Alexia de Holanda no tiene las responsabilidades de su hermana. No deja de ser parte de la Familia Real, claro, pero es la segunda en la línea de sucesión y eso le da ciertas libertades que aprovecha. Es esa manera de moverse, muy fuera del protocolo, la que le ha valido el título de “rebelde” para algún que otro estudioso del caso.
La mezcla de glamour, Monarquía y juventud, aderezada con su fuerte ideología y una línea de pensamiento muy clara, la han convertido en la favorita de todo el mundo, tanto para elogios como para críticas, por supuesto. Sin embargo, detrás de esa visión y de sus títulos (Princesa de los Países Bajos y princesa de Orange-Nassau) aparece una chica preparada, inteligente y con objetivos claros en su vida.

Las pasiones ocultas de Alexia: hockey y música, más allá del protocolo real
El curriculum de Alexia de Holanda podría decir que ha estudiado en colegios públicos, todos ellos cercanos a la residencia de sus padres. También que sabe idiomas, habla muy bien español, y que cursó el bachillerato en el prestigioso UWC Atlantic College de Gales, el mismo que la princesa Leonor.
Esa hoja de vida también marcará, aunque quizás en un espacio más chiquito, que se tomó un año sabático antes de comenzar la universidad y que a mitad de cursada optó por cambiar de carrera, de Licenciatura en Ciencias e Ingeniería a Ingeniería Civil. Una decisión que requirió que la propia Casa Real emitiera un comunicado al respecto, aunque más de carácter informativo que como otra cosa.
Porque Alexia es un poco de esos dos mundos. Es consciente de sus responsabilidades como integrante de la Familia Real y las cumple, quedó en evidencia cuando cumplió la mayoría de edad y en su agenda aparecieron actos oficiales a los que asistir; pero también es una chica de 19 años que tiene dudas, deseos y conflictos, tres palabras que no suelen caer tan bien dentro de los palacios.

Son esas inquietudes las que la han llevado a mostrarse en ropa interior durante su internado en Gales, mientras protestaba contra la sexualización de la mujer; o a pedirle a su madre, la reina Máxima que la deje dedicarse profesionalmente a la música, para después, según dicen, declararse en rebeldía ante la negativa. Dos escándalos que sacudieron a la opinión del país y que han hecho que varíe un poco su manera de actuar.
Alexia no se comporta como cualquier joven de su edad. Es mucho más espontánea que el resto de las Princesas e Infantas del mundo, claro, pero eso no quita su condición y el rol que ocupa. Aunque es sabido que tiene amigos y amigas con los que comparte momentos, y que quizás haya algún interés amoroso en el aire, se intenta que todo quede en el ámbito privado, con mejores o peores resultados al respecto.
En lo que sí se asemeja mucho a los chicos y chicas de su edad, es en sus gustos y deseos. Alexia estudió guitarra y piano, le gusta mucho la música, cantar el ballet y el deporte, aunque tiene preferencia marcada por el hockey y la equitación.

La presencia y la potencia de Alexia de Holanda no pasa desapercibida para nadie. Lejos de los protocolos, la hija de Máxima y Guillermo se muestra como una figura querida que acumula páginas de fans alrededor del mundo y que sabe muy bien el camino que quiere seguir.

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