pesar de todo. Obviamente que, de a ratos, uno extraña el concepto de familia unida. De hecho me parece espectacular lo que hizo Jimena Cyrulnik, que se unió con su ex marido para pasar la cuarentena con sus hijos en un momento tan duro para todos. Me hubiera parecido un ejemplo a seguir, pero conociendo a la otra parte (Fabián Cubero) claramente es algo imposible de realizar. Yo hubiese estado totalmente abierta a esa posibilidad por mis hijas, porque en casa hay espacio suficiente para que cada uno tenga su cuarto, su baño y sus comodidades. Pero bueno, no todo el mundo está abierto a lo mismo. No todos tienen las mismas prioridades y hay que adaptarse.


—¿Qué recuperó o descubrió por el hecho de estar “soltera”?


—Ya hace cuatro años que nos separamos. Estando en pareja siempre me manejé con mis cosas, respeté mis tiempos y los del otro. Siempre seguí trabajando, haciendo lo que a mí me hacía bien, fuera de los planes de pareja. Obviamente que ahora tengo más tiempo y menos trabas que cuando hay alguien al lado que a lo mejor no quiere que ocupes tu tiempo en otras cuestiones. Pero siempre estuve muy conectada conmigo sin perder mi individualidad.


—¿Le resulta difícil volver a apostar al amor?


—Estoy muy en paz conmigo misma. Si no se da que todo suma, que todo es productivo, lindo y me trae paz, prefiero ni tenerlo. ¿Entendés? Pero no por miedo ni por nada. Hoy mi prioridad son mis hijas. Están en una edad que necesitan mucho de su mamá, porque se encuentran en pleno crecimiento y desarrollo. Estoy muy abocada a ellas. Y estoy muy bien conmigo misma. Puedo estar con alguien o no, pero no tengo la necesidad ni la desesperación, ni tengo miedo tampoco. No va por ahí.

—Usted tuvo otras relaciones, pero no prosperaron...


—Salí cinco meses con Facundo Moyano; y con Matías Tasín estuve un año y medio. Con él hasta hemos tenido vacaciones compartidas con hijos de ambos... Más intimidades no comparto, y espero que nunca más se sepa si estoy con alguien o no, porque me di cuenta de que no está buena dar tanta información.


—¿Es difícil ser su pareja?


—No es difícil, soy una persona bastante fácil para convivir. Soy una mujer simple. Pero a lo mejor es difícil para los hombres que no están muy bien plantados y seguros de ellos mismos. Porque soy una persona muy autosuficiente, independiente, y eso asusta a los hombres que todavía tienen ese machismo arraigado y piensan que la mujer tiene que estar subordinada. Y mi belleza y exposición también existen, y al hombre que se le dificulta aceptarlo es al que no tiene los cojones bien puestos.


—¿Tuvo propuestas gay?


—¡Qué pregunta! Sí, a lo largo de mi vida he tenido propuestas de todo tipo. Las tomo como cualquier propuesta, soy muy abierta con esas cosas. No tengo prejuicios ni me parece que esté mal. Cada uno tiene sus gustos y puede disfrutar de su sexualidad, si no es lastimando a nadie, de la forma que mejor le resulte. No me parece ofensivo.

 

—¿Aceptaría que alguna de sus hijas se convirtiera en “Lolita” (Modelo Precoz) como lo hizo usted, al empezar su carrera a los 12 años?


—Mis tres hijas me dicen que quieren ser modelo como yo. Una, modelo y maestra jardinera; otra, modelo y artista... Pero siempre está el tema de ser modelo como la mamá. Dedicarse de lleno al modelaje como lo hice yo a los doce años es muy difícil. Hoy hay tanta llegada del mundo exterior a través de las redes, es algo que no sucedía en mi época. No había instagram ni twitter cuando yo tenía trece, catorce o quince, por lo que no había una exposición de criaturas con tanta gente que ni conocés. La verdad es que, por ese lado, no me gustaría para nada. Quizás cuando tengan 17 o 18, que hagan cosas por hobbie, como alguna campaña, si tienen ganas de hacerla. Si es como algo de diversión, por supuesto no se los negaría. De todos modos, con todo este tema legal que tengo con el padre, no sé si sería factible.


—Sus hijas no pueden salir de frente en fotos que se publiquen en medios públicos y redes sociales, ¿la pasan mal con esta medida?


—Ellas no están desesperadas por la exposición, no es un tema que las inquieta demasiado. Pero me dicen: “Mamá, cuidado con esa foto porque se me ve, y después le vas a tener que pagar una multa a papá”. Es fuerte... Lo hacen más para cuidarme a mí, que porque ellas quieran salir en las fotos.

—¿Quién de sus hijas es “más Nicole” y quién es “más Cubero”?


