Juegos Olímpicos de París 2024 (Redes Sociales)
REALEZA

3 romances de la realeza que comenzaron en los Juegos Olímpicos

La competencia fue el terreno para que parejas claves del mundo de la realeza se conocieran.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 están en boca de todos. Esta histórica competición no solo ha sido testigo de grandes hazañas deportivas, sino también de historias de amor dignas de un cuento de hadas.

A continuación, repasamos tres romances reales que se forjaron en el marco de los Juegos Olímpicos y que siguen hasta el día de hoy.

Carlos Gustavo de Suecia y Silvia Renate Sommerlath: Munich 1972

En los Juegos Olímpicos de Múnich, 1972, Silvia Renate Sommerlath, una joven hija de un empresario alemán, trabajaba como azafata e intérprete en una de las salas VIP del estadio olímpico. Allí, en medio de diplomáticos, jefes de Estado y miembros de la realeza, conoció al príncipe heredero Carlos Gustavo de Suecia.

"De repente sentí la mirada de alguien sobre mí. Me di la vuelta. Un hombre me estaba observando con sus binoculares, ¡a solo un metro de mí! Fue inusual", recordó la actual reina Silvia sobre su primer encuentro con el futuro monarca sueco.

Carlos Gustavo, fascinado por Silvia, no tardó en presentarla a su familia esa misma noche, en una cena privada. La joven superó la prueba de fuego y días después, Carlos Gustavo regresó a Suecia con la promesa de volver a verla.

La relación se oficializó el siguiente verano, y el 18 de junio de 1976, la pareja se casó en la catedral de Estocolmo.

Federico de Dinamarca y Mary Donaldson: Sidney 2000

En los Juegos Olímpicos de Sídney, 2000, el príncipe heredero Federico de Dinamarca viajó con su hermano Joaquín para apoyar a la delegación danesa. Fue en el bar Slip Inn donde Federico conoció a Mary Donaldson, una abogada que trabajaba en comunicación y publicidad.

Federico, presentándose simplemente como ‘Fred’, cautivó a Mary sin que ella supiera su verdadera identidad. Intercambiaron números de teléfono y Federico comenzó a visitar Sídney con frecuencia.

La pareja se casó el 14 de mayo de 2004, pocos días antes que los reyes Felipe y Letizia, en la catedral de Copenhague.

Alberto y Charlene de Mónaco: Turín 2006

Los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín, 2006, fueron el escenario donde el príncipe Alberto y Charlene de Mónaco oficializaron su noviazgo. Su primer encuentro ocurrió en el año 2000, en el campeonato internacional de natación de Mónaco, donde Charlene, una destacada nadadora sudafricana, ganó varias medallas. Sin embargo, no fue hasta seis años después cuando decidieron hacer pública su relación.

En la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, la pareja no dejó de compartir gestos de cariño, risas y miradas cómplices ante 35 mil personas. Se casaron en julio de 2011 y mantienen un fuerte vínculo con el deporte, asistiendo a partidos y eventos deportivos junto a sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella.

Este 2024, la pareja portó la llama Olímpica en su paso por el Principado, demostrando que el deporte sigue siendo una parte integral de sus vidas.

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