El rol de la princesa Inés en la monarquía sueca: ¿Tendrá funciones reales en el futuro?

La princesa Inés, hija de Carlos Felipe de Suecia y Sofía Hellqvist, nació el pasado 7 de febrero y se convirtió en la integrante más joven de la familia real sueca. Después de haber tenido tres varones, la pareja recibió con alegría a su primera niña, colmando de emoción tanto a ellos como a todo el entorno monárquico.

El nombre de la bebé fue anunciado días después por su abuelo, el rey Carlos XVI Gustavo, durante un Consejo de Estado celebrado en el Palacio Real. Así se dio a conocer que la pequeña llevará el nombre de Ines Marie Lilian Silvia y ostentará el título de duquesa de Västerbotten. La elección del nombre no fue casual: Ines honra a sus dos abuelas, la reina Silvia, madre de Carlos Felipe, y Marie, madre de Sofía.

Cuál será el rol de la princesa Inés en la monarquía sueca

Actualmente, la princesa ocupa el octavo lugar en la línea de sucesión al trono sueco, detrás de sus tres hermanos mayores, sus primos y sus tíos. Sin embargo, a diferencia de algunos de ellos, Inés no cuenta con el tratamiento de “Su Alteza Real”, una distinción que fue modificada en 2019 cuando el rey decidió reducir el número de miembros de la familia que ejercerían funciones oficiales.

Con esta medida, varios de los nietos del rey, entre ellos los hijos de Carlos Felipe y Sofía, quedaron exentos de obligaciones institucionales. Según explicó el príncipe en su momento, la decisión les dará a sus hijos “mayor libertad para elegir su propio camino”. Este enfoque fue bien recibido dentro de Suecia, especialmente al compararlo con situaciones más polémicas vividas por otras casas reales europeas.

Aunque Inés conservará su título de duquesa y seguirá siendo parte de la familia real, todo indica que no asumirá compromisos representativos en el futuro, a menos que cambien las decisiones del actual monarca. De este modo, crecerá alejada del foco institucional, con un horizonte probablemente más privado y flexible que el de los herederos directos.

La llegada de la princesa Inés de Suecia representa una oportunidad para seguir observando cómo las monarquías modernas adaptan sus estructuras a los tiempos actuales.

F.A