Creció empapado de acento porteño, porque el bar de su pueblo, Sant Feliu de Llobregat, cerca de Barcelona, era regentado por argentinos. Allí dio su primer concierto, a los 11 años de edad, y en ese mismo lugar aprendió los encantos de nuestra gastronomía. Ahora, por primera vez, Nil Moliner, líder del pop en la radio de España, cruza el charco y debuta en el Club Lucille, de Buenos Aires, el domingo 24 de abril a las nueve de la noche.
“Argentina es muy especial para mí, y estoy deseando conocer a mis fans en el país, en esta primera gira por las Américas”, dijo el cantante español, que cuenta con casi tres millones de oyentes mensuales en Spotify; siete discos de platino; ocho discos de oro y siete Nº1 en la radio de su país.
Su gira “Nuestra locura” se inicia en Santiago de Chile e incluye Lima, Bogotá, Ciudad de México, Los Ángeles, Nueva York y Miami.
“Andrés Calamaro, Coti o Nathy Peluso, entre otros, son artistas argentinos a los que admiro y que además he versionado. Me encantaría que pudieran asistir a mi estreno en Buenos Aires”, señaló Moliner.
El cantante busca que en sus conciertos “pasen muchas cosas, que realmente sea como una montaña rusa, con muchísimas emociones”.
Nil Moliner nació junto a la “nueva” Barcelona, en 1992, año en el que los Juegos Olímpicos la pusieron en el mapa (para los que no la conocían).
Con su disco debut “Bailando en la batalla” ha alcanzado el Nº2 en la lista oficial de ventas de álbumes en España y el Nº1 como artista español en su semana de salida. Su single “Soldadito de hierro” se ha posicionado en el Top 10 de música en Instagram y ha ganado el certificado de Doble Disco de Platino en España. Nil Moliner cuenta ya con otro Disco de Platino por “Mi religión” y cuatro Discos de Oro por “El Despertar”, “Esperando”, “Hijos de la Tierra” y “Sin tu piel”.
“El mundo cada vez se está volviendo más loco. Y, evidentemente, la música es un canal. Intento escribir canciones sobre situaciones cotidianas, pero también otras que tienen un punto reivindicativo”, explica Moliner.
El cantante admite que la pandemia le supuso “un vacío a nivel creativo muy grande”, por lo que se dedicó a “hacer otras cosas que no tenían que ver con la música”. Pero, una vez que lo dejaron salir a la calle, recuperó las ganas de volver a escribir: “Yo necesito vivir para escribir, y en casa no se podía vivir lo suficiente como para inspirarte y hacer una canción”.
Su canción “Libertad” habla de la sensación de cuando todo está en equilibrio, en un buen momento de la vida. “Te sientes eufórico, totalmente libre. Ojalá todo el mundo se pueda sentir así”, opina.
Domingo 24 de abril, 9PM Club Lucille (Gorriti 5520, C1414 BKD, Buenos Aires) Entradas: https://www.nilmoliner.com/