En el universo de la realeza europea, hay pocas familias que despierten tanta fascinación como los Grimaldi de Mónaco. Y aunque las miradas suelen estar sobre los príncipes Alberto y Charlene, o sobre la elegancia incuestionable de la princesa Carolina, en los últimos tiempos han comenzado a captar atención dos figuras más pequeñas: Stefano y Francesco Casiraghi, los hijos de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo.
A diferencia de otros niños royals, los Casiraghi Borromeo eligieron preservar la privacidad de sus hijos en la mayor medida posible. No es común ver imágenes espontáneas de los pequeños ni que sus vidas se expongan en medios o redes sociales. Sin embargo, hay una excepción clara: el Día Nacional de Mónaco, donde cada año aparecen junto a sus padres, dando señales del vínculo profundo que mantienen con la vida institucional del Principado.
Así son Stefano y Francesco, los hijos de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo
Stefano Ercole Carlo, nacido el 17 de febrero de 2017, lleva el nombre de su abuelo paterno, Stefano Casiraghi, fallecido trágicamente en 1990. Su hermano menor, Francesco Carlo Albert, llegó al mundo el 21 de mayo de 2018. Ambos nacieron en Mónaco, pero pasan gran parte de su tiempo en Italia, donde la familia mantiene fuertes lazos con la aristocracia local, gracias al linaje Borromeo.
Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, reconocidos por su compromiso con la cultura, la discreción y la elegancia, han sabido encontrar el equilibrio entre tradición y vida privada. La educación de Stefano y Francesco refleja esa misma fórmula. Si bien aún son pequeños, su presencia en actos oficiales demuestra que se están formando con el sentido del deber y el respeto que exige la función pública, incluso cuando no se ocupan tronos ni se tienen títulos de príncipe.
La historia de amor de Pierre Cairaghi y Beatrice Borromeo
Pierre conoció a Beatrice en 2010 durante el Festival de Cine de Cannes, donde ella trabajaba como periodista cubriendo el evento, y él asistía como parte de la realeza monegasca. Este cruce terminó por convertirse en el comienzo de una historia de amor que hoy es ejemplo de estabilidad en el panorama royal europeo.
El 25 de julio de 2015, tras cinco años de noviazgo, se casaron por civil en los jardines del Palacio Grimaldi. Una semana más tarde, celebraron su unión con una ceremonia religiosa en la propiedad de la familia de Beatrice, sobre el lago Maggiore en Italia.
Desde entonces su unión se hizo cada vez más fuerte y con la llegada de sus pequeños hijos consolidaron una de las familias más queridas de la realeza europea.
VO
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