—Todas tienen algo de mí, y también del padre. Indiana por ejemplo tiene una cosa más introspectiva, tímida, que mide mucho a la gente antes de abrirse. Le lleva un tiempo entrar en confianza, eso de ella es muy mío. La del medio y la más chiquita, son más extrovertidas, eso es más del padre. Pero a la vez son súper coquetas, que es un reflejo mío. Se ponen mi ropa, mis accesorios, mis sombreros, mis maquillajes, arman desfiles en casa. Hicimos un tutorial de maquillaje juntas, si bien no lo puedo mostrar en las redes. Después les hice de fotógrafa y realizamos una producción en el jardín, con distintos vestuarios. Eso les encanta.

 

—Volviendo a la cuarentena, ¿qué está leyendo? ¿Se enganchó con alguna serie?


—Estoy leyendo unos manuales que escribió Mariana Territo, que son motivaciones. Coaching para la vida en todos los aspectos. Se refieren desde a la autoestima a cómo jugar para ganar en la vida, incluye diferentes tópicos. Y me enganché con algunas series: “Mesías” (EEUU), “Baby” (Italiana), “Algo en que creer” (Danesa) y “Vivir sin permiso” (Española).

—¿Tiene miedo de contagiarse y de contagiar?


—Sí, claro. Creo que todos atravesamos momentos de miedo y angustia, y está bien darle lugar a esas emociones. Y después hay que tratar de salir de ahí, y vivir en el aquí y ahora. El miedo tiene que ver con un deseo de controlar el futuro, es algo ilusorio porque no lo podemos controlar. Nunca sabemos qué va a pasar, tampoco vale la pena estar con angustia por algo que no sabés. Estamos anticipando una situación catastrófica que quizás no suceda. Entonces creo que en este momento es mejor, y es a lo que yo me aferro, estar presente en el aquí y ahora. Dedicarme a ordenar y embellecer mi hogar, cuando estoy con mis hijas disfrutar de ese momento que nunca podemos tener, porque ellas están en el colegio y yo en el trabajo. Hacer las tareas con ellas, dibujar, jugar. Nos queda disfrutar de todo eso.


—¿Cuál es el mensaje que nos da la Naturaleza a través de esta pandemia?


—El gran mensaje es que hay que aprender a vivir en armonía con los otros seres vivos, respetando esas otras formas de existencia que tienen el mismo derecho. Hay que cambiar en forma urgente nuestra conciencia sobre estos temas. El cuidado del Planeta, la forma de alimentarnos. Y es un mensaje para aprender a estar más conectados con nosotros mismos. Creo que cuando nos sentimos uno con el Universo, logramos otra sensibilidad y empatía. Hace un mes que decía que debíamos quedarnos adentro, cerrar las fronteras, y todos se me mataban de risa. Y una semana y media después tuvieron que hacer eso. Y lo mismo con el barbijo y con la higiene.


—¿Lo podremos superar?


—Hasta septiembre u octubre no creo que pase. Pienso que todavía falta lo peor, que será cuando empiece el invierno y a hacer frío. Ojalá que no, que se encuentre antes la vacuna, un remedio, o lo que sea, pero que la gente extreme las medidas para cuidarse: el distanciamiento, no estar circulando innecesariamente por la calle. Creo que nos tenemos que seguir cuidando muchísimo hasta el verano para que realmente se aplane la curva de contagio.

 
—¿Qué mensaje le daría a la gente que está muy angustiada?


—El miedo nos paraliza, es el querer un control ilusorio del futuro. Y nos hace descansar mal, lo que a su vez nos baja las defensas. Debemos focalizarnos en todo lo contrario: en una energía de amor, alimentarnos bien, tener el cuerpo en movimiento y enfocarnos en el aquí y ahora. Estando en casa preguntarnos cómo disfrutar cada momento: haciendo ejercicios, limpiando, aprendiendo a cocinar, enseñándoles y siendo un poco los maestros de nuestros hijos. Cada cosa que nos toque en el momento presente. No pensar en lo que viene, sino valorar que tengo comida, un hogar, que puedo estar con la gente que quiero o no. Si estamos solos, realizar cosas que cuando estamos afuera no podemos hacer. Conectar con nuestro interior, con nuestros miedos. Descubrir porqué están allí, y así poder trascenderlos. Disfrutar de mirar series, ya que no podías cuando te tenías que acostar temprano porque madrugabas al otro día. Leer un buen libro. Cosas simples que nos vuelvan a conectar con las raíces.


—Cuando esto pase, ¿seremos diferentes?


—Espero que la vida nos encuentre realmente transformados, con un nuevo nivel de conciencia para que cambien muchas cosas en el futuro.

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