sábado 15 de marzo del 2025
REALEZA Ayer 11:39

El legado solidario de Grace Kelly: su trabajo humanitario en Mónaco

La princesa llevó adelante causas solidarias que siguieron vigentes tras su muerte.

Grace Kelly
Grace Kelly | AFP

Grace Kelly no solo dejó una huella imborrable en Hollywood con su elegancia y talento, sino que también transformó Mónaco con su compromiso social y humanitario. La actriz estadounidense, que renunció a su carrera para casarse con el príncipe Rainiero III, se convirtió en un ícono de la solidaridad y el trabajo social, construyendo un legado que perdura hasta hoy en el Principado.

Nacida en Filadelfia en 1929, Grace Patricia Kelly creció en el seno de una familia de empresarios y deportistas. Su padre, John B. Kelly Sr., ganó tres medallas de oro olímpicas en remo, mientras que su madre fue instructora de educación física. Desde temprana edad, Grace mostró un gran interés por el teatro y, desafiando las expectativas familiares, ingresó a la Academia Americana de Artes Dramáticas en Nueva York.

A los 23 años, alcanzó la fama con la película Solo ante el peligro y, poco después, se convirtió en la musa de Alfred Hitchcock, protagonizando clásicos como Crimen Perfecto, La ventana indiscreta y Atrapa a un ladron. En 1955, a los 24 años, ganó un premio Óscar por su actuación en La angustia de vivir, consolidando su estatus como una de las actrices más respetadas de Hollywood.

Grace Kelly en La ventana indiscreta

Un encuentro que cambió la historia de Mónaco

En el mismo año en que recibió su premio de la Academia, Grace fue invitada a una sesión de fotos en el Palacio del Príncipe de Mónaco durante el Festival de Cannes. Fue allí donde conoció al príncipe Rainiero III, quien quedó cautivado por su carisma y elegancia. La relación entre ambos floreció rápidamente, con cartas intercambiadas y un viaje del príncipe a Estados Unidos durante la Navidad. En enero de 1956, anunciaron su compromiso, y en abril de ese año se casaron en una boda real que capturó la atención del mundo entero.

Lejos de limitarse a un papel ceremonial, Grace Kelly asumió su rol como princesa con un fuerte compromiso con la comunidad. Una de sus primeras acciones fue la creación de la Fundación Princesa Grace de Mónaco, dedicada a apoyar a artistas emergentes y financiar proyectos sociales. Su labor también se enfocó en la infancia, la salud y la educación.

La princesa fundó la organización AMADE Mondiale (Asociación Mundial de Amigos de la Infancia), con la misión de proteger los derechos de los niños en situaciones vulnerables en todo el mundo. Bajo su liderazgo, se desarrollaron programas de asistencia médica, educación y protección infantil, marcando un antes y un después en la política social de Mónaco.

El impacto de Grace Kelly en Mónaco trascendió su vida. Tras su trágico fallecimiento en 1982, su familia y el Principado han continuado con su obra. Hoy, la Fundación Princesa Grace sigue apoyando iniciativas culturales y benéficas, y su visión de una Mónaco más inclusiva y solidaria sigue siendo un pilar fundamental en la identidad del país.

VO

